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Un viaje de sabores creativos en Muchachito Vicente

Inmendoza tuvo la espectacular experiencia gastronómica en la casa-restó de Vicente. Te contamos lo que fue y te invitamos a descubrirla.

En una esquina de la Sexta Sección se encuentra la casa que nos esperaba y recibiría para disfrutar de un momento único. Al entrar nos invaden increíbles aromas de «cocina hecha con amor». Allí, en la sala principal arde la estufa a leña y los hermosos jarrones con fresias desprenden color y alegría. Este es el hogar de Vicente, el cocinero y anfitrión de la propuesta que lleva su nombre.

Con el equipo de Inmendoza nos dispusimos a vivir la experiencia que propone y la verdad es que nos dejó sin palabras. Antes de comenzar con el servicio, descubrimos su apasionante universo mediante una charla relajada en su precioso jardín.

¿Cuál es el concepto de tu propuesta?

Yo creo que es la creatividad, para mí, Muchachito Vicente es un espacio donde exploro sabores, texturas, colores. Desde lo gastronómico, es un restaurante a puertas cerradas en el que indagamos sobre preparaciones veganas y producimos fermentos, encurtidos, kombuchas, la bebida ginger ale y hasta quesos.

Siguiendo el recorrido del espacio donde funciona Muchachito Vicente, llegamos al fondo y encontramos el sitio donde la magia sucede: la cocina en todo su esplendor, una con isla grande y Vitreaux. Allí, enfrascado en su labor, está el resto del equipo de trabajo cuyos miembros saludan con una gran sonrisa a modo de bienvenida. Vicente comenta que son sus compañeros y que juntos, forman una red de contención; ellos comparten la premisa de pasarla bien y disfrutar de crear. 

«Todas las personas que trabajamos somos disidentes y me construyo desde ahí. Nos decimos primos y ese tipo de relación es necesaria para traducir amor en el alimento. Con las convicciones firmes y la certeza de que todo se construye desde lo colectivo, Muchachito Vicente es un refugio», comparte.

Vicente se autodefine como cocinero y fue en Masamorra, un lugar de comida por kilo ubicado en el barrio Unimev, donde descubrió su pasión por cocinar. Los caminos sinuosos de la vida lo llevaron a incursionar en la música y en la actuación, de hecho, protagonizó la miniserie «Pixelada» (2019). 

Como todo artista, sus procesos creativos son una ebullición constante que lo llevan a estar todo el tiempo buscando sabores nuevos.

Muchachito Vicente: en la búsqueda creativa de nuevos platos

«Me tomo dos semanas para pensar platitos, trabajo mucho con los productos de estación, y con productos de emprendimientos con los que tenemos afinidad y una conexión de sensibilidad. Todos los proyectos llegan a Muchachito Vicente desde un lugar de mucho amor», comenta.

Como buen artista, no tiene recetarios. Se deja guiar por la intuición y el talento de saber combinar sabores que funcionarán para, finalmente, ser algo exquisito; sabores que lo llevan a investigar y profundizar en la cocina para dar con el resultado que imaginó en un primer momento.

Muchachito Vicente, de la crisis a la resignificación

A la propuesta de banquetes, con la que abrió sus puertas en abril del 2021, hoy se le suma un menú a la carta que le permite trabajar su parte creativa en los fantásticos emplatados. La carta se renueva todos los meses.

«Me pareció muy interesante hacer el menú ‘a la carta’. Primero por poder crear desde otro lado, quizás más estético, más allá del sabor, y después porque había mucha gente que conocía a Muchachito pero no se acercaba al lugar por el hecho de tener que compartir una mesa con otras personas o porque todo es vegano… El menú a la carta habilita la posibilidad del encuentro y del picoteo, de pedir uno o dos platitos, conocer el lugar y vivir la experiencia».

Mientras leíamos el menú y nos antojábamos de todo, nos dejaron en la mesa agua de cortesía, a eso le sumamos una limonada y un muy buen vino Malbec. 

La fiesta gastronómica comenzó con frituras: falafels, buñuelos de espinaca y kale y también aceitunas rebozadas y fritas, junto a una veganesa para untar y saborear. Siguió con lo que para nosotros fue la revelación de la noche; el ceviche de frutas, a los ojos de todos, era una combinación de colores fabulosa y al paladar, una explosión de sabores.

Cada ingrediente estaba cortado a la perfección y combinaba con flores comestibles que embellecían el plato. La sorpresa llegó al momento de probarlo: notas picantes, ácidas, frescas; texturas suaves, otras más crocantes y el cilantro coronando en la medida justa aquel festival.

En un segundo momento de la cena llegaron los cremosos: repollo asado con crema tahini y crocante de praliné; zanahorias baby con crema de pallares y cebollas caramelizadas en aceto con puré suave de calabaza; fueron tres platitos ideales para acompañar con una porción de pan. Cada opción disparó en el paladar infinitas y diversas sensaciones, ahí estuvo la magia. 

Luego, para culminar una cena increíble, llegaron a la mesa milanesas de girgolas con papas en tres cocciones y muhammara de garbanzos, una comida de sabores intensos que reflejan una cocción lenta de horas y horas de ebullición con tostador debajo de la olla.

«Hago mucho hincapié en que los platos sean abundantes, que si bien se pueden compartir, los puedan disfrutar y no quedarse con las ganas de más y decir ‘che, pucha hubiera pedido otro más’».

Muchachito Vicente también ofrece la opción de domingos de pastas, un mix entre carta y banquete con un precio fijo. «Es un despliegue de 6 o 7 platos; un tentempié y luego tres tipos de pastas, fideos thai, ñoquis fritos y lasagna». Las pastas cambian frecuentemente ofreciendo al comensal banquetes renovados. 

¿Y de postre? «Siempre intentamos que sea muy de casa como budín de pan, pastelitos fritos y mate cocido. Con esta propuesta jugamos a hacer un clásico domingo mendocino, yo soy de Rivadavia entonces tengo esa cultura familiar, de ritual de domingo. Soy de la parra, la glicina, las conservas y de las cocciones lentas como la de los pomodoros que hacemos cada fin de semana».

El futuro de Muchachito Vicente

Vicente comentó que, con la vuelta del verano, regresarán los banquetes en el patio, a la carta, desde las 19:30 para así poder disfrutar del atardecer y de la buena música. Actualmente, está trabajando para habilitar nuevamente su patio, pensando en sumar allí varios encuentros con cocciones en la parrilla y hasta preparar un espacio para que sus amigos muestren su arte. 

Vicente siempre está creando, estudiando, investigando y surfeando la vida.

La charla se extendió antes, durante y luego de terminada la experiencia gastronómica; conversamos con él de absolutamente todo, disfrutamos de cada momento que pasamos en su casa. Prometimos volver a encontrarnos en aquel jardín, con la glicina florecida y sus nuevas creaciones.

Muchachito Vicente abre sus puertas los días jueves y viernes, de 20:00 a 23:30 hs. y los domingos, a partir de las 14:00 hs. con su especial de pastas. Las reservas son a través de su Instagram

 

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