Si disfrutás de las caminatas en la montaña y de compartir la experiencia con personas de tus mismos gustos, te encantará el trekking de dos días que te proponemos.
Mendoza es maravillosa e infinita. Cada departamento tiene rincones hermosos para recorrer y no hace falta andar mucho en auto para estar en contacto con la naturaleza.
El plan que proponemos hoy son dos trekkings en Vallecitos: uno por Veguitas y Piedra Grande y el otro por el circuito de La Cadenita; con dificultad física media y dificultad técnica baja.
Un recorrido al pie de la cordillera que incluye una forma diferente de conocer y descubrir lugares únicos. Eso sí, no hay que olvidar los bastones y el calzado propicio para esta actividad.
Nuestra base es el Refugio Mausy del Club Andinista Mendoza, a 2.900 msnm, y tras acomodar las mochilas con agua, colaciones y lunch para disfrutar durante la caminata partimos hacia Las Veguitas (3200 msnm).
La caminata nos conecta con la flora y fauna del lugar ya que un grupo de guanacos forma parte del hermoso paisaje. Los días de sol se disfruta de un paisaje con vistas increíbles donde se observa desde algunos puntos el dique de Potrerillos. En pleno invierno, en cambio, las neblinas y la nieve le dan un clima especial al trekking.
Seguimos rumbo a Piedra Grande (3550 msnm); allí nos cobijamos tras la formación rocosa, compartimos unos mates calientes y emprendimos la vuelta.
Tras una noche reparadora y un desayuno fuerte para comenzar el día con todas las energías, a las 08.30, iniciamos el ascenso a los primeros cerros del circuito de La Cadenita.
Conquistamos la cumbre del cerro Andresito (3100 msnm), continuamos para el Arenales (3400 msnm) y culminamos en el Lomas Blancas (3850 msnm). El camino se sortean rocas de varios tamaños y colores, hielos eternos, ráfagas de viento fuerte y rincones especiales de alta montaña.
Atrapa nuestra atención los revolcaderos de guanacos: unas depresiones circulares grandes donde los animales horadan a fuerza de revolcarse. La consigna es no pisarlos para así cultivar su hábitat natural. Un chimango amigable nos acompaña durante todo el recorrido.
Luego de descansar y almorzar en la cumbre del Lomas Blancas, descendemos por la canaleta de la Quebrada de las Morenas Coloradas, nos ayudamos con los bastones para transitar el extenso acarreo.
El Lomas Blancas es una muy buena opción para aquellos que hayan tenido experiencia en montañas menores y deseen mejorar la apuesta. Es muy recomendable para quienes se inician en alta montaña, y para aquellos que necesitan aclimatarse, ya que es un cerro de nivel intermedio y de fácil ascenso.
Fotos: Valeria Mendez / Mujeres al Kili