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Lo que la Falsa Boda nos dejó

Un no en el altar, tragos y mucha fiesta para más de 500 invitados que bailaron hasta el amanecer. El repaso de la primera de estas fiestas, pero seguramente no la última

La Falsa Boda que se realizó el sábado en el Sheraton empezó con drama y terminó a pura fiesta para las casi 500 personas que asistieron. Emilia y Francisco, los falsos novios designados para casarse, terminaron cruzándose a los gritos en el altar y cediendo el lugar de contrayentes a sus dos testigos, Abril y Juan Simón, quienes finalmente se dieron el «sí» y dieron a todos los invitados la excusa para beber, bailar y divertirse hasta la madrugada.
Gracias a las entradas que regaló INMENDOZA, Josefina Masud (23) y sus amigas llegaron al Sheraton pasadas las 23.30 y, como todos los presentes, esperaron con ansias el ingreso de los novios, que no ocurrió hasta pasada la una de la madrugada.
La espera fue similar a la de una boda real, aunque tal vez más larga, con la barra trabajando a full para atender a todos los recién llegados, música en vivo para amenizar el ambiente y un photo booth muy divertido para que todos se llevaran un recuerdo de la noche.
Después de la ceremonia, en la que el juez terminó casando a los testigos en lugar de a los novios, arrancó la fiesta que duró hasta pasadas las seis de la mañana en el lujoso hotel del centro. Repasamos lo mejor y lo peor de la noche.


[highlight color=#df0074] Hombres glam [/highlight] Moños, tiradores y sacos entallados fueron las marcas de distinción más elegidas por los caballeros que asistieron a la falsa boda. Por una vez se demostró que no sólo las chicas se preocupan por el atuendo para asistir a un casamiento.
[highlight color=#df0074]Toda la familia [/highlight] Analizando todos los asistentes a la Falsa Boda podríamos armar los árboles genealógicos de los novios, ya que había gente de todas las edades: los muy jóvenes –23 años era la edad mínima para ingresar–, una mayoría de treintañeros, y bastantes invitados más grandes.
[highlight color=#df0074]Cuidado con el precio [/highlight] Si bien la fiesta estuvo completa, algunas voces querían un poco más, teniendo en cuenta los $500 del valor de la entrada.
[highlight color=#df0074]Premio por el ramo [/highlight] Gracias a INMENDOZA, la afortunada joven que agarró el ramo de la novia se ganó una cena para dos personas en el Hotel Huentala.
[highlight color=#df0074]Todo bajo control [/highlight] La organización, tanto de la Falsa Boda como del Hotel Sheraton, estuvo muy bien. La entrada estuvo controlada, los baños impecables, y a nadie se le permitía fumar en el interior del salón.
[highlight color=#df0074]Explotó el verano [/highlight]  Salvo algunas que optaron por vestidos largos al mejor estilo madre de la novia, la mayoría de las chicas aprovechó la cálida noche del sábado para mostrar las piernas. Shortcitos, mini faldas y remerones ultra cortos predominaron entre las asistentes. Como en cualquier fiesta, el negro fue el color más elegidos por todas.
[highlight color=#df0074]Un alivio [/highlight] Si bien una parte de los invitados se retiró de la fiesta alrededor de las 3 de la mañana, lo mejor aún estaba por venir. El acceso a la barra fue más fácil con menos gente en el salón y se agilizó la obtención de tragos.
[highlight color=#df0074]Toda la fiesta[/highlight] Trencito, carnaval carioca y el vestido blanco de la novia volando por los aires fueron algunos de los gestos distintivos de una boda que estuvieron presentes el sábado. No faltó ni el cotillón.
[highlight color=#df0074]Show en vivo[/highlight] También ya avanzada la noche la música de Ramiro Gallardo se silenció por un momento para dar paso a Lluvia de papas, una banda pachanguera que animó a todos.

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