Los dublineses orgullosos de Oscar Wilde le dedican una esquina de culto, ubicada justo frente a su casa. Convertido en escultura y recostado sobre una roca, el escritor transmite su espíritu rebelde.
Dormitorio cerrado y baño con ducha, comida gourmet, champagne, masajeador, kit con pijama, pantuflas y productos para cuidar la piel. Espacio para un invitado y hasta un mayordomo. La mayoría de los mortales viajamos como sardinas, pero existe otra manera de volar. Cara…pero superior.