Conozco las pocas ilustraciones de Vicky Malamud a través de su página de Facebook, publicadas hasta el año 2015. Sus dibujos son realmente cautivantes, hablan por sí mismos. Por esto decido contactarla para conocer más acerca de sus trabajos. Nos encontramos en un café de la Sexta Sección: «Amo los cafecitos, este me parece muy lindo» me cuenta cuando nos saludamos. Y luego comienza una extensa e interesante charla con esta artista rosarina instalada en Mendoza desde su niñez.
–¿Cómo te interesaste por la ilustración?
–Lo que yo he ido armando a lo largo del tiempo es que, como en mi casa siempre han habido muchos libros, leíamos y nos leían mucho (mi mamá es profesora de Letras y apasionada por la lectura). Y en ese mirar de libros aparecen las primeras imágenes de la literatura infantil. Empieza a ver un interés por lo que son las imágenes acompañadas del texto como ilustrandolo y presentando al personaje. De más grande veía muchas revistas de humor, de ilustración.
[divider]Casi autodidacta[/divider]
En su memoria también están presentes las clases de Lengua en el colegio primario «nos hacían ilustrar muchísimo era una de las consignas, siempre venía acompañada la palabra «ilustrar» y a mi me encantaba eso. Era pensar de qué manera visual uno lo podía resolver» me cuenta Vicky con alegría. «El tema de la plástica siempre estuvo presente. Hago mis cuadritos, soy casi autodidacta.Dibujo con lo que sé» me cuenta Vicky muy tímidamente. Cursó dos años arte, pero finalmente se decidió por estudiar diseño gráfico.
Le cuesta hablar de sus trabajos, se reserva el derecho de autor como desprendiéndose de ese personaje que crea historias resueltas con diferentes técnicas y colores. Utiliza temas arrabaleros, del tango sobretodo y un recurso que le gusta incluir es la soledad, personajes solitarios. Sus formas son imperfectas, «caprichosas» dice ella. Resuelve sus ilustraciones de una maneras más infantil, deformando las formas, pero con un toque de humor o de melancolía «soy muy melancólica, eso se nota bastante en mis dibujos».
Vicky Malamud es muy reservada con sus ilustraciones, si bien realiza obras a pedido, nunca ha hecho una muestra individual. Después de 40 minutos de charla detalla más atrevidamente «este año ilustré un libro álbum, Un mar para Emilia, con textos de Liliana Bodoc». Hace muy poco se presentó en la Feria del Libro de Buenos Aires. A diferencia de los libros tradicionales, en estos encontrás una ilustración en cada página de principio a fin. Los textos suelen ser bastantes cortos».
–Contame de Un mar para Emilia.
–Un mar para Emilia es un cuento corto. La Editorial Bambalí me convocó, después de una preselección de ilustradores, con la idea de que el resultado sea algo muy plástico. Como todos mis trabajos son analógicos y no querían nada digital les gusto la idea de que en mis ilustraciones suelo hacer una mezcla de técnicas, que uso lápiz, óleo, acuarela, tinta, papel. Me gusta mucho la caligrafía, incluir texto en mis dibujos. Me gustaría que con este libro sea el comienzo de algo, que no sea el primero.
–¿Cómo es el proceso para ilustrar un libro?
–Primero leés la historia y después la pensas en imágenes. Todas esas imágenes que uno piensa libremente se tienen que acotar a la cantidad de páginas que va a tener en el libro, a qué vas a contar en cada página, tener en cuenta los márgenes, el espacio del texto. Ya no es un dibujo libre. El peso de las ilustraciones siempre incluyendo el texto. Lo que más me costó es que marque un mismo ritmo, lograr que se vea todo acorde: imagen y texto.
Foto de portada: Mona Guerrero.