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Mariana Enriquez en Mendoza: “En Argentina todo te da miedo todo el tiempo”

La exitosa escritora llega por primera vez a la provincia con su espectáculo No traigan flores. Hablamos con ella y nos contó sobre sus miedos, recomendó lecturas y música y dio detalles sobre la presentación.

La figura de Mariana Enriquez se proyecta en mi cabeza casi inalcanzable. Dueña de numerosos galardones, entre ellos el Premio Herralde de Novela por Nuestra parte de noche, distinguida como “Graduada Ilustre” de la Facultad de Periodismo de Universidad Nacional de La Plata y reconocida Personalidad Destacada por el Senado y la Cámara de diputados de la provincia de Buenos Aires por “su notable trayectoria literaria”, entre muchas otras distinciones que enaltecen su indiscutible carrera. Pero no son todos esos premios y reconocimientos los que me atraen hacia ella. Son, sin duda, sus increíbles historias, pero más aún su persona.

Si hacemos una búsqueda rápida de su nombre en Youtube aparecerán infinidades de entrevistas, clases magistrales y aperturas de diálogos. Todas ellas son recursos más que ricos en materia literaria, pero se ponen más interesantes cuando Mariana profundiza en el lado B de su persona: la música que escucha, los actores que le gustan, sus obsesiones, su infancia, su paso por el consumo de drogas…detalles que acercan a la “rockstar de la literatura”, como la bautizó The New York Times, -y con razón- a un plano más cotidiano, a un lugar que la ubica más próxima a todos nosotros.

Mariana Enriquez nació en Buenos Aires y se licenció en Comunicación Social en la Universidad Nacional de La Plata. Antes de ser periodista, ya había publicado -con sólo 21 años- su primera novela, Bajar es lo peor. Le siguieron Cómo desaparecer completamente (2004), un libro de relatos titulado Los peligros de fumar en la cama (2009) y Chicos que vuelven (2011), entre muchos otros. Pero el boom llegó con Nuestra parte de noche, novela publicada en 2019. Actualmente es subeditora del suplemento Radar del diario Página/12.

Su narrativa se enmarca en el género de terror, pero limitarla a eso sería reduccionista. Enríquez ha sabido conjurar una oscura alquimia literaria que seduce y perturba, fusionando algo de realismo mágico con la cruda realidad argentina. Con una maestría única, su prosa desgarra el velo de lo oculto para revelar lo que yace en las sombras, haciéndonos reflexionar sobre lo inexplicable y las complejidades humanas. Con cada obra, la escritora logra adentrarnos en una experiencia literaria tan perturbadora como fascinante.

Mariana Enríquez visitará por primera vez nuestra provincia con su espectáculo No traigan flores, una performance multidisciplinar. La puesta lo tiene todo: ilustraciones realizadas con arena por el artista Alejandro Bustos, música en vivo del contrabajista Horacio Mono Hurtado y hasta cambios de vestuario, tal como lo haría una auténtica estrella.
En comunicación telefónica con la escritora descubro algo que ya sospechaba: de inalcanzable tiene casi nada. Por el contrario, es una mujer sumamente accesible y dispuesta a contestar todas mis preguntas que, admito, hubieran sido muchas más.

¿Qué sentís al sentarte delante del público y ponerte en primera persona a leer tus relatos?

Mirá, a los escritores es una cosa que se les pide últimamente. Yo creo que no es históricamente algo muy común, o a lo mejor sí, pero se les pide mucho más. A mí nunca fue algo que me divirtió mucho leer en vivo, en una situación como de
presentación de libros y todo eso, porque si yo fuese público no les prestaría atención, me aburriría. Me he preguntado durante mucho tiempo cómo hacer para que ese momento, que me parece que es muy interesante entre el escritor y el lector, sea un poco más dinámico y divertido y de alguna manera expresar toda la imaginación
que se le puso al texto, pero quedó ahí. Entonces vinieron los productores del espectáculo, Paula y Martín, y me propusieron hacerlo y luego sumaron a Alejandro Bustos, que es un artista que dibuja con arena y a Mono Hurtado que toca su contrabajo, hace sonidos un poco jazzero, pero no del todo, y es como una compañía.

Fue una prueba. Leer textos en ese contexto y que fuesen algunos de ficción, algunos de terror, algunos personales, algunos fragmentos de novela, que fuese una mezcla de estilos de un largo que no sea larguísimo para no aburrir demasiado, y bueno y funciona. Y yo lo que hago es comentar lo que se puede, lo de ficción es más difícil, pero si podés comentar antes y después cómo los hiciste, de dónde vinieron las ideas… generando una especie de diálogo, por más que yo no esté conversando con la gente. Sí dialogo en el sentido de contar cómo es. Y tiene distintos
momentos, momentos más de miedo, momentos más simpáticos, tiene variaciones de climas. Nada, sale, y es un poco improvisado también porque Alejandro a veces dibuja una cosa, otras no, yo cambio los textos porque si no me aburro, y como no soy actriz no puedo actuarlos, entonces los tengo que cambiar para no hacer los mismos chistes o las mismas inflexiones.

