Los días de verano nos invitan a encontrar algo que ayude a sobrellevar las altas temperaturas. En esa búsqueda, aparece un aliado infalible: un buen vino de sed. Si es la primera vez que escuchás este término,Pedro Guerra, sommelier mendocino, lo explica mejor que nadie. Los vinos de sed son aquellos que no necesitan de mucho análisis para disfrutarlos. Son livianos, de acidez vibrante y fruta fresca, capaces de sacarte una sonrisa al primer trago. En definitiva, son como un chapuzón en la pileta: refrescantes, alegres y sin vueltas. Perfectos para planes como un asado, un picnic en el parque, una tarde con amigos o cualquier ocasión que invite a desconectar.
Si querés vivir un verano más fresco, quedate, porque Pedro nos dejó cinco recomendaciones imperdibles de vinos de sed.
Casa Tano, “Al Compás” Pet Nat de Cabernet Franc
“Al Compás” de Casa Tano es de esos vinos que, con solo ver la etiqueta, sabés que no van a fallar. Elaborado con Cabernet Franc de viñedos orgánicos en Agrelo, este espumante artesanal combina frescura y energía, con notas herbales, un sutil toque especiado y fruta roja jugosa. Es un elixir que se disfruta sin vueltas, perfecto para tardes de calor, reuniones espontáneas o simplemente para refrescar el alma.
Y si querés llevar la experiencia al siguiente nivel, nada como visitar Casa Tano ubicada en Perito Moreno 1221 de Godoy Cruz. Un lugar que mezcla tradición con una onda urbana y relajada, donde siempre pasa algo: música en vivo, tapeos irresistibles y copas que fluyen al ritmo del verano. Así que ya sabés, si buscás un compañero que te siga el ritmo este verano, “Al Compás” es la apuesta segura.
A Contramano Naranjo de Bodega Jorge Rubio
La bodega Jorge Rubio, ubicada en el corazón de General Alvear, representa un legado mendocino con un toque de audacia. Y esta línea de vinos línea viene a demostrar que que innovar sin perder la esencia es más que posible.
A Contramano es un soplo de aire fresco dentro de un proyecto con raíces profundamente clásicas, ya que decidieron dejar de lado la elaboración con madera para apostar por productos más vibrantes, libres y auténticos. Hoy te recomendamos el A Contramano Naranjo: su color cobrizo cautiva a primera vista, mientras que sus aromas a damasco, durazno y un sutil toque cítrico capaz de hacerte agua la boca despiertan los sentidos.Es pura frescura, con un final que permanece lo justo para dejarte queriendo más. Es el vino ideal para cualquier plan, en especial aquellos en donde las charlas se extienden sin previo aviso.
Livverá Malvasía de Escala Humana
Si buscás algo que fluya con el momento y sorprenda al mismo tiempo, esta es la elección perfecta. Como buen vino de sed, esta Malvasía invita a disfrutar sin complicaciones, con un perfil liviano, aromático y una acidez vibrante que deja siempre con ganas de más. Germán Masera, la mente detrás de este proyecto, sabe que el vino es para gozar, no para analizar en exceso. Y con esta Malvasía, una uva poco conocida proveniente de parrales antiguos en El Zampal, lo demuestra a la perfección. Notas de flores, hierbas y cítricos se despliegan en cada copa, haciéndolo ideal para juntadas distendidas, con risas y buenos momentos de por medio.
Escala Humana es un proyecto que reivindica la esencia vitivinícola del Valle de Uco, apostando por viñedos longevos que alguna vez fueron el alma de la región. Livverá es un tributo a aquellas primeras plantaciones, que fueron fruto del esfuerzo, la intuición y la pasión de las primeras familias inmigrantes que apostaron por la tierra.
Esencial Criolla de Viña Alta
Hay momentos en los que no se necesita más que una copa fresca para gozar bajo una sombrita. Allí es donde brilla Esencial Criolla de Viña Alta, un vino ligero que parece diseñado a medida para almuerzos interminables o planes que se estiran sin esfuerzo. Fresco, frutado y con una suavidad que hace que se tome solo, es el aliado ideal para quienes creen que lo mejor de la vida está simple como en la familia, los amigos y las risas.
Viña Alta, una bodega familiar de San Martín con generaciones de historia, presenta con Esencial una colección que apuesta por lo auténtico, por lo que realmente importa. Con Criolla como su nueva estrella, nos recuerda que el vino no es solo para ocasiones especiales, sino para disfrutarlo cuando se quiere, sin protocolos ni formalidades.
Rocamadre Rosado
Rocamadre es un proyecto de Juanfa Suárez y Cecilia Durán que apuesta por vinos artesanales, genuinos, fieles al espíritu del Valle de Uco. Desde Paraje Altamira, cada botella busca ser un reflejo de la montaña, el sol, la nieve y las piedras. Son vinos elaborados con mínima intervención, que capturan la esencia de su terroir y ofrecen una experiencia pura y honesta.
Este rosado es la combinación ideal entre frescura y carácter. Con una acidez vibrante y una textura envolvente, cada sorbo invita a seguir explorando. Es versátil, perfecto para una tarde relajada o una charla que se extiende hasta la madrugada. Su perfil cítrico y floral lo hace refrescante, pero con la suficiente complejidad para sorprender en cada copa.