El joven artista mendocino Gonzalo Antón fue seleccionado para exponer su obra pictórica en la feria de arte contemporáneo internacional Art Revolution Taipei 2014 (www.arts.org.tw), que tendrá lugar en el corazón de la capital de Taiwán, en el Taipei World Trade Center del emblemático Edificio Taipei 101. Esta internacionalmente aclamada reunión artística anual es una de las principales ferias de arte del sudeste asiático, a la que asisten en promedio 30.000 personas, siendo habitual que concurran personalidades del mundo del cine, la música y la política que buscan piezas para sus exclusivas colecciones personales.
Para participar de la misma, Antón debió superar un riguroso proceso de selección, ya que solo un reducido grupo de artistas entre miles de todo el mundo que se postulan, consiguen ser aceptados.
Es el orgulloso primer artista local invitado, y conversó con INMENDOZA.com
– ¿Qué sentís al haber sido invitado a participar de Art Revolution Taipei 2014?
¡Alegría y nervios! Ver concretarse tres años de planeación para acercar mis obras al sudeste asiático es intenso. Ha sido buena fortuna que sea en Taipei; es gente extremadamente amable y eficiente. Hace unos días almorzamos con el embajador de Taiwán para Argentina, Matthew Lee, y la encargada de su Oficina Cultural, Nieves Tsueihua Lan, luego de visitar mi taller para ver algunas obras en persona. Es encomiable también la labor en Taipei de gente a cargo de la feria como Ocean Yen y el director Lee Sun-Don.
– Salir del metro cuadrado mendocino es para muchos imposible. ¿Cómo lo lográs?
Ha sido en verdad circunstancial. Hay mucha gente que trabaja con cariño y empeño en nuestra provincia y eso es muy bueno. El por qué de que mi obra pase desapercibida en nuestro propio país y haya sido bien recibida en otras naciones, es algo que yo mismo me pregunto a menudo, y también se lo pregunto a los coleccionistas. Siempre es curioso de dónde llega el interés y la demanda por lo que uno hace.
– ¿Qué es lo que más disfrutás de tu contacto profesional en el exterior?
Sin duda la posibilidad de una mejor educación. Visitar museos y ver obras maestras, ir a óperas, conocer gente muy capacitada, de los más diversos ámbitos y nacionalidades. Es una escuela excepcional.
– Muchos consideran que sos un niño mimado: elegante, educado, prolijito, en muchos casos distante del resto de los artistas locales. ¿Vos cómo te ves?
¡Jaja! ¿En serio dicen eso? Bueno… no se le puede prestar mucha atención a lo que se diga por ahí. Una amiga escritora de Nueva York ayer me decía que le hago acordar a Ferris Bueller, por lo aparato sin duda. Lo de la distancia tampoco, diría yo… no dudo en levantar el teléfono o mandar una carta con sinceras felicitaciones y agradecimientos cuando me sorprende la obra de alguien o hace una linda muestra; como también lo más usual, que es responder con toda solicitud cuando me llaman preocupados preguntando cómo hacer la exportación legal de una obra a otro país, si les ha surgido la oportunidad.
– ¿Qué ve una persona en tus obras para elegirte por sobre los demás?
Esta mañana pasaron unos suizos por el taller, interesados en llevarse unas obras y encargarme algunas comisiones (lienzos realizados a pedido). Es algo de lo más curioso qué le llama la atención a cada coleccionista. Creo que la persona que compra arte no elije un artista por sobre los demás: pienso que hay un coleccionista para cada obra que hace cada artista. Es una cuestión de tiempo, hasta que se encuentran.
– Una de tus obras se subastó recientemente en Buenos Aires, por una buena cantidad de dinero. ¿Te sorprende que se pague esa cifra?
Me llamaron de Buenos Aires hace unos días para avisarme que en una reñida puja la terminó comprando Banco Macro en $101.500, en la subasta organizada en el Palacio Errázuriz, es decir, el Museo de Artes Decorativas de Avenida Libertador. Era a beneficio de Conin. Si bien la cotización de esta subasta no alcanzó los actuales precios del exterior, sí me sorprendió que dentro de las fronteras de nuestro país rozara las 6 cifras en pesos argentinos. Esto es algo muy inusual para un pintor que, aparte de pecar de joven, nunca ha expuesto en Buenos Aires y que tampoco figura en el circuito nacional. Nos alegramos de que la pudieran vender bien para una buena causa; casi no la enviamos, creyendo que no la compraría nadie.
– ¿Qué pintura propia comprarías?
Es curioso: no siempre coinciden los favoritos de uno con las obras que más rápido encuentran nuevos dueños. Hace poco hice un estudio en lápiz de la escultura en mármol de Van Berckelaer que hizo Rodin, cerca de los 30 años, cuando estaba en Bruselas. Compraría ese. De hecho, quizás me lo quede de veras para mí.
– ¿A qué pintor le comprarías una obra?
Viajo en el tiempo y le robo uno a Sorolla apenas lo termina. O a Lucian Freud. O a Gauguin. También le hubiera comprado la muestra entera a Emaús Miciú Nicolaevici cuando expuso en Tunuyán.
– ¿Cuál es el gran sueño de Gonzalo Antón?
¿Gran sueño? Mmmm… me gustaría llegar con el tiempo a hacer pinturas que le recuerden a la gente que la belleza y la bondad existen. Y que su fulgor es terrible. Lo creo imposible, mas me preguntaste por un gran sueño.
– El mercado de Estados Unidos ya posee muchas de tus obras. Ahora tal vez, el de Asia. ¿Qué más te queda por recorrer?
¡Todo aún está por hacerse! Recién comienzo mi carrera, que va despegando muy de a poquito para lo que son los parámetros internacionales. Si en Asia todo se llega a desarrollar bien como en USA, la próxima escala puede ser Oriente Medio antes de acercarme un poco más a Europa. Al menos por ahí parece seguir la ruta, de momento. Pero el tiempo -y sobre todo en qué países surjan interesados en mi obra- son los que decidirán el camino futuro. En verdad tengo poca injerencia en el asunto.