Nacido en Córdoba y criado en Mendoza, Alejandro Castro coleccionaba desde temprana edad cassettes, CD y vinilos. «Tuve un comienzo bastante clásico. Pasé por la etapa de las fiestas de amigos y los eventos sociales, con lo cual fui adquiriendo experiencia y agrandando mi colección de vinilos hasta el día que finalmente llegó mi primera residencia en un club de música electrónica, de ahí en más todo fue dándose de manera natural», cuenta este músico, admirado en el ambiente.
Su inclinación musical siempre fue variada, aunque, si tiene que elegir, prefiere la música instrumental: «me gusta mucho explorar de atrás para adelante, ya que para mi criterio la mejor calidad musical estuvo en los años ’80 y ’90 antes de la aparición de las computadoras que hicieron que todo fuera más “fácil”, pero también de mala calidad. Me mantengo al día de las nuevas corrientes musicales a nivel mundial. Me gusta mucho revolver disquerías durante horas y horas».
Hace unos años, Ale Castro tuvo su net label, en el que trabajó con personas de todas partes del mundo. Eso le abrió las puertas para aprender mucho sobre este trabajo y, como ya era fiel seguidor del vinilo, decidió crear Love & Loops Records, un sello propio. Es el primero de toda la Región de Cuyo en editar en formato vinilo, y se especializa en la música House, Disco, Deep y Chicago. «Surgió la idea de hacer un sello en el que yo pudiera tomar todas las decisiones y tratar de aportar una buena selección musical para un mercado saturado de mucha música de mala calidad», relata Ale acerca del proyecto.
Los primeros títulos del sello ya se encuentran disponible en países como Japón, Alemania, Rusia, España, Inglaterra, Holanda y con distribución mundial a través de tiendas online especializadas (en Argentina, a través de la web de la discográfica).
Actualmente reparte sus días entre tres ciudades: Mendoza, San Petersburgo y Berlín. Se autodefine como una persona «nómade», ya que le gusta viajar, compartir su música con la gente.
Respecto a su estilo de vida dice: «San Petersburgo no es tan “electrónica” como ciudad. Si bien es gigante y tenés lugares para salir de lunes a lunes, la escena electrónica es bastante pequeña y underground. Hay fiestas todo el tiempo. Berlín por el contrario, es la ciudad perfecta para cualquier persona que tenga un mínimo interés en la cultura musical del género electrónico. Hay clubes con varias pistas al mismo tiempo. Abren toda la semana, hay una rotación de gente de todo el mundo. La ciudad es súper cosmopolita y todos están ahí en la misma sintonía. El poco tiempo que me quedo en Mendoza en los últimos años prefiero invertirlo en muchas horas de trabajo en el estudio, disfrutar la tranquilidad de la familia y los amigos». A principios de este mes el artista comenzó su sexta gira por Europa y Rusia.