Begoña Labandeira la mujer que creó el concepto de «cocina-terapia» como una forma de desconectarse y recrearse, nos cuenta cuáles son sus restaurantes favoritos y qué hace cuando sale.
Un restaurante al que volvés siempre…
A María Antonieta. Me encantan sus platos, el lugar y la calidez y frescura de sus productos.
Un restaurante que no sea tan conocido pero te guste.
Praga, un lugar ideal para charlar con amigos. Uno se siente como en el living de su casa mientras come estupendos pescados y mariscos.
Si viene tu familia o amigos de España ¿qué rutas planificas?
Siempre los llevo a alguna bodega. Me encanta llevarlos a hacer canopy entre montañas. Es una experiencia increíble.
¿Cuál es el ingrediente que no puede faltar en tu cocina?
El azafrán.
¿Dónde compras esos ingredientes que son difíciles de encontrar?
En el Mercado Central, en El Tulipán encuentro productos, y en mis viajes suelo comprar ingredientes que en Mendoza no están.
¿Cuál fue tu viaje más placentero gastronómicamente hablando?
Todos los lugares me sorprenden con algo diferente. Pero de los que he hecho últimamente la cocina del Medio Oriente me ha encantado. Sobre todo la relación especial que hay entre el anfitrión y el invitado, la mezcla de cocinas (mediterránea, armenia, árabe, judía…) y la cantidad de especias y verduras que usan.
¿De qué chef son las comidas que disfrutas en Mendoza?
De Vanina Chimeno.
¿En qué punto se encuentra la gastronomía y el diseño?
La gastronomía y el diseño están muy unidas porque para alcanzar el éxito de un negocio gastronómico tiene que también ser agradable y sorprender el diseño del local. El diseño es fundamental para atraer y mantener a los clientes. Sin dejar de lado la calidad de los productos que se consumen.
Diseñador o diseñadora local que te guste mucho:
Luisa Yanzón, da calidez y elegancia a espacios que se convierten en ámbitos sumamente vivibles.