Y desde el lado de la música, a vos que te gusta tanto ¿cómo fue pensar esta presentación desde lo musical?

En este espectáculo en particular eso queda muy del lado del Mono, que a lo mejor recrea alguna música que está relacionada con el texto, pero tratamos de que sea sobre todo literario. En otro momento puedo hacerlo con más música, pero este salió así. Tengo tantas influencias que le puedo entrar por cualquier lado. Teníamos
ganas de que fuese como una cosa “hablemos de lectura”, digamos.

¿Leí que en alguna de estas presentaciones has proyectado fan art de seguidores y me dio curiosidad saber cómo llegan hacia vos, ¿por las redes, porque vos los buscás, porque te los comparten? ¿Cómo es esa búsqueda y esa selección?

Empezaron a llegar hace bastante ya, hace algunos años en Instagram. Me arroban para que yo los viera y los veo. Y después de esos, que son un montón, seleccionamos con los productores, no necesariamente los que más me gustan      – eso es otra cosa-, sino  los que mejor se pueden ver cuando los proyectas porque los proyectamos en momentos que yo salgo un ratito y después vuelvo para cambiarme de ropa o para algo, si no es demasiado tiempo ahí arriba leyendo. Los elegimos en función a cómo se pueden ver mejor, porque algunos son demasiado detallados y por ahí no se ven bien de lejos. Bueno, una serie de cuestiones que tienen que ver con que se vea bien. Y algunos son de los cuentos, porque de la novela Nuestra parte de noche es lo que más llega, pero de los cuentos también y de algunas cosas raras
como gente que se tatúa mi cara, por ejemplo, y manda la foto del tatuaje.

¡Wow!

Sí, es rarísimo. Entonces pasamos esas cosas y es una manera de decirle a la gente “los vi, los escuché, me gustan”, porque están buenos en serio, y es como decirles “gracias por hacer esto” y tratamos que se vea en la proyección el nombre, aunque sea de fantasía que usen en redes para que estén los créditos de los autores.

Vos sabés que el fanatismo que causás no es tan común que se dé con escritores, se da con algunos, pero son pocos, sino que ese fanatismo se lo asocia más a otro tipo de artistas. Recién me decías que hay personas que se tatúan tu cara ¿Cómo lo llevás y qué pensás sobre ese fenómeno alrededor tuyo?

Yo entiendo el fenómenos fan, pero no en escritores, ¿entendés? (risas). Por eso me parece raro, porque yo…nunca me hice un tatuaje, pero de las bandas que me gustan tengo todos los discos, y de los escritores que me gustan también tengo todos los libros y por ahí me obsesiono, pero no me provoca…quizás porque hacemos lo mismo, entonces como no tengo esa fascinación o ese entusiasmo, veo más qué hacen, es otra cosa, aunque lo admires mucho y sepas que nunca vas a poder ser tan bueno. Pero lo entiendo con otras artes y me pasa. Es raro, no me lo tomo mal, porque hay
gente a la que le agobia, a mí eso no me pasa. Trato de tener comunicación con la gente, trato de naturalizarlo, de decir ‘hey, somo iguales, no pasa nada’, de bajarle un poco la intensidad, pero no porque me de miedo, sino porque me parece que es literatura, entonces es una cosa chiquita y no tiene por qué irse de las manos.
Pero no me da miedo porque yo sé que en la enorme mayoría de los casos el fan es todo afecto y toda admiración y se copa. En algunos casos, sí los decepcionas, por el motivo que sea, se pueden enojar mucho…(risas), pero eso tiene que ver con estar perturbado o con que ambos tengamos un mal día.  No es lo más habitual en la relación, en general me parece que es una relación bastante sana, y sobre todo en literatura que es un mundo chiquito, es manejable. […] Yo en general la paso bien, no me molesta, me extraña que le pase a un escritor, eso sí.

¿Cómo te llevas con eso de decepcionar a tus fans? Porque claramente uno no quiere decepcionar a propósito a sus fans, pero a veces los fans tienen expectativas muy altas y sucede…¿Lo pensás o ni siquiera se te cruza?

