La materia prima son sachets de leche o yogur. Los diseños se imprimen en papel y se adhieren al plástico del sachet, luego se lamina todo y por último se cose a mano para que no se rompa con facilidad y listo: billetera terminada.
«Dentro de los materiales plásticos el sachet está en la clasificación de los polietilenos de baja densidad. Son biodegradables y demoran en degradarse entre 30 y 40 años, poco tiempo si lo comparamos con otros plásticos que pueden demorar hasta 1.000 años» explica la creadora de Beatnik Billeteras Ecológicas, Sofía Bordón (22).
«Así y todo se consumen muchísimos sachets por persona, y en gran cantidad son igualmente nocivos para el medio ambiente. Por eso la idea es contribuir desde mi lugar para reducir la generación de residuos» agrega la joven periodista, y dice que desde chica le gustan las manualidades y darle utilidad a todo lo que encontraba en su casa.
Además de los diseños que están a la venta y pueden verse en la página de Facebook, cada quien puede elegir la imagen que más le guste y Sofía la convierte en una billetera.
Las billeteras cuestan $150. «El precio es barato si consideramos el trabajo que hay detrás de una simple billetera: tomar el pedido, diseñar a gusto, imprimir, armarla, coserla a mano y entregarla, ya que no tenemos un local sino que lo hacemos personalmente» dice Sofía, quien cuenta para la parte del diseño con la ayuda de su novio Yemel Fil (23) que es reportero gráfico y maneja algunas herramientas mejor que ella.
«Es el que sabe usar Photoshop y me ha dado una mano gigante» cuenta. «Empecé haciéndolas sola, pero como nos han encargado muchísimas billeteras y yo soy la que las sabe armar, es él el que está haciendo los diseños. De todas formas las ideas las armamos entre los dos, comentamos y hacemos lluvias de ideas… él es el que las plasma en la computadora» cierra.
Hay varios diseños para que elijas, o podés crear el tuyo propio. Una forma buena, bonita y barata de colaborar con el medio ambiente y además tener una billetera súper original.
