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Mirá quién habla: Franco Fusari

Descubrí el “lado B” del joven emprendedor y desarrollador creativo que no deja de aprender. Auténtico capricorniano y fanático de Ryan Relnolds, se animó a ser protagonista de una nueva producción exclusiva de Inmendoza.

Las palabras comenzaron a fluir ni bien llegó a la charla. Buena onda, verborrágico, pero sobre todo muy predispuesto para que conozcamos más de él. Su nombre completo es Franco Nicolás Fusari Dumont, tiene 34 años, es oriundo de Guaymallén y ahí comienza su historia.

Su familia lo es todo y quedó claro desde el primer minuto de grabación. Sus padres están casados hace 36 años y él es el mayor de 3 hermanos, Lea y Cami lo siguen. De todas formas, hace más de un año, su familia se agrandó cuando nació Fiamma, fruto de su amor con Nadia, con quien hoy espera a su segunda hija. 

Luego, viene el trabajo. En realidad, los lleva casi a la par, en equilibrio, “o eso intento”, sostuvo. Franco siente que si tuviese que definir lo que hace se estaría encasillando, por eso lo resume en la ecuación de generador e investigador, un desarrollador creativo.

Y aunque muchos lo conozcan por Modesto o por tocar el saxo en eventos hace muchos años, hay detalles dentro de esas historias que merecen ser contados y, por supuesto, mil historias más.

Desde sus 10 años hasta los 15 empezó a estudiar, paralelamente, tres instrumentos y tres idiomas: el piano, el clarinete y el saxo;  inglés, portugués e italiano. Luego, comenzó a explotar ese talento y pasó muchos años tocando el saxo en cumpleaños y eventos. Fue tal la “popularidad” que logró que en muchas oportunidades, al tener que tocar más de cinco veces en una noche, no sabía si realmente lo estaba disfrutando. “Creo que estudiar de tan chico los instrumentos me hizo desenamorarme más rápido”, dijo.

Luego de terminar la secundaria, se metió a la carrera de Arquitectura que tanto le ayudó (a pesar de no haberla terminada) para sus proyectos actuales. De hecho, si no fuese lo que es hoy, sería arquitecto full time.

La transición fue a Modesto, un mundo que nada tenía que ver con lo que venía haciendo. “Los ahorros del saxo los volqué a dicho proyecto gastronómico con mi hermano y amigos”. Además de las tres sucursales de Modesto, surgió posteriormente La Social, la famosa pizzería de barrio de la que hemos hablado mucho en este sitio. Sin embargo, hoy en día Franco está con la mente en otros planes.

“Estoy con la obra gastronómica del Parque y también hace dos años estoy trabajando en un proyecto inmobiliario en lo que era mi casa con mis hermanos. Un proyecto de viviendas dentro de esa propiedad en Guaymallén. Soy quien empuja para darles vida, hago todo lo que hace falta, tomo las decisiones estratégicas”, contó.

Aquí entra su lado más terrenal, el de darle forma a las cosas, por eso es que se identifica tanto bajo su signo Capricornio. “Siempre fui muy Capricornio, estructurado, responsable y constante con lo que me gusta hacer”.

“Hay una deuda con la gastronomía en general”

Le preguntamos al emprendedor de tantos proyectos cómo veía a la provincia en el rubro gastronómico y cuáles son sus lugares favoritos para comer en Mendoza.

“Soy de esos que defienden Mendoza, que me gusta decir que vivo acá. Está en un crecimiento constante, no solo en lo gastronómico, hay propuestas nuevas y hay variedad. Por otro lado, creo que este rubro está muy golpeado, muy reñido, se emplea muchísima gente y no tiene mucho reconocimiento (o el que yo creo que tendría que tener). Hay una deuda con la gastronomía en general que creo que tiene que mejorar lo impositivo para que haya trabajo mejor pago”, afirmó.

Dentro de esa charla, reconoció que cocina en su casa y que es bueno haciendo el asado. Asimismo, destacó dos lugares mendocinos para ir a comer. En primer lugar, Fuente y Fonda, un bodegón de Ciudad con platos abundantes para compartir que te llevan a la infancia. Luego, Finca Agostino, lugar que presenta un menú sólido y completo, “donde te vas con la panza llena y el corazón contento”.