Lo pienso, pero no lo pienso al punto de que sea algo que me atormente, quiero decir, o sea es como ‘bueno… pasa’. Y si tiene que pasar, tiene que pasar, pero cuando escribo… ahora acabo de terminar un libro, dos en realidad, pasa que uno es de ficción, de cuentos y vas a ser más para los lectores, y la verdad que ni pensé en los lectores, o sea, es que la verdad, sinceramente, por suerte, escribí lo que quise. Seguramente algún condicionamiento siempre tenés, del modo inconsciente, no te voy a decir que no, pero no lo noté. No me sentí como con alguien mirándome por arriba del hombro
pensando ‘tengo que escribir esto, tengo que escribir lo otro’. De hecho, hay algo que yo hago en mis cuentos o hice mucho en mis cuentos, creo personajes jóvenes e incluso niños y en este libro nuevo son adultos en general, o sea, se parecen más a mí […] no sé si es decepcionar, pero claramente no es lo mismo, y al no ser lo mismo, más allá de que sean de terror y todo, a lo mejor no es lo que se espera.

¿Todavía hay algo que te dé miedo y que no quieras que te deje de dar miedo? Algo así como algo que te asusta, pero que te gusta que te asuste.

Que me guste, que me asuste, hay muchas cosas, pero que me guste que me asuste porque es raro que me pase, el cine de terror. En general no me da miedo y me parece que cuando se hace bien y una película logra darme miedo la paso genial, es como el mejor momento de la semana porque por lo general no pasa, digamos, hay mucho cine de terror muy descartable y cuando lo hacen bien y se lo toma alguien en serio logra llegar a ese lugar, porque la imagen es muy indeleble para mí, hay imágenes que no te las podés olvidar, y cuando hay una película de terror muy bien hecha, yo la disfruto muchísimo.

¿Qué aspectos del contexto actual te dan miedo?

Y…en Argentina todo te da miedo todo el tiempo, ¿no? Puntualmente del contexto actual, siempre la situación económica en Argentina da miedo, pero no porque sea buena o mala (es mala en general, por supuesto), pero porque es absolutamente impredecible. Pasar toda tu vida con esa sensación de que no podés proyectar…la situación económica se transforma en una especie de pesadilla en la que vivís con padres ansiosos, vivís vos ansioso, no podés proyectar absolutamente nada…por supuesto no es el único país en el que pasa, pero eso es una realidad y lo que termina
pasando, me parece, es que se termina transformando eso que es una ansiedad constante en un miedo. Llegan momentos en que te da miedo tomar decisiones y estás un poco paralizado, que es una de las características del miedo.

¿Qué estás leyendo actualmente y qué estás escuchando?

Estoy leyendo varias cosas. Acabo de terminar un libro de un escritor argentino que se llama Diego Muzzio, El ojo de Goliat, que es impresionante. Es un libro sobre los Mares del Sur acá, es espectacular. Después estoy leyendo a una escritora tucumana que se llama Elvira Orphée, bastante olvidada y que murió hace pocos años, ya muy anciana, y estoy leyendolá porque voy a ver si se puede recuperar de alguna manera el trabajo de ella. Y como estoy ‘estudiando’ para una novela que estoy escribiendo, estoy leyendo un libro enorme, de tres mil páginas sobre encuentros con fantasmas que me pasó Rodrigo Fresán.

Y escuchar estoy escuchando bastante el último disco de PJ Harvey que me gustó mucho después de mucho tiempo que no estaba tan entusiasmada con cosas de ella, pero este me gustó. Estoy escuchando a Mitski,  una chica asiática-norteamericana que es buenísima. Y después me puse a escuchar a Jane Birkin porque, pobrecita, se murió, y me agarró como una especie de nostalgia y me armé una playlist con Jane Birkin, Gainsbourg y Charlotte Gainsbourg y me agarró como un ataque de las francesas elegantes, así que estoy en eso.

¿Vas a volver a hacer en algún momento periodismo de rock?

No sé. Como estoy muy concentrada en escribir ficción, pero uno de los libros que escribí ahora es sobre ser fan de Suede, entonces ese libro es una especie de libro sobre periodismo de rock, concentrado muy en una banda y después ampliado un poco al fenómeno fandom en general. No sé, ahora estoy escribiendo, entonces estoy
un poco concentrada y trato de escaparme cuando me ofrecen algo. Veremos.

Podés escuchar la entrevista completa a Mariana Enriquez en Spotify:

Mariana Enriquez presenta su espectáculo No traigan flores el próximo miércoles 9 de agosto a las 21 h en el Teatro Plaza (Colón 27, Godoy Cruz). Más información sobre el evento y venta de entradas acá. Además, el mismo miércoles 9 a las 11:30 h visitará la librería García Santos (Av. San Martín 921, Ciudad) para firmar libros.

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