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Vinos: derribando mitos y alentando nuevas tendencias de consumo

Conversamos con el sommelier Augusto Vernola Muzzino quien nos presentó el mapa actual de los consumidores argentinos. Qué elegimos y hacia dónde vamos.

El consumo de vino viene en la sangre de los argentinos, está arraigado en nuestras tradiciones y más si hacemos foco en Mendoza. Es la bebida infaltable en los asados del domingo, en los encuentros y festejos con amigos y hasta en la copa que nos acompañará a leer un libro.

Esa costumbre la mantenemos viva con el paso del tiempo y a pesar de ello, ¿el consumo está mermando o está virando hacia otras formas de consumir esta bebida nacional? Y ¿cuánto influye la elección del consumidor a la hora de qué beber? 

Estas preguntas y otras más son las que le hicimos al sommelier Augusto Vernola Muzzino, quien nos aclaró el panorama de cuál es la tendencia respecto al consumo del vino, dándonos una luz de esperanza hacia el futuro ya que las generaciones jóvenes están eligiendo, cada vez más, los vinos por sobre otras bebidas alcohólicas.

El vino no es para unos pocos

La realidad está cambiando y el consumidor y su relación con los productos que selecciona para su vida en la actualidad es otra. Nuestros abuelos tenían un consumo per cápita de 90 litros por año y hoy, no es más de 20 litros, en un consumidor promedio. 

«Hay una disminución notoria; antes tomaban vino tinto, blanco, con hielo, rebajado con soda, con agua… nadie juzgaba nada. Creo que la elitización del vino generó esta caída en el consumo en los últimos años», resalta el sommelier a la vez que acota: «Es responsabilidad nuestra volver a acercárselo a la gente, demostrar que es un producto al que cualquiera puede acceder. En una sobremesa no es necesario tanto tecnicismo, puede cansar y así alejamos a los posibles consumidores; eso se puede dejar para los asiduos».

Si bien la balanza se inclina hacia una disminución, las personas también optan por mayor calidad y no tanto la cantidad. «Piden orientación en qué comprar, cuánto está bien gastarse en un vino y en esas respuestas es donde se puede guiar y acercar el vino a las personas. Hoy se está entendiendo que para tomar un vino medianamente correcto hay que hacer una inversión pequeña».

Tips para elegir un «vino correcto»

Ver a personas en las secciones de vinos de los locales, paradas frente a tantas opciones, sin saber qué elegir, es moneda corriente. Y en ese momento ¿qué llevamos? Muchas veces los nombres de las bodegas y de los enólogos que resonaron en casa nos hace inclinar por ellos pero… hay otros consejitos para una buena elección.

Según ha comprobado Vernola Muzzino, la etiqueta es un buen primer acercamiento a estos vinos correctos. «Si una bodega o un productor se ha esmerado tanto en hacer un diseño atractivo y ha invertido en un equipo creativo, muy dificilmente lo que esté dentro de la botella sea malo. Luego, si no nos gusta, esa compra no se repite».

 

Y el precio sí es un dato importante y habla de la calidad del producto: «Se puede conseguir un vino que esté bien por $3000, sobre todo un blanco como Sauvignon Blanc, Chardonnay y Torrontés (Etchart Privado, de Salta). Lo que no falla es la ley de los $7000, de ahí para arriba trae seguridad en cuanto a la calidad». 

¿El porcentaje de alcohol hace a la calidad del vino?

La graduación alcohólica no hace a la calidad del vino. Ahí entra el perfil del consumidor, puede gustar un alcohólico o no. Y se puede relacionar también al momento del año en el que estemos, porque un vino alcohólico, con buena carga tánica, es más para el invierno. Y uno Criollo o un Pinot Noir, más liviano, con una graduación de 13, es preferible en verano.

Vinos blancos y naranjos ¿en tendencia?

Lo que está sucediendo actualmente con las cepas blancas es muy bueno, «en los últimos 20 años se incrementó un 15% su consumo en el país y el Torrontés es el preferido». Y a nivel mundial, es extraordinario, «se habla del Chardonnay argentino en todos lados, compite con el chablis de Francia». 

