A veces los sabores nos sorprenden. Probamos algún plato con la expectativa que nuestra experiencia nos proporciona o acaso con lo que suponemos al ver lo que tenemos frente a nosotros, ante los ojos, dando el primer paso hacia el placer de la delicia.
Esa sorpresa, una sorpresa exquisita, es la que deparan los sabores de los langostinos de María Antonieta, uno de los «platos del día» del restaurant de calle Belgrano (Ciudad) que comanda la chef Vanina Chimeno.
El plato llega servido en una de esas bandejas de hierro fundido que son una marca registrada de la casa. Los langostinos están envueltos en panceta y posados sobre una verdura que los acompaña y que resulta un verdadero descubrimiento: el kale. Se trata de una hortaliza que está comenzando a consumirse en todo el mundo y de a poco llega a la Argentina. María Antonieta tiene su propia huerta que la cultiva, lo cual garantiza su cuidado y frescura.
El kale (o col verde) es muy sabroso y otorga su cuota a la sorpresa, junto a las arvejas en su justa cocción que también acompañan el plato. Son, igualmente, sólo la compañía: la verdadera sorpresa está a cargo del estallido de sabor en el paladar que provoca la combinación de la panceta (regia y contundente) y los langostinos (delicados y suaves). Es imposible no pensar, mientras se disfruta del plato, en que en nuestra boca el placer está provocado por una feliz combinación entre la tierra y el mar, es decir, entre el crujiente sabor del cerdo y la delicada carnosidad del crustáceo.
Si uno quiere disfrutar de un almuerzo diferente y dejarse sorprender, este plato ofrece la mixtura justa. Recomendamos acompañarlo por un vino blanco, cualquiera de los que incluye la excelente carta de María Antonieta.
Ver la ficha de María Antonieta.
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