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Arte y sabor, en el nuevo La Lucía

Con obras de Chiavazza, Mechulán, Genovesi, Scalzi, Bernal y Bécares, el nuevo local de La Lucía en calle Arístides Villanueva le da generoso espacio al arte, a detalles arquitectónicos y de ambientación. Paseo virtual por un restaurante que propone cocina de primera y diversas sensaciones estéticas.

Lo que nos atrapa de este lugar es su vocación por el arte. «La cocina es un arte», nos susurra Enrique Uceda, su manager, pero en La Lucía pensaron más allá de las delicias del chef y su menú. Los arreglos arquitectónicos, las obras de varios artistas locales y porteños, la iluminación, la vajilla y los pisos de damero nos atrapan como en una galería de objetos preciosos.

La luz tiene un gran sentido estético en toda la puesta que pensó el arquitecto Eduardo Peinado. Acorde a ello, una gran lámpara con 35.000 caireles, diseñada por María Romera (de Bendita tu Luz) se impone en el medio del salón. Habrán visto esta obra de la iluminación en las gráficas callejeras que promocionan el nuevo local de La Lucía. En vivo y en directo sigue siendo igualmente impactante.

Inmediatamente nos llama la atención la cava que exhibe –como en una biblioteca de madera y piedra– ejemplares de más de 200 etiquetas. Una cuidada selección a la vista para que uno mismo elija el varietal y la bodega «a gusto y piacere».

«Quisimos hacer un lugar agradable con buena comida, buenos vinos y espacio para el arte», nos dice Enrique. En la planta baja y enfrente a la cava, el friso Músicos y barcas de 600 x 70 cm de Osvaldo Chiavazza, nos pone en clima.

En la planta alta y como un gran contrapunto estético nos sorprende el Personaje, obra muy colorida y caricaturesca de Daniel Genovesi. Graciosas caras largas de Rodrigo Scalzi y obras de Andrea Bécares y Daniel Bernal le dan paso finalmente a un rincón especial  y llamativo. Con la impronta de la artista Silvia Mechulán, puertas antiguas intervenidas que navegan de manera horizontal sobre fondos negros, resaltan las texturas de pigmentos, superficies y colores de más de 20 obras.

A esta altura el menú gastronómico es un detalle para quienes disfrutamos de las sensaciones que provoca la ambientación. Sin embargo la parrilla de La Lucía y su cocina tradicional de carnes, pastas y mariscos, seguirá siendo para los habitué de este «grill & bar», la primera excusa para sentarse a la mesa. Su barra de tragos, la segunda excusa.

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