Los temas de Chetitos, la mayoría versiones de canciones de rock nacional en clave de cumbia, se instalan de a poco entre los jóvenes mendocinos y del resto del país. La banda local que nació en 2013 y ya editó siete discos de covers, lanzó este año Mío, el primero con temas propios: los primeros cortes de difusión y un videoclip ya están on line para el disfrute de los más fiesteros.
La banda está conformada por seis músicos conocidos en Mendoza: Flavio Patiño, Pablo Orellano, Chelo Charco, Fernando Nano Cremaschi, Martín Daga y Leo Mut, y la única presencia femenina, Camila Coccia, quien unió su voz al proyecto el pasado enero.
La rubia de 21 años estudia Comunicación Social y canto, y se formó durante varios años en comedia musical. «Siempre canté, de chiquitita siempre, me iba a Chile y cantaba en el hotel para los que estaban ahí, canciones que me gustaban a mí» contó.
Nacida y crecida en Guaymallén, jugó al hockey hasta los 17 años, a la par de sus estudios musicales. Cuando terminó la secundaria decidió estudiar locución «para cultivar mi voz, trabajar con mi voz y conocerla», dijo.
–¿Cómo te sumaste a Chetitos?
–Los conocí en un casamiento justo antes de irme de vacaciones en enero. Una amiga me dijo «Cami, va a tocar Chetitos» y yo la verdad no sabía quiénes eran… Al verlos dije que estaba re bueno. Un mes después una amiga me mandó una foto que decía que Chetitos estaba buscando cantante. Fui a una entrevista y a hablar con Leo Mut y probamos. Les gustó mi voz y decidimos probar en un show… ¡y justo me tocó en un boliche en Tunuyán!
–Pero vos tenías experiencia en escenarios…
–Sí, miles, pero el problema era el público del boliche, que ya sabemos que es un público malo… pero cuando empezamos a tocar la gente se prendió muchísimo… ¡hasta firmé autógrafos!
A pesar de que le pagan por cada show –la mayoría de las presentaciones de Chetitos son en fiestas privadas– Camila no considera que esté trabajando. «Es un laburo entre comillas, no me lo tomo como un trabajo porque hago lo que me gusta». Sin embargo, desde que se unió a la banda no ha dejado de presentarse en vivo ni un fin de semana. Incluso a veces con más de un show en la misma noche.
–¿Hay algo que te asuste de tener éxito con Chetitos?
–Que me tomen como una cantante de cumbia y nada más. Mi alrededor, las personas. La gente que escucha Chetitos, que se piense que es todo lo que soy. Porque como cantante puedo dar mucho más, puedo cantar melódico, lírico…
–¿Y si pudieras elegir qué te gusta más?
–El pop rock me encanta. Yo tendría que ser una cantante de pop, sería como Lali Espósito. Es muy criticada pero la está pegando muchísimo y tiene mucho talento. No sé si me encanta, pero es el modelo de artista que me gustaría ser en un futuro.
–Sos la única presencia femenina de Chetitos, ¿cómo jugás ese rol ante el público?
–Con respecto a la ropa me cuido un montón, no me interesa mostrar, no soy extrovertida en ese sentido. Me da vergüenza que me miren por eso. Lo físico siempre está en juego y soy consciente de eso, puedo ponerme un short y un top, pero me ato una camisa en la cintura.
«Creo que la sensualidad va desde otro lado, a mí me gusta ser sensual desde la parte femenina» agrega. Además está de novia hace más de un año y reconoce que él es un poco celoso, pero que jamás le pediría que dejara de hacer esto. «Y si me lo dijera le diría “bueno… lo voy a hacer igual… nos vemos”», dice riendo.
–¿Cuál es tu tema preferido del nuevo disco?
–Es el segundo corte, Tan solo digo vuelve.
–A pocos días del lanzamiento del disco y del video clip, ¿cómo te tomás las críticas?
–No me preocupan, pero las acepto. Sé que si seguimos creciendo y haciéndonos conocidos es algo que va a pasar, pero nunca me preocupó mucho lo que digan los demás. Si son críticas con respecto a mi voz o a una canción, las voy a tomar, y sino, no.