Skip to content Skip to footer

Una visita de primavera a Quimera Bistró: cocina, paisaje y vino

La propuesta gastronómica de Achaval Ferrer celebra la primavera con una cocina estacional, una experiencia íntima entre texturas, colores y sabores.

Hay experiencias que empiezan antes de sentarse a la mesa. Un miércoles bien soleado de primavera salimos desde la ciudad rumbo a Agrelo para reencontrarnos con Quimera Bistro. Apenas veinte minutos bastaron para entrar en otro paisaje: viñedos abiertos como horizonte posible, la quietud del campo y esa sensación de calma que te anuncia almuerzos que paran el tiempo.

El ingreso al restó siempre tiene algo ritual. El lago que espeja el cielo, la arquitectura sobria… Desde ahí, el día empezó a bajar una (o varias) marcha/s. Nos esperaba Sebastián Vélez Romero, gerente de marketing de la bodega, para una visita breve e íntima a la cava y al sector de producción que marcó el tono general. Nada solemne ni largo: lo justo para entender que en este lugar el vino no es solo lo que está en la copa, sino todo lo que pasa antes. Probamos un blend de tintas y blancas que nos sorprendió: fresco y extrovertido, desafiante de la tradicionalidad que caracteriza a la bodega.

Quimera Bistro nace de ese mismo espíritu. Su cocina está en constante diálogo con el paisaje y con los vinos que la rodean, sin necesidad de grandilocuencia. Todo se apoya en lo esencial: producto de estación, técnica precisa y sensibilidad. La chef Constanza Cerezo Pawlak conduce la propuesta con una mirada femenina y sutil, donde cada detalle importa, desde la estética de los platos hasta la calidez del servicio.

Con ese clima de quietud llegamos a la mesa. Afuera, las montañas dibujaban un telón perfecto. El menú quimerino de primavera nos esperaba para desplegarse paso a paso.

El recorrido quimerino: estación primavera en cinco pasos

El recomendado de Guía Michelin tiene su sello: colores, texturas, huerta propia, técnica y atención al detalle. Con esa información y experiencias previas, nos adentramos a saber de qué se trataba el Menú Quimerino.

El primer bocado fue un gnocco frito con espárragos, crema de queso y emulsión de limón, chiquito pero muy protagonista, capaz de despertar el paladar sin exagerar. Después llegó una secuencia de entradas que celebró la estacionalidad y celebramos nosotros también: pan brioche tibio con manteca casera, queso semiduro con vinagreta de frutillas y queso azul con piel de kumquat en conserva, mientras que la ricotta fresca con pesto de almendras, aceite de menta y arvejas se convirtió en el plato que aún recordamos. Su textura suave, la frescura de las arvejas y el perfume herbal lo transformaron en un IN para nosotros.

Para los principales, dos caminos y dos personalidades distintas. Por un lado, el ojo de bife jugoso con morrones en conserva, tapenade, acompañado de papas dauphine, esas pequeñas nubes doradas que no podes parar de comer, y una ensalada de verdes con una vinagreta que te refrescaba lo justo y necesario. Al lado, una opción más verde y reconfortante: ñoquis de ricotta con manteca de espinaca.

El cierre llegó con una trilogía de chocolate y frambuesa, seguida de café y petit fours para quedarse un rato charlando y admirando el paisaje. Todo el recorrido estuvo acompañado por dos etiquetas que sumaron carácter sin opacar la propuesta: un Appellation Malbec Luján de Cuyo, elegante y maduro, un Quimerino 2023 vibrante y expresivo y un Quimera Blend, el protagonista de toda la experiencia.

Más maneras de vivir Quimera

Algo que encanta de Quimera es que no hay una sola manera de vivirlo. Está este menú quimerino, pero también podés ir a la carta si te divierte elegir o probar algo puntual. Y si te querés entregar del todo, está la Experiencia Quimera, una versión más extensa, con más pasos y un pre postre extra que le suma juego. Acá todas las elecciones y restricciones alimentarias son tenidas en cuenta para hacerte vivir una experiencia única que despertará tus cinco sentidos.

En resumen, luego de dos años volvimos a ir y podemos confirmar que es una gran propuesta en Mendoza que si tenés la oportunidad de vivirla, no lo dudes. Quimera Bistro es un 360° para mendocinos y turistas sin lugar a dudas. 

Quimera Bistro, en bodega Achaval Ferrer. Dirección: Cochabamba s/n°, Agrelo, Luján de Cuyo. Atención de martes a domingo, de 12 a 17 hs. Reservas y más info: acá IG: @quimerabistro.

Facebook
Twitter
LinkedIn