Hace unos años, cuando estudiaba publicidad, Gonzalo Nehuén Martínez (29) no se imaginaba hacia dónde lo iba a llevar la vida. Además del amor por la música –y la batería– que traía desde chico, en la facultad descubrió que le gustaba el diseño y que se sentía muy atraído por las artes visuales, lo que lo llevó a incursionar en la fotografía analógica. Además, se dio cuenta de que la música, que siempre había sido su hobby, podía convertirse en su trabajo.
Hoy, además de integrar dos bandas, (la reconocida Lavanda Fulton, en la que toca la batería, y Fideos con Tuco, un dúo de «electrónica de garage» junto a Leandro Pezzutti) trabaja en su primer disco solista, que aún no tiene nombre, y que será «una mezcla de lo que soy en general, un poco de electrónica y un poco de lo que soy en Lavanda Fulton» cuenta a INMENDOZA.
Además es DJ y su música anima las fiestas más exclusivas de Mendoza. Desde La Mala, Blah Blah o Casa 3, allá por 2010, Gonza se volcó a la producción de fiestas en las que él mismo ponía la música que le gustaba escuchar. Su primera creación fueron las fiestas Chicle y luego se unió a Boris Rivas y como El Gordo y el Flaco siguieron el camino de la producción.
«Con El Gordo y el Flaco dejé de poner música moderna y empecé a volver a Virus, a música de los ’80, ’70, a Spinetta… Usé ese nombre para esconderme y ser más mercenario de la música del mundo sin que me importara nada», recuerda. Esos primeros pasos como productor y DJ fueron el empujón que necesitaba para seguir emprendiendo.
«Uno tiende a querer hacer lo mejor y, como espera lo mejor, no hace nada porque tiene miedo al camino que se transita hasta poder llegar a hacer algo bueno. Pero hay que tener en mente que a nadie le importa lo que uno hace, nadie nos está juzgando, esas son cosas de nosotros mismos» dice Gonza, convencido de que todos pueden lograr lo que sea que se propongan, si se animan a animarse.
«El que no emprende es por miedo» dice, tajante. «No son las ganas ni el don, lo único que nos frena es el miedo. No existe el yo no sirvo, solo existe “no tenés las suficientes ganas”. Siempre que alguien me dice que no sirve para la música me enojo y le digo que eso no existe, que si hay ganas, se puede hacer».
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Hoy trabaja junto a Chucky Gorria en la producción de Degradé, un ciclo de fiestas y recitales destinados a un público «que sabe que salir de fiesta también puede ser sinónimo de consumir arte».
Durante el verano pasado la misma dupla montó Kermesse en lo de Percy en los jardines del Golf Club, y posteriormente las fiestas del Club de la Azotea, también juntos.
Últimamente Gonza musicaliza como DJ invitado eventual la noche en Tanz –el bar que abre cada dos semanas en Entre Cielos– y en La Cava –el exclusivo espacio del hotel Huentala–. Ya es un referente en el ambiente de la noche y la música mendocina.
«En un viaje a Inglaterra vi que los ingleses son más caretas que los mendocinos y ahí entendí que el verdadero arte sale de la incomodidad. Mientras más careta sea el lugar, más genuinas son las reacciones, por eso de Mendoza puede salir un arte muy genuino», cierra Gonzalo.