Cafetear es una pasión inevitable que no podría sustituir por ninguna otra cosa. La curiosidad por saber qué tiene Silla 14, el mejor café de Mendoza según Tripadvisor, me llevó a la zona de Plaza Italia. Inconfundible la fachada de la casa de estilo sobre la calle San Lorenzo, reacondicionada y con dos vidrieras que dejan ver qué algo interesante sucede adentro. Entro dispuesta a tomarme el mejor café y ver si merece sumarse a esta sección (Inevitable). Un maître me recibe y no puedo dejar de admirar la ambientación de Silla14 Café. La máquina Marzocco, una de las únicas cinco que hay en Argentina (directamente traída de Florencia, Italia), es uno de esos objetos fetiches para fotografiar sin parar. Al margen de su belleza estética, esta máquina con su sistema Brewing garantiza que el espresso que vayas a tomar sea de altísima calidad. Detrás de ella, el barista (sommelier del café) de Silla 14, no sólo hará el blend perfecto, realizará el art latte para servirlo.
Esto es suficiente para saber que Silla 14 es único en Mendoza. Ningún café otro cuenta con barista y mucho menos con una auténtica Marzocco. Con mucho movimiento, diríamos a full, quedan muy poquitas mesas para sentarse. La mayoría de los comensales son extranjeros que se hospedan en la renovada zona que circunda la Plaza Italia.
Abro la carta y me atrapa la historia de la silla 14, diseñada por Michael Thonet en 1859, usando una única tecnología de doblado al vapor para darle las formas curvas a la madera. El café eligió este nombre rindiendo homenaje a una de las sillas más usadas en bares, restaurantes y cafeterías. También sorprende la variedad de la carta donde los blend de café preparado con granos –molidos al momento de servirlo– de tres países: Brasil, Colombia y Guatemala, genera múltiples opciones. Silla 14 también ofrece pastelería de elaboración propia y exquisito chocolate belga.
Expectante y con todo el entusiasmo de descubrir un lugar excepcional, cometo la imprudencia de preguntar –a quien tengo cerca, en la caja– algunos datos. La idea era contar la experiencia sin tener que molestar a nadie y mucho menos hacer que te sirvan café de cortesía. Julieta Soldini, después de preguntar para qué necesitaba información, se fastidia cuando revelo que quiero escribir y me dice que no tengo autorización para hacer ninguna nota. Realmente me sorprende la actitud de quien resulta ser la dueña de Silla 14.
Cruzo la Plaza Italia de vuelta, con cierta frustración y no puedo dejar de pensar que algo le falla a la gente que presta servicios en Mendoza. No es la primera vez que en lugar de agradecer el interés por sus emprendimientos o en lugar de atender bien a sus clientes, se sienten perturbados y exacerban la hosquedad menduca.
Hace no menos de tres semanas Silla 14 brillaba en Tripadvisor. Ante el trato poco amigable vuelvo a consultar la página donde las opiniones de los usuarios son irrefutables. Acorde a nuestra impresión, ya cuentan con un ramillete de malos comentarios y quejas por la atención.
Con sólo nueve meses en marcha y un producto muy novedoso como vender café de manera gourmet, Silla 14 promete mucho. Pero deberá corregir la actitud para que perdure en el tiempo como un perfecto «Inevitable».
