Todos los vinos cuentan historias, pero hay algunos que hacen especial hincapié en el lugar donde nacieron, no es solo cuestión de suelo, clima o cepa sino algo más profundo. «Los vinos de paisaje expresan el carácter único y la esencia del lugar», dice el enólogo mendocino Leandro Comodoro, de 27 años. Estos vinos no solo se beben, sino que se sienten porque traen consigo una conexión con la naturaleza y con quienes los elaboran.
Para el joven creador de Odre Wines, la interpretación del productor es clave en la identidad de un vino. «No hay posibilidad de lugar o de paisaje si no hay una persona que lo interprete o lo traduzca», explica. Es decir, dos productores pueden utilizar uvas de la misma finca y obtener resultados distintos porque cada uno tiene su propia manera de entender y expresar el paisaje.
Hacer un vino de paisaje requiere paciencia y dedicación, «muchas horas de trabajo, investigación y mucha prueba y error». Pero lo fundamental de esta clasificación de vinos es caminar el viñedo y conectar con el entorno para poder traducirlo en cada botella y que el consumidor lo descubra en cada copa.
5 vinos de paisajes para descubrir
Ahora que ya sabemos de qué se tratan estos vinos , es hora de probarlos. Acá van las recomendaciones de Leandro para que vos mismo pruebes, sientas y te dejes sorprender.
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Tesoros del Terroir – Odre Wines
Esta etiqueta es parte del proyecto de vinos a mano que Leandro lleva adelante junto a su colega Francisco Barchiesi. Pero si buscás en la etiqueta el varietal, no lo vas a encontrar. ¿Por qué? Porque el énfasis está en el lugar. «Tratamos de representar dos zonas del Valle de Uco en la botella: 50% Chacayes y 50% Gualtallary».
El nombre lo dice todo: vinificar estos parajes es un verdadero tesoro. «Cada lugar que elegimos elaborar tiene un significado importante. Somos responsables de que todo el trabajo que hizo la planta tenga el valor que se merece. Por eso hablamos de tesoro». Son botellas que nacen del respeto absoluto por el entorno, de la combinación de factores que conforman el terroir.
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Credo Semillón – Escala Humana Wines
Credo es una declaración de fe en el terruño, un vino que nace de una mirada íntima y sensible hacia la tierra. Germán Masera, quien lo elabora, elige El Peral, una de las zonas más altas del Valle de Uco, como fuente de inspiración para este Semillón. Su objetivo es revelar la identidad más profunda de los suelos y la pasión con la que se trabajan.
En copa, despliega una textura envolvente y una complejidad vibrante, respetando su origen y expresando la pureza del lugar. Cada sorbo es un reflejo del equilibrio entre la naturaleza y la dedicación humana.
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Paraje Chacayes – Raquis
Raquis nació con la idea de hacer productos que reflejan el paisaje, priorizando la expresión del lugar por sobre la variedad. Su filosofía es simple y poderosa: trabajar con respeto por la naturaleza, buscando la pureza y el equilibrio en cada botella.
En Los Chacayes, zona del Valle de Uco, el enólogo Andrés Vignoni y su equipo trabajan para interpretar la esencia del lugar con una etiqueta que vibra con la naturaleza y expresa hierbas de montaña, frutas crocantes y una textura profunda. «No especifican varietal, sino que hacen vinos de zona», destaca Comodoro.
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En Vivo Cabernet Franc – Casa Tano
Casa Tano es un proyecto que entiende el vino como una expresión del lugar. No buscan imponerse sobre la uva, sino dejar que el paisaje haga su trabajo. Su forma de elaboración sigue esa lógica: mínima intervención, fermentaciones con levaduras indígenas y cosechas tempranas para respetar al máximo la identidad del viñedo.
Este Cabernet Franc también nace en Los Chacayes, con el objetivo de embotellar su clima y sus suelos. Es auténtico, y busca traducir su origen sin filtros, como todo lo que hace el enólogo Lucas Richardi.
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Malbec Paraje Los Árboles – Macollo Wines
El productor Santiago Vignoni está apostando fuerte por el Este mendocino, «está poniendo mucho esfuerzo, precisión y detalle en estos vinos de paraje, por lo que me parece una gran recomendación», comenta Leandro.
Esta etiqueta forma parte de una trilogía de Malbec, cada uno elaborado en un lugar distinto pero con una misma premisa: resaltar la identidad de su origen. Un dato interesante es que las tres localidades donde se producen estos vinos se encuentran en un radio de solo 10 km.
En Paraje Los Árboles, Vignoni encontró una historia especial: el viñedo, con más de 40 años, nació a partir de plantas cultivadas por su bisabuelo, preservando así una genética única.
Sobre el enólogo Leandro Comodoro
Luego de varias vendimias en Mendoza, Chile y España, Leandro Comodoro, enólogo mendocino de 27 años, sigue explorando el mundo del vino con la misma pasión con la que comenzó su carrera en Viña Cobos en 2019. A lo largo de su camino, ha conocido distintas formas de hacer vino, desde viñedos en España y Chile hasta su experiencia en Raquis, donde continúa trabajando hasta el día de hoy.
En 2022, junto a su amigo y colega Francisco, dio vida a Odre Wines, un proyecto con producciones pequeñas pero con un enfoque claro: elaborar aquellos que realmente disfruten tomar.
Para Leandro, la enología es un acto de respeto hacia la vid y todo lo que ésta resiste a lo largo del año: las heladas, las lluvias, la sequía mendocina, entre tantos factores meteorológicos. «Como hacedor de vino, creo que tenemos la responsabilidad de que todo ese esfuerzo que hace la planta, tenga el resultado que se merece». Más allá de la técnica, el jóven enólogo mendocino disfruta del vino como un punto de encuentro, como una excusa para compartir y abrir conversaciones.
