El destino y el amor hicieron que Marina Da Silva dejara su Brasil natal para instalarse en Mendoza y abriera su propia pastelería, la primera en elaborar productos tradicionales brasileños en la provincia.
Desde que entramos al local Dulce Marina, la cultura carioca nos atrapó; las frutas frescas, los letreros de frascos en portugués, las banderas de Brasil y Argentina y el personal hablando en «portuñol». Y es que allí conviven las dos culturas.
Galletitas, budines, bombones, tartas frutales, Cuecas Viradas, postres y tortas artesanales con cremas son una gran tentación; todo con su sabor, color y decoración característicos. Pero… ¿cómo es la pastelería brasilera? «Es sabor concentrado y combinación justa de ingredientes que no empalagan; al momento de degustar una torta, por ejemplo, uno siente bien diferenciados los sabores», resalta la pastelera.
Y en cuanto a la fidelidad de los productos brasileros, Da Silva revela que su secreto es seguir las recetas tradicionales de su país y las que se hacían en su casa. Además de usar los ingredientes infaltables: la leche condensada, la fruta natural, el chocolate, el coco y nada de esencias ni conservantes.
«Me gusta ser fiel a las preparaciones y por suerte consigo casi todos los insumos acá, lo único que traigo de Brasil o que pido que me envíe mi familia son los jugos naturales concentrados de maracuyá, cajú y mango; la mermelada de goiabada -guayaba- y el granulado de chocolate», confiesa la mujer que recuerda sabores de su niñez y los hace realidad en su mesada de trabajo, a miles de kilómetros de su tierra natal.
Marina es amante de su trabajo y nada le da mayor satisfacción que elaborar las tortas tradicionales tal como lucen allá: la Tentación de Maracuyá (mousse de maracuyá y brigadeiro -chocolate con leche condensada-), la Prestigio (crema beijinho -coco con leche condensada- y brigadeiro), la Cuatro Leches (crema de leche, brigadeiro blanco, leche en polvo y leche condensada), la Dos Amores (brigadeiro blanco y negro) y la Nega Maluca, una bien húmeda y «chocolatosa», con cacao, ganache de chocolate y decorada con chocolate en rama.
Y el pastel que más le encargan es el que lleva por nombre el de la Miss Brasil 1954: Marta Rocha; éste combina perfectamente crema moça -leche de coco y leche condensada-, merengue, crocante de nueces y dulce de damasco o ciruela, según el gusto del cliente.
Pero la pastelera también utiliza sabores argentinos ya que su marido es mendocino y entre los dos crean nuevas delicias para su negocio. Como es el caso de los Sequinhos de Coco, una masita seca de maicena y coco natural con dulce de leche y cobertura de brigadeiro. «En esta masita estamos los dos juntos, nuestras dos naciones unidas», remarca.
«Yo amo lo que hago, le pongo muchas ganas, soy dedicada y siempre busco técnicas y sabores nuevos. Intento traer sabores de Brasil para acá y fusionarlos con los argentinos», confiesa Marina.
[alert type=green ]Dulce Marina queda en la calle Santa Fe al 95, de la Cuarta Sección, en Ciudad.[/alert]
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