Diciembre está lleno de simbolismos, de encuentros emotivos, de celebración. Y también de sabores. Entre esos sabores que diciembre evoca está el del pan dulce, una de esas delicias que se atan a la memoria de las fiestas de fin de año y las reuniones en familia.
El pan dulce es una de las delicias que ha entrado en la carta de desayunos de esta temporada en María Antonieta, para que las mañanas de verano tenga un sabor diferente. El restorán de Belgrano 1096 (Ciudad) se reinventa constantemente para sumar propuestas en lo que es, para muchos, la comida más importante del día.
Nosotros probamos el pan dulce de elaboración propia, a la manera casera, y la verdad es que nos pareció que ese sabor bien podría quedarse durante todo el año, ya que junto a un café con leche o el jugo de pomelo natural con el que lo acompañamos resulta un exquisito modo de comenzar el día.
Los jugos jugan un papel importante en el menú de desayunos para los días de calor en el restorán de Vanina Chimeno. Por eso también probamos un tostado de jamón y queso (de soberbia presentación, lejos de lo que parece algo esperado), combinado con un jugo de naranjas, y un huevo pasado por agua, con manteca y la compañía de una limonada con menta y jengibre.
Cualquiera de las tres propuestas dan a los desayunos de fin de año un toque distinto para quien se anime a salir de la rutina del café y la medialuna. Eso sí: la recomendación adicional sería disfrutarlo en la vereda de María Antonieta, luminosa y agradable, y tan evocativa como esos sabores (como el del pan dulce) que no sólo se disfrutan, sino que quedan en la memoria como un placer digno de ser celebrado.
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