Igualmente, el sommelier destaca que «el vino tinto fue, es y será avasallante, siempre estará en primer lugar». 5 de cada 10 botellas que se abren en el país son Malbec. Quienes le juegan cerca pero lejos a la vez son el Cabernet Sauvignon y el Pinot Noir.

En el podio de los vinos más tomados por los argentinos entra el rosado; «es versátil y se están produciendo unos muy buenos, está en auge y le queda poquito tiempo para posicionarse». 

¿Y qué pasa con los naranjos? 

Estos vinos ya están instalados, son todo lo que está bien. Son vinos gastronómicos que va bien con cualquier comida. Tienen la frescura del blanco y la estructura del tinto, es una combinación perfecta. Sus consumidores son más curiosos, jóvenes, que buscan probar cosas diferentes. 

Consumidores de vino jóvenes y genuinos 

Nuestros abuelos y padres no hacían distinción en qué tomar; quienes estamos entre los 30 y 45 años nos ponemos un poco más quisquillosos a la hora de elegir un varietal, y quienes están en los veinte y pico, tienen mucha curiosidad sobre el vino. Son ellos los consumidores que hay que potenciar para que el consumo vuelva a estar en alza. 

Augusto resalta que hay que fidelizar a las personas de las tres décadas ya que toman un 52-55% del consumo anual; «eligen experiencias diferentes donde poder acceder al producto como catas con enólogos, degustaciones de varias bodegas y demás».

A la vez, pone su mirada en el consumidor que está arrancando, quien representa el 30-35% del consumo de vino por año. «Hay que cuidarlo desde el lado económico, no elitizarlo y dejar que tome y descubra el vino. Hay que potenciar su interés genuino, captarlo con innovación estética, packaging, sunsets…».

Si miramos hacia atrás, los jóvenes se volcaban a otras bebidas alcohólicas y que ahora nazca de ellos probar cosas nuevas, hablar de varietales y preguntar por las características de los vinos, es muy bueno. «Está mutando la pinta de cerveza por la copa de vino».

Bebida tradicional que rompe el molde: vino en latas, bag in box y sin alcohol

En las últimas tendencias vitivinícolas resalta un interés creciente por las presentaciones de los vinos, por ser una bebida cómoda y práctica para llevar y que, también aporte a la sostenibilidad ambiental. En el mercado vemos vinos en latas, bag in box, pouch y podríamos seguir enumerando envases que priorizan la practicidad y que ofrecen adaptabilidad a ocasiones.

«Se entendió que había que volver a llevar el vino a la gente. Soy defensor del bag in box, porque el vino se mantiene perfecto y te posibilita comprar hasta dos varietales en un solo dispenser, cada uno con su pico vertedor, como el de Viña Las Perdices. La lata la defiendo sobre todo con los vinos rosados o blancos que deseas tomar bien frío o el Tintillo de Santa Julia».

Son estrategias de mercado para llegar a más gente y para bajar costos, «de hecho las cápsulas se están dejando de lado y se usa el lacre para sellar los corchos»; le aportan color, le imprimen estilo a las botellas y rejuvenece al producto.

¿Serán tendencia los vinos con bajo alcohol?

Es algo muy nuevo en la Argentina, Susana Balbo es una de las pioneras. No sé si generará interés o intriga porque nos gusta el sabor, el color y las propiedades del vino tal como es. En Europa se piensa en consumir productos que no afecten o dañen a la salud pero acá no tanto. 

Es en ese sentido del cuidado de la salud y en prestarle atención a todo lo que consumimos, que los vinos orgánicos lograron instalarse con una calidad espectacular y su consumo, desde el 2018 a la actualidad, se incrementó un 5000%. 

«Está muy ligado a este consumidor junior que decide por una cuestión de identidad, de preservar el planeta. De hecho, la pandemia puede considerarse como un trampolín del consumo del vino orgánico por esta conciencia a la hora de elegir una bebida y un alimento».

Así es que el vino argentino está experimentando una evolución emocionante, impulsada por la búsqueda de calidad, accesibilidad y un aporte a la sustentabilidad. La eliminación de las barreras de entrada al mundo vitivinícola, la orientación al consumidor (nuevo y asiduo) y el compromiso con la innovación están definiendo el camino hacia adelante para esta industria dinámica y apasionante.

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