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La poeta de los vinos

La mejor sommelier de América se prepara para el Mundial 2016 que se hará en Argentina. Considera que los vinos mendocinos son competitivos en el mundo pero los restaurantes pierden la posibilidad de darlos a conocer sin profesionales en su staff

Por Valeria Mendez

Paz Levinson, rionegrina con familiares mendocinos, fue seleccionada recientemente como Mejor Sommelier de América en un concurso realizado por la Alianza Panamericana de Sommeliers (APAS) y la Association de la Sommellerie Internationale (ASI). Paz trabaja actualmente en el Hotel Le Bristol de París y su premio le ha dado trascendencia internacional. También es poeta y escritora, pasión que alimenta escribiendo en su blog personal, con crónicas de viajes y artículos sobre vinos para diferentes medios especializados. En una charla con INMENDOZA, cuenta cómo se prepara para competir en 2016 en el Mundial de Sommeliers que se hará en Argentina y cómo ve los vinos mendocinos en el mapa vitivinícola mundial.

La neuquina Paz Levinson, Mejor Sommelier de América, también es poeta y escritora.
La rionegrina Paz Levinson, Mejor Sommelier de América, también es poeta y escritora.

 

–¿Tu sensibilidad para la literatura y la poesía influyen en tus cualidades como sommelier?

–Cuando empecé pensaba que no era una obligación unir la poesía o la escritura al vino. Sobre todo porque el trabajo del sommelier es una profesión, un oficio donde uno está vendiendo un producto, aconsejando sobre una venta. Después cuando me puse a escribir de vino para distintos medios especializados, pude mezclar la literatura con mis conocimientos como sommelier, sobre todo en las crónicas de viajes, contando qué pasó, cómo pasó. Ahí encontré  un espacio para desarrollar los temas. Escribir lleva más tiempo. Me gusta mucho escribir crónicas de viajes, y en el futuro me gustaría dedicarme a eso. Tengo algunas notas y artículos en mi blog que escribí para El Conocedor y también columnas en inglés hablando sobre determinados vinos.  El trabajo con la poesía es a largo plazo, te lleva toda una vida profundizar con la palabra. Tuve algunos premios en Bariloche y en Buenos Aires y participación con algunas editoriales. Con la poesía intento mostrar de dónde uno viene, hacer esos retratos desde un lugar creativo, propio e irremplazable, pero es un trabajo totalmente desinteresado.

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«Nuestros vinos pueden competir con los mejores del mundo, pero no tenemos una botella de más de 50 años para mostrar».

–¿Hacer un vino es como hacer un poema?

–Respeto a los enólogos que se sienten creadores o pueden entender ese punto de vista, pero no es algo que yo sienta. Hacer un vino para mí está vinculado a lo artesanal y no creo que todo oficio sea arte. El gesto artístico en un vino lo veo más en el nombre, la etiqueta, en el concepto general, no en el producto en sí que es el vino. Hay vinos que se consideran productos de colección, pero quien lo hizo no pensó en hacer una obra de arte. Sí hay vinos en el mundo que se han transformado en vinos emblemáticos pero no fueron hechos como obras de arte.

–¿Qué vinos, por ejemplo?

–Y por ejemplo el Cros-Parantoux Henri Jayer 1990.

Para Paz el hecho de no contar con sommeliers en los restaurantes mendocinos es perder oportunidades.
Para Paz el hecho de no contar con sommeliers en los restaurantes mendocinos es perder oportunidades.

–¿Cómo ves los vinos mendocinos en el mapa vitivinícola del mundo?

–Estamos en un lugar cerca al nuevo mundo, donde primero hubo una explosión pero ahora queremos y necesitamos saber más de nuestros suelos. Hay un interés por saber y conocer el potencial de nuestros terrenos, qué podemos sacar de ellos, qué expresan, porque desde ese lugar se puede obtener algo auténtico, único. El problema es que esta búsqueda lleva muchos años y el mundo va muy rápido, todos queremos todo ya. En Bordeaux, por ejemplo, investigan sobre sus vinos y terruños hace 200 años. Nosotros estamos empezando este camino. En 1995 se inició un estudio para saber qué tenemos y hacia dónde tenemos que ir. A nivel mundial avanzamos muy rápido y nuestros vinos pueden competir con los mejores del mundo, pero no tenemos muchas botellas de los años 50 para mostrar. Hay  bodegas en Mendoza que tienen vinos de esos años pero lo que no tenemos es un volumen ejemplar como para mostrar al mundo. Hay un gran volumen de bodegas que tienen 20 años o menos. En Francia hay botellas de 1947.

¿Cómo te estás preparando para el Mundial de Sommeliers que se hace en 2016 en Argentina?

–Después de un concurso tenés la posibilidad de evaluarte a vos mismo. Mi idea es atacar mis debilidades para llegar a ser mejor. Concurso a concurso uno se va conociendo cómo actúa y reacciona, entonces pienso trabajar sobre eso.

–¿El hecho de estar trabajando en París te da mayores posibilidades en cuanto a la accesibilidad a probar vinos de otras latitudes?

–En Francia tenés acceso a vinos franceses pero no de todo el mundo, para saber, conocer y probar, hay que viajar mucho. Los profesionales tienen que viajar si quieren perfeccionarse.

–¿Qué podés decir en general del servicio de sommelier en los restaurantes mendocinos?  

–Mendoza debería tener muchos profesionales del vino, es algo que el cliente de un restaurante agradece, además deberían verlo como parte del negocio porque incrementa las ventas. Creo que existe la idea de que como la gente en general conoce de vinos, pasan un poco por alto la necesidad de tener un sommelier, pero no hay que perder de vista que por Mendoza pasan muchos profesionales del vino que vienen de todo el mundo y si no hay quién los guíe en su búsqueda estamos perdiendo oportunidades. Hay sommeliers muy profesionales como María Laura Ortíz (vice-presidenta de la Asociación Argentina de Sommeliers) o Rodrigo Kohn (sommelier del Hyatt).

Paz competirá en el Mundial de Sommeliers que se hace el año que viene en Argentina.
Paz competirá en el Mundial de Sommeliers que se hace el año que viene en Argentina.
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