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UEST: cuando el diseño se vive, se comparte y construye cultura en Mendoza

Lejos del formato tradicional, UEST puso el acento en la experiencia, el intercambio y el impacto cultural del diseño en la provincia.

Creado por Iván Hernández y Victoria Gassull, UEST nació como un puente para visibilizar nuevas voces del diseño de indumentaria y, con el correr de las ediciones, se consolidó como algo mucho más amplio: una plataforma de formación, acompañamiento y exhibición para quienes están dando sus primeros pasos en la industria creativa local.

La edición 2025 marcó un giro claro. Más que poner el acento en la competencia o en la figura de un único ganador, UEST eligió correrse hacia el impacto cultural del diseño, hacia lo que sucede cuando una comunidad creativa se encuentra, dialoga y se muestra. 

Esta edición fue más que una final. Nos interesaba corrernos de la lógica del ganador y poner el foco en lo que UEST genera en la cultura, en el encuentro y en la comunidad que se arma alrededor del diseño”, explican sus creadores.

El encuentro tuvo lugar en el MMAMM y se vivió como una experiencia integral. Desde el ingreso, el público pudo interactuar con distintas instalaciones periféricas, pensadas no solo para observar sino para habitar: sacarse fotos, recorrer, compartir y formar parte. El diseño dejó de ser algo que se mira a distancia para convertirse en algo cercano, accesible y vivo.

La propuesta se completó con una cuidada curaduría de instalaciones y activaciones que ampliaron el universo de UEST más allá de la pasarela. Los mappings fueron uno de los grandes atractivos de la noche, con intervenciones a cargo de Ritual y Pili Monteverdi junto a Josefina Mezza, que dialogaron con el espacio y la identidad del evento.

A eso se sumaron las instalaciones Manglar y Acolor, que invitaron a recorrer, observar y participar desde distintos lenguajes visuales. La experiencia también incluyó una activación de serigrafía de pañuelos (una de las más celebradas por el público) con ilustraciones de LloroCosas y serigrafía realizada por Morelan, permitiendo que cada persona se llevara una pieza única como recuerdo del encuentro.

A las 20.30 comenzó el desfile, el momento más esperado de la noche. Lejos de un formato tradicional, cada presentación combinó un short film con la salida a pasarela de las piezas, ampliando el universo de cada diseñador y reforzando el concepto detrás de las colecciones. No hubo un premio único, sino reconocimientos, en coherencia con esta edición que eligió celebrar la diversidad de miradas antes que jerarquizarlas.

Cada participante mostró un estilo fuerte y definido, con propuestas que abordaron el diseño desde lo conceptual, lo artístico y lo social, y que podés conocer mejor acá. La moda apareció, una vez más, no como objeto aislado, sino como lenguaje político, cultural y emocional. El resultado fue una pasarela potente, sensible y profundamente personal, donde convivieron distintas narrativas sin necesidad de competir entre sí. 

Más que una final, UEST fue una celebración: de la creatividad, del diseño emergente y de una escena mendocina que está viva, en movimiento y con voz propia. Un espacio donde el diseño se piensa como herramienta de cambio, como lenguaje cultural y como territorio compartido. Y donde, más que buscar un ganador, se construye comunidad.

Desde este espacio felicitamos y celebramos que sucedan esta clase de eventos, y lo extendemos a sus creadores y participantes: Felipe Prisco, Danelo, Agos Borgna y Manu Vinassa, Narciso, y Sofía López.

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