La Avenida Sarmiento siempre se caracterizó por ser una calle con gasronomía para turistas. Allí se encuentra Azafrán, el restaurante que ofrece platos con ingredientes de temporada y clásicos, tanto regionales como nacionales que se fusionan respetuosamente con sabores que son tendencia en todo el mundo.
Gabriel Stivala es el chef encargado de pensar, diseñar y crear el menú de Azafrán. Apenas entramos al restaurante lo vemos controlando que todo el salón esté en armonía. Son las 13:35, nos recibe con una sonrisa y un saludo de «bienvenidos». Al ubicarnos nos hace una breve introducción de lo que vamos a comer: «Estamos trabajando con un menú que se llama Sinergia; se trata de cuatro pasos maridados con vinos de una bodega que cambiamos mensualmente. La entrada consta de langostinos con nueces del Valle de Uco (son un gran exponente en todo el mundo) y nabo, un plato fresco para esta época; de intermedio, mollejas con berenjena ahumada y kale, una combinación feliz que terminamos con una sal de limón. Como plato principal un cochinillo con textura de manzana y piña asada. Para el postre, frutillas con texturas de chocolate negro y blanco en diferentes temperaturas», explica Gabriel.
Dispuestos a vivir la experiencia culinaria, la maître trae a la mesa una tabla con panes caseros hechos en la casa, queso holanda y salame nacional. Minutos después se acerca la sommelier encargada de manifestar sus conocimientos acerca de los vinos Bianchi, protagonistas del mes. En orden a los platos del menú fueron Familia Bianchi Chardonnay, Particular, Enzo Bianchi Corte – «por copa tiene un valor de mil pesos» – y por último espumante Familia Bianchi que acompaña el postre, un maridaje afectuoso al paladar.
Luego de dos horas disfrutando de la comida y el lugar, Gabriel se sienta con nosotros para brindar. «Llevamos varios meses trabajando con este menú. Intentamos ajustar la propuesta para que el comensal se vaya satisfecho por un precio acorde a la calidad que ofrecemos. El resultado se ve gracias al trabajo en conjunto con la sommelier y la bodega». En la charla nos cuenta que todos los platos son previamente diseñados por él, así nos trae de la cocina un cuaderno donde dibuja previamente cada uno de estos con sus ingredientes.
El salón y la cava
Azafrán fue decorado por Las rescatistas, Isabel de Abelleyra y Lucila Fraga, quienes con su impronta tan característica hicieron del lugar un espacio con personalidad. Objetos rescatados de demoliciones y chacaritas hacen que el visitante se pierda por un rato a observar cada detalle.
Dentro del salón, el restaurante cuenta con una cava propia con más de 500 etiquetas. No existe una carta material de vinos; la idea es que la gente antes de comer vaya la cava y elige su vino, siempre asistidos por la sommelier. Está dividida por varietales y regiones. También se puede vivir una experiencia diferente y almorzar o cenar en la mesa de la Cava, rodeado por vinos listos para ser degustados.
[alert type=blue ]El restaurante abre de lunes a lunes, al mediodía y a la noche. Ubicado en la Av. Sarmiento al 765. Reservas: [email protected] / (261) 4294200.[/alert]
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