Skip to content Skip to footer

Viaje de sabores: la vuelta al mundo en siete postres que habitan Mendoza

Desde Japón hasta Perú, pasando por Francia y Suiza, con recetas centenarias y reversiones con identidad local, reunimos delicias que elevan la sobremesa y se convierten en el broche de oro de cualquier salida.

No importa el idioma, la cultura o el huso horario: el amor por el postre es universal. Y así como cada región tiene sus propias costumbres y sabores, también tiene su platito dulce insignia, ese que nació para acompañar un café, festejar una fecha importante o simplemente mimar al paladar después de una buena comida.

En esta nota te proponemos hacer un pequeño viaje gourmet (sin tener que sacar pasaje): postres de distintas partes del mundo, con recetas originales e ingredientes de primera calidad, para saber dónde probarlos acá mismo, en la provincia.

Crème Brûlée en Anna Bistró – Un clásico francés pero con tonada cuyana 

Para quienes no la conocen, la crème brûlée (que en español significa “crema quemada”) es un clásico de la pastelería francesa, reconocido por su textura cremosa y delicada, coronada con una fina capa de azúcar caramelizado que cruje al romperla con la cuchara. Su origen se remonta al siglo XVII, cuando el cocinero François Massialot se inspiró en la crema catalana española para crear esta delicia que, con el tiempo, se volvió un emblema para los franceses y el resto del mundo. 

Este postrecito icónico aterriza en Anna Bistró, ubicado en Juan B. Justo 161 de Ciudad, con un giro bien local. El ambiente —jardines frondosos, pérgola, salón con luz natural y cava— y la carta, que fusiona tradición mediterránea con ingredientes regionales, logran una experiencia cálida, atenta y sensorial. En ese contexto, el chef ejecutivo Alejandro Gallinski reinterpretó la crème brûlée incorporando harina de algarroba, un producto autóctono. Así, la esencia de este manjar permanece inalterada, pero adquiere un perfil nuevo, que dialoga entre lo clásico y lo nuestro. «La crème brûlée es el postre emblemático de los bistrós en Francia», nos cuenta Jérôme Constant, dueño del restaurante, revelando la importancia de que esta reversión también tenga un lugar protagónico en su carta.

Anna Bistró, ubicado en Juan B. Justo 161 de Ciudad, abre de lunes a domingo de 8 a 1 AM.

Cheesecake japonés en Oye Bar – Dulzura esponjosa al sonido de los vinilos

Si el cheesecake tradicional te gusta, pero a veces te resulta un toque denso, el japonés puede ser tu nuevo favorito. Esta tentación, conocida también como “cotton cheesecake”, es una nube de esponjosidad que nació en Japón. La historia dice que el chef Tomotaro Kuzuno quedó encantado con una tarta de queso alemana que degustó en un viaje a Berlín y, al volver a su país, la reinterpretó a su manera.

En Mendoza lo podés probar en Oye Bar, una casona en Chacras con luces de colores, diferentes espacios para acomodarte y vinilos girando todo el tiempo. Su carta fue creada por la chef Daniela Espinoza, que armó un menú con alma asiática y mucha nostalgia: ramen, gyosas, pollo frito, todo pensado para que te sientas como si estuvieras comiendo en casa de una amiga amante de esta gastronomía. El cheesecake japonés es el broche ideal: hecho junto a la pastelera Guadalupe Falco, lo sirven con arrope de uva y un extracto de fruta de estación. Dulce, suave y con onda: como todo el lugar. 

Ubicado en Viamonte 5224 de Chacras, Oye Bar abre de miércoles a domingo: su café de 12 a 20 hs y almuerzo y cena de 12 a 15 hs y 20 a 00 hs.

Merengada de Lina Gourmet – Una Pavlova reversionada

¿Australia o Nueva Zelanda? No hay consenso sobre dónde se inventó la Pavlova. Pero lo que sí está claro es que se creó en honor a Anna Pavlova, una bailarina rusa, y desde entonces se convirtió en un clásico: merengue crocante por fuera, suavecito por dentro, servido generalmente con topping de crema batida y frutas frescas. 

En Mendoza, esta delicia llega de la mano de Lina Gourmet, un proyecto que nació del amor entre dos hermanas por la cocina casera, bien hecha, y con personalidad propia. Esta Pavlova fue reversionada y bautizada como Merengada. Es una tentación irresistible para los amantes de lo dulce: doble capa de merengue (con almendras para darle más placer), dulce de leche, crema y frutos rojos. En el centro, una mezcla jugosa de frutas enteras; arriba, más dulce de leche, más crema y una lluvia de mermelada de estación o frutillas frescas. Además viene en tres tamaños diferentes, adaptados a la cantidad de comensales. 

Los pedidos se hacen por WhatsApp y se retiran por la Quinta Sección, aunque también hacen envíos. Encontrala en Instagram o escribiendo al 2615881680.

Pizza de Nutella en Bigalia – Recién sacada del horno 

¿Pizza con Nutella? Sí, existe. Y si sos de los que aman lo dulce tanto como lo salado, esto es básicamente el crossover que no sabías que necesitabas. Te juro que hasta hace unas semanas yo tampoco tenía idea de que esto era un postre, pero cuando lo pensás… pizza + Nutella + banana y frutilla + horno napolitano = ¿qué puede salir mal?