El amor con Nadia y la llegada de Fiamma 

Fuimos testigos de la admiración y el amor con el que habla de su mujer, Nadia y de su hija Fiamma. “Cuando conocí a Nadia terminé de encontrar en una persona, en una compañera, esa seguridad que estaba buscando de forma forzada quizá. Con ella sentí que esa seguridad había llegado y fuimos a fondo. Estuvimos un año y nos casamos sin decirle a nadie. Me saqué muchos mandatos de encima conociéndola, su llegada me alivió muchísimo”, confesó.

Fiamma llega después a coronar todo ese amor. “Estoy transitando un salto de conciencia que amo vivir, un aprendizaje enorme. Cerca de los 20 años tuve un accidente en cuatriciclo en San Rafael que casi me deja cuadripléjico. Siempre digo que tuve suerte o tenía más cosas que hacer en la vida: una de ellas era descubrirme en la paternidad y disfrutar de mi familia”, expresó y reconoció que Fiamma lo conecta con su lado más emocional y saca a relucir su ascendente en Cáncer que tanto lo diferencia de Capricornio. 

Franco y su reencuentro con el saxo

Trayendo un poco a contexto el nuevo EP de Sasha Nazar, del cual Franco participó, preguntamos cómo sucedió toda esa secuencia. 

“Largué el saxo por muchos años y me volví a encontrar pero desde pequeñas intervenciones. ¿Cómo llegué a ser parte de ese disco? Yo estudié arquitectura con Exe Stocco, el cantante de Pasado Verde. De tanta amistad con él, me fui juntando con sus amigos y compartiendo momentos. Ahí conocí a Sasha y pegamos mucha onda. Una noche, escuchando sus temas, saqué el saxo y él la guitarra y empezamos a tocar uno. La fusión quedó increíble”, confesó.

¿Quién es tu referente/ídolo en la vida?

Tengo muchos pero se me viene a la cabeza el actor y productor Ryan Reynolds ya que no solo es escritor y creador de películas, cuestión que lo hace manejar la escritura y el humor, sino que encima mantiene y disfruta los emprendimientos de placer con la familia a la par. Me inspira ese equilibrio que logró en su vida y digo: si él puede, ¿por qué yo no?

¿Cómo te llevas con el deporte?

Me gusta entrenar, creo que es una ecuación entre la salud y la voluntad. Hice muchos deportes en mi vida. Ahora entreno con una profe que viene a mi casa, tres veces por semana bien temprano. Los martes hacemos picaditos con mis amigos.

¿Dónde te gustaría vivir el resto de tu vida?

Me gusta mucho Mendoza pero sufro el calor, la zona donde haya bosque y frío es la mejor. Básicamente, el sur argentino.

¿Qué le dirías al Franco del futuro y al del pasado?

Al Franco del pasado le diría relajate, no seas tan manija, va a salir todo bien. Al del futuro le llevaría un rato del presente que estoy viviendo, algo de juventud. 

¿Cuál crees que es el secreto del éxito?

Creo que mientras más se acerque a la verdad, mejor. Lo más genuino que tengas, tratá de explotarlo. Lo que uno siente que hace mejor, sacándote los mandatos de lado. Tiene que ver con no caretearla y con la tranquilidad, el estar en paz con lo que uno es y con lo que hace. 

Definite en pocas palabras. 

Mi nombre Franco abarca otros aspectos de la palabra, me siento una persona franca y trabajo por serlo. Deseo que la gente se acuerde de mí de buena manera, que esa interacción haya sido positiva. 

Y la nuestra sí que la fue. Cuando la buena energía abunda se nota, y eso colmó el ambiente de la entrevista. 

Franco es un grandísimo emprendedor y mejor desarrollador creativo pero sus múltiples facetas hacen dignos los párrafos escritos para ahondar mucho más en él y su historia de vida. 

Nota: Rebeca Soria.

Fotos: Salomé Vorfas.

Dirección de arte: Paulina Gervasi.

Video: Rocío Carloni.

Spot y colaboraciones: Winifred Ana.

 

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