Salir a comer con amigos, en pareja o en familia debería ser una experiencia simple y disfrutable para todos. Pero cuando una de las personas no puede consumir gluten, muchas veces la salida se complica: elegir un lugar que tenga opciones ricas no siempre es fácil.
Por eso, esta nota reúne distintas propuestas en Mendoza que ofrecen platos sin gluten, para que todos puedan compartir el mismo momento, en el mismo lugar, sin que la comida sea un impedimento.
Pizzas con masa alternativa pero con sabor absoluto
Hay lugares que entendieron cómo hacer pizzas memorables, con ingredientes de calidad combinados gloriosamente. Ya sea con la masa clásica sin gluten o con una base de chipá, te vas a encontrar con sabores que no tienen nada que envidiarle a una pizza «común». El plan ideal: pedir varias y compartir.
Pizzaiolo, ubicada sobre calle Sarmiento al 631, es una de esas joyitas que no falla. La mayoría de las pizzas de la carta pueden adaptarse (menos dos), y las versiones sin gluten vienen en tamaño individual. Aunque, siendo sinceros, una muy buena idea es pedir dos variedades y hacer el clásico “miti-miti”. Si vas, la Mediterránea es un must: mozzarella, cebolla caramelizada y queso azul sobre una base crocante.
Que el nombre del lugar no te engañe: si bien delata la especialidad de la casa, también hay empanadas, lomitos y una marquise de chocolate apta e ideal para coronar la experiencia.
Otra gran alternativa para disfrutar de una buena pizza es Cora. Ubicado en Olascoaga 829, acá no se trata de adaptar, sino de reinventar. En vez de ir por la clásica masa sin gluten, propusieron una base de chipá: una bomba para quienes aman el queso (me incluyo) y también para quienes buscan sabores distintos. Cada variedad tiene su vuelta de rosca con ingredientes que no te esperás: miel picante, pistacho, crema de zapallo… ¿El desafío? Ir, mirar la carta y animarte a pedir la que más te llame la atención.
Si no sabés por dónde arrancar, la Golden Fungi es una gran elección: mozzarella, girgolas ahumadas, salsa huancaína, kale frito, espinaca fresca y aceite verde. Suena raro, pero todo cobra sentido cuando los sabores se mezclan. Para acompañar, pedite la ginger beer, un super jugo hecho con jengibre fermentado.
Pastas para reconfortar el alma
Si tu plan por excelencia es salir a comer pastas, quedate tranqui: hay lugares donde podés seguir haciéndolo sin complicaciones, con opciones de pastas aptas que se toman en serio su propuesta.
Una opción es Nipoti, que cuenta con dos sucursales, una en Palmares Open Mall y la otra en el Mendoza Plaza Shopping. Ellos entendieron cómo hacer pastas sin que parezcan «las sin», sino platos bien logrados y llenos de sabor. Si sos fan de este platito en todas sus versiones como yo, no te podés perder los ñoquis: esponjosos, livianos, y con salsa bolognesa que los vuelven un mimo al alma. Dato que suma: de lunes a viernes hay menú ejecutivo (con opción sin TACC, obvio) a muy buen precio, que incluye copita de vino o bebida sin alcohol. Mi recomendación: pedite la limonada, es buenísima y te refresca todo el plan.
Atípico es el paraíso si vas con alguien que necesita opciones sin TACC, porque toda la carta lo es y además cuenta con certificación. También es sin azúcar y veggie, con platos que contemplan dieta SIBO, sin lactosa y alternativas veganas. Si la idea es almorzar tranqui, los viernes y sábados podés instalarte en la galería. En el menú hay pastas como fideos de zucchini o una lasagna de acelga y espinaca que no tiene nada que envidiarle a la tradicional. ¿No llegás esos días? No pasa nada: de lunes a sábado podés pedir por PedidosYa. Si te copás y querés stockearte, tienen una tiendita propia donde venden sus productos. La ubicación es Pedro J. Godoy 880 Local 3, de Godoy Cruz.
El antojo manda: burgers sin gluten
Si buscás una buena alternativa sin TACC para darte el gusto de una burger con todas las letras, Burgang es una gran opción. No solo se adapta sin problema a este tipo de dieta, sino que lo hace sin resignar sabor, algo que lo convierte en el elegido de muchos. De hecho, para varios, acá están las mejores hamburguesas de Mendoza. Uno de sus grandes aciertos es el pan: esponjoso, suave y sin esa textura seca o quebradiza que puede tener el pan sin gluten. Las combinaciones son atrevidas y originales, ideal si te gusta salir de los sabores clásicos. La recomendada es la Chicana, que viene con queso provolone, guacamole con cilantro y mayo picante. Como el resto de las burgers, la podés pedir con doble o simple medallón. Otro de los puntos a favor de este lugar es que cuenta con tres sucursales: una en Godoy Cruz, otra en Carrodilla y la tercera en Guaymallén.
Por otro lado, Barijho (Arístides Villanueva 480) sigue una propuesta más clásica en cuanto a las combinaciones de sus burgers. Acá, la oferta se enfoca en los sabores tradicionales que nunca fallan. Mi favorita es la Americana, que tiene doble cheddar, bacon, cebolla y pepinillos. Es un lugar ideal para aquellos que no quieren salirse de su zona de confort cuando se trata de comida, pero que buscan un ambiente relajado y agradable para disfrutar de una buena burger. Este beer garden tiene una atmósfera única, con luces de vela y Djs en vivo de miércoles a sábado, alternando entre electrónica, indie rock y más. Si lo tuyo es lo clásico, Barijho te va a encantar.
Lomitos ATP
El lomo es un ritual mendocino, y hay un lugar que supo adaptarlo sin perder su esencia. En Moreno Club Lomos (Mariano Moreno 168), no escatiman: los lomos pueden ser de 20 o 30 cm, pero lo importante es que vienen bien cargados. Sin vueltas ni chamullo.
El servicio es rápido (algo que se agradece cuando hay hambre) y tienen opciones originales como el lomo de palta-provolone. Pero si me preguntás, la apuesta segura es el clásico completo: jamón, queso, huevo, tomate y lechuga. Y para cerrar la experiencia como se debe, sumale unas papas y una birra sin TACC bien fría. Un combo infalible.
Y ya que hablamos de comidas entre panes (y sin ánimos de ofender a los fanáticos del lomo), hay otro recomendado que merece su lugar: los sándwiches caseros de jamón crudo de Rincón Gieco. Este espacio tiene dos lugares: uno dentro de la Bodega y Viñedos Gieco, en Guardia Vieja 1687, Vistalba; y un parador más urbano en la calle Pannocchia 5407 de Chacras. En ambos lugares, la propuesta es clara: hacer una pausa, comer algo rico y acompañarlo con vinitos de elaboración propia.
Algunas recomendaciones para tener en cuenta
Si bien muchos de estos espacios trabajan con responsabilidad, es importante avisar siempre que la comida debe ser sin TACC y consultar por la manipulación para evitar contaminación cruzada. La mayoría de los lugares mencionados también trabajan con harinas, por lo que la decisión de consumir o no queda en tu propio criterio. Algunos no tienen certificación oficial, pero sí procesos cuidados y productos aptos.