En Bigalia esta bomba aparece como “Ichi’s Nutella Pizza”, una creación ideal para compartir con alguien más. Tiene base de masa napolitana con el mismo tratamiento que sus pizzas saladas (fermentación lenta, horno italiano, ingredientes top)  pero se transforma en un manjar con todas las letras al agregarle Nutella, frutillas, banana y un chorro de salsa de chocolate caliente. Es la manera más dulce de cerrar una comida que ya viene cargada de amor por lo auténtico. Y sí, Bigalia no es cualquier pizzería: son los únicos en Mendoza con certificación «Pizza DOC», formados en Italia, y con productos DOP, es decir traídos directamente desde aquel país.

Si es muy dulce para tu gusto pero igual querés pedir postre en Bigalia, una muy buena elección es el tiramisú, un clásico italiano, elaborado con queso mascarpone, bizcocho, amaretto, cacao y café expresso. ¡Un imperdible!

Ubicado en calle Sarmiento 776 de Ciudad, Bigalia abre de lunes a domingo de 11:30 a 00:30 hs.

 Strudel de manzana en Rincón Suizo – Manzana, canela y raíces suizas 

Este postre es un clásico europeo con historia, de esos que cruzaron fronteras y siglos hasta convertirse en tradición. Nació en el Imperio Austrohúngaro, inspirado en recetas árabes que usaban masa fina y frutos secos. Con el tiempo, se volvió símbolo de la repostería vienesa y se expandió a Alemania, Suiza, Hungría y más allá. Cada familia le dio su toque, pero la esencia se mantuvo: capas delicadas de masa estirada a mano, manzana fresca, pasas, canela y azúcar, todo horneado hasta que se vuelve dorado.

Si logré tentarte con esa intro, tenés que ir a probarlo a Rincón Suizo, un restaurante en Blanco Encalada que parece sacado de un cuento. Fue fundado por Hodel, un inmigrante suizo que llegó en los años 70 con el sueño de construir su propio refugio alpino. Plantó árboles, levantó la cabaña y dejó una marca que todavía se siente: en el aire, en los detalles, en cada plato que sale de la cocina. Y si hay un plato donde todo eso se nota, es en el strudel: cálido, suave, y con sabor a casa. Es el cierre ideal luego de una tarde tranquila de charlas largas, chimenea y paseo por la montaña.

Rincón Suizo se ubica en Ruta Provincial 82 km 29.5, sus horarios son: jueves de 16:30 a 21 hs; viernes de 13 a 21 hs; sábado de 13 a 22 hs; y domingo de 13 a 20 hs.

Suspiro limeño en Sabrosura – Un clásico bautizado por un poema

Este postre típico peruano nació, como muchas grandes cosas, gracias al talento de una mujer y la inspiración romántica de un poeta. Allá por el siglo XIX, Amparo Ayarza preparó este manjar en su cocina de Lima, y su esposo, el escritor José Gálvez Barrenechea, lo probó y soltó la frase que lo bautizaría para siempre: «suave y dulce como el suspiro de una mujer». ¿Y en qué consiste este platito? Es una base cremosa hecha con leche condensada evaporada, coronada con merengue. 

En Mendoza podés probarlo en Sabrosura, un rincón peruano que hace honor a su nombre: herencia, sentimiento y sabor puro. Tiene dos locales (uno en Guaymallén y otro en Maipú) y en ambos el ambiente es tan cálido como una sobremesa de domingo. Y ya que estás, no te vayas sin probar su torta tres leches: otro clásico que te va a dejar suspirando.

La sucursal de Dorrego, ubicada en San Juan de Dios 331, Guaymallén, ofrece almuerzos todos los días de la semana, de 12 a 16 hs. El servicio de cena está disponible de martes a domingo, de 20:30 a 00:30 hs.

La sucursal Maipú, situada en Emilio Civit 1798, abre para almorzar de martes a domingo, de 12 a 16 hs. Las cenas se sirven de martes a sábado, de 20:30 a 00:30 hs.

 Tarta vasca en Margha – De San Sebastián a Godoy Cruz 

Sí, otra tarta de queso, pero ahora viajamos a España por una porción. La tarta vasca (también conocida como Basque Burnt Cheesecake) nació hace unas tres décadas en el bar La Viña, en el corazón de San Sebastián. De textura cremosa por dentro y superficie bien tostada, se volvió un ícono que conquistó cocinas de todo el mundo por su simpleza y sabor.

En Margha, una pizzería de Godoy Cruz que nació con la intención de volver a lo simple, a lo fresco, a lo hecho con tiempo, la tarta vasca encontró su lugar ideal. Además, todo está pensado para que disfrutes sin apuros: desde las pizzas con masa madre y fermentación lenta, hasta este postrecito que preparan apenas abren, en el mismo horno a leña que le da su impronta a cada plato. Acá, la porción es bien generosa y cremosa, coronada con frutos rojos que equilibran lo dulce con un toque ácido. Es la forma más linda de cerrar una salida nocturna entre amigos, cuando ya se comió pizza y todavía queda lugar para alargar la charla y compartir algo más (o no compartirlo y pedirte tu propia porción, sin culpa).

Pedí tu tarta vasca en Beltrán 721 de Godoy Cruz, de miércoles a domingo de 20 a 00 hs. 

Facebook
Twitter
LinkedIn