Por Valeria Mendez
(Textos y fotos)
Lucila (Lula) Pizarro, arquitecta mendocina que vivió más de una década en Buenos Aires, se especializó en paisajismo en la escuela Pampa Infinita de John Brooks, en Argentina. Hace un tiempo regresó a su Mendoza natal y desde entonces se dedica al paisajismo. En sus proyectos la posibilidad de diseñar un espacio para huertas familiares cobra protagonismo.
En la casa de Lula, el diseño del jardín domina el espacio. Y en un rincón, los cajones especialmente armados contienen una huerta con tomatitos cherry, frutillas, sandías y melones. También hay aromáticas como romero, orégano, perejil, salvia y ciboulette. La huerta incluye árboles frutales como limoneros, cerezos, duraznos, peras, pelones y ciruelos. Claro que todo depende de la estación, entrado el otoño empiezan a sembrarse las acelgas y los zapallos. Lucila también tiene hileras de vides porque sostiene que «la viña es preciosa en todas las estaciones».
–¿Por qué hoy es tan importante el diseño del jardín?
–La tendencia es diseñar el paisaje que rodea la casa. Antes se quedaban en la construcción de la casa y el afuera no lo diseñaban. Acá en Mendoza recién está arrancando tímidamente este concepto, pero en Buenos Aires en la mayoría de los casos, el paisajista empieza a trabajar en el diseño mientras la casa se encuentra en obra.
–¿Qué elementos intervienen a la hora de proyectarlo?
–Tenés que tener en cuenta el entorno, el tipo de construcción, el estilo, las vistas de la casa, lo que quiere el cliente en cuanto a colores y a variedades de plantas. Por ejemplo, el paisajista propone que un rincón del jardín se luzca durante el otoño, entonces será apropiado poner árboles y plantas cuyas hojas tomen en otoño esos colores que fascinan como el liquidámbar. También podemos pensar en el invierno para que cuando algunas plantas descansan y desaparecen, tengan atrás un respaldo verde. En el verano y en primavera todo explota de verde, está lleno de flores y está divino pero hay que pensar el jardín para el invierno también.
–¿Influyen mucho las distintas estaciones?
–En verano el jardín requiere más mantenimiento porque todo florece y todo brota, en primavera también porque es la estación vedette. El otoño puede ser súper atractivo, sobre todo acá en Mendoza, pero hay que tener en cuenta que los árboles y arbustos que son tan lindos en otoño quedan pelados en invierno. Entonces hay plantas como las gramíneas que cuando se hielan también tienen su encanto porque se ven doradas por el sol. Por eso, muchas veces, sugiero poner gramíneas y durante el invierno esperar para podarlas porque son atractivas secas o heladas. La idea es podarlas recién en agosto, antes que empiecen a brotar.
–¿Qué tipo de plantas deberíamos utilizar en Mendoza?
–Teniendo en cuenta nuestro clima y la falta de agua deberíamos pensar en jardines xerófilos que también tienen su encanto. La vegetación autóctona tiene una gran variedad de árboles, arbustos y herbáceas para planificar un jardín xerófilo.
–¿Y para los que prefieren un jardín más tradicional?
–La verbena rastrera blanca se da muy bien en Mendoza, sin embargo en los viveros me dicen que nadie la pide y por eso no la traen mucho. Es una planta maravillosa, es de escasa agua, tolera muy bien el frío y el calor, es guapita, es una rastrerita muy linda. La salvia púrpura también es preciosa pero desaparece en invierno. La que se da muy bien es la salvia rusa denominada Perovskia, tiene el follaje más grisáceo y el color de la flor es lila.
–¿Y qué te pide la gente?
–En general quieren tener un jardín que requiera poco mantenimiento. Tienen claro los colores que les gustan en flores o arbustos. Nosotros los asesoramos en cuanto a qué lugar es conveniente de acuerdo a la altura de la planta, las formas, los colores, la floración, el movimiento. Hay que combinar un montón de variables: la orientación –hay plantas para sol o media sombra–, si están más cerca o más lejos de la casa. Hay plantas desprolijas que son muy vistosas de lejos, por ejemplo.
–En tu huerta tenés viñas, ¿es común esto en los jardines mendocinos?
–Poner en un jardín un espaldero o la viña tradicional es algo muy propio y autóctono. Estéticamente me parece preciosa una viña que se vea de todos lados. La viña en toda época del año es bonita. Sin embargo no es muy habitual que te pidan unas hileras de viña, pero se puede incorporar en el espacio dedicado a la huerta. A mí me gusta el jardín en todas las estaciones y si además tenés la huerta para el consumo de tu familia puede ser un trabajo constante pero muy satisfactorio. La huerta orgánica necesita atención porque es permanente, pero la satisfacción de cosechar en tu casa frutos y verduras sanos, sin productos químicos, que no tienen más que agua y buena tierra (compost) es un placer.
–¿En qué espacio y cómo podés armar la huerta en un jardín?
–La podés hacer en dos metros cuadrados, también en macetas si no tenés espacio. Lo que yo recomiendo es hacerla en cajones de madera elevados porque es algo más estético y más cómodo para trabajar (no estás tan agachado) y porque evitás que mascotas o niños pasen por encima. Lo que todos tienen que saber es que lleva mucho tiempo y dedicación mantener una huerta. Otro tip fundamental es ponerlo como mínimo unos diez centímetros de compost o tierra preparada.
–¿Y qué podemos sembrar aquí en Mendoza?
–Depende de la estación, frutillas todo el año, tomates cherry, pimiento morrón, espinacas, acelgas, remolachas, zanahorias, zapallitos, rúcula, sandía, melón. Lo que requiere más cuidado es la frutilla, los tomates también porque se los pueden comer los pájaros. No deben faltar las hierbas aromáticas como romero, orégano, perejil, salvia y ciboulette y árboles frutales. Las semillas se compran en viveros específicos para huerta y se hacen los almácigos o se pueden comprar plantines hechos. No llevan ningún químico.