Gustavo Parra es pudoroso a la hora de hablar de su propio estilo. «Son fotografías ‘de autor’… ponele», dice, no sin cierto humor. Pero esa modestia es desmentida con contundencia por la fuerza de sus imágenes. En «Fotoparra en blanco y negro», la exposición que se exhibe actualmente en el ECA (Espacio Contemporáneo de Arte), esa potencia estética puede cotejarse a golpe de ojo.
Apasionado por el monocromo desde siempre, Parra (dedicado desde hace un cuarto de siglo a la fotografía) confía más que en su ojo, en su mirada. Y no es lo mismo. Me explico: al ex jefe de fotografía de Diario Uno le importa menos la pericia técnica o el preciosismo estético que la propia composición, captada no sólo en el momento del disparo, sino en el revelado, en el corte, en el encuadro final. Y, por supuesto, en la decisión de convertir ese fragmento del mundo capturado por una lente, en un objeto monocromo de inusual contundencia.
Dos fotos de desnudos ilustran a la perfección esa virtud del fotógrafo mendocino. En Reposo en Uspallata, por ejemplo, la belleza de la mujer desnuda sobre una piedra cede en sensualidad a las propias formas del paisaje, acaso más voluptuosos por cuanto Parra consigue convertirlo en un eco carnal (aunque pétreo) del cuerpo vivo, también quieto, también en reposo.
El Desnudo en la ventana (Nude Ventana), propone un juego de descubrimientos, casi un escamoteo de la figura: al cuerpo desnudo allí hay que espiarlo, atravesar con nuestra propia mirada escrutadora ese vidrio empañado, ese vapor que siempre se interpone en nosotros cuando es el deseo el que nos guía.
Pero hay más obras para admirar: en Cocodrilo, debemos asirnos del título para captar el animal retratado, pero si prescindimos de él, o si no encontramos a tiempo el nombre, ya estamos perdido en ese juego recio de claroscuros en el que un misterio voraz acecha. Por último (si es que queremos deternos en la descripción para dar paso a la mera contemplación del resto de las obras), en Lluvia Versalles todo está fuera de lugar: no hay foco, el personaje está movido, el encuadre está inclinada. Pero nos divertimos en descubrir eso que pasa en la foto y comprendemos la razón del aparente caos. Hay una huida bajo el agua, una vereda empañada. Y, quizá, algo más que se sugiere, pero como ese personaje, se nos escapa.
[alert type=red ]Fotoparra en blanco y negro, muestra de Gustavo Parra. Espacio Contemporáneo de Arte (9 de Julio y Gutiérrez, Ciudad). Visitas: lunes a sábados de 9 a 13 y de 16 a 21. Domingos de 16 a 20. Hasta el 21 de setiembre de 2015.[/alert]