Por un mes se proyectarán cinco películas de terror retro con personajes abiertamente queer, con el fin de abrir discusiones sobre la percepción de la comunidad LGBT+ en décadas pasadas.
La invitación garantiza mover el cuerpo, calmar la mente, renovar la energía y elevar el espíritu para más tarde compartir un brindis, conocer los espacios y disfrutar del vino y la gastronomía.