Haber sido elegida como la chica más sexy de la televisión mendocina le causa risa, pero reconoce que le gusta. Paula Bermúdez, la tímida lasherina que llevó la corona vendimial de su departamento durante 2009, creció para convertirse en lo que es hoy: a sus 27 años es panelista del programa Siete y medio, mamá de Lautaro (4) y, sobre todo, bailarina, su pasión desde los 7 años.
Su incursión en la tele se dio el mismo año de su reinado: junto a otras chicas del ballet de Eli Conte le ponían música y baile al programa de Gisela Campos en la tarde del Siete. De bailarina pasó a secretaria y fue ganando espacio y conquistando a los mendocinos. Hoy aporta toda su sensualidad en las medianoches de Siete y medio, por el mismo canal.
Lo que nunca abandonó fue el baile. «Hago danza, spinning, gimnasio y soy instructora de gimnasia aeróbica en una academia. Desde que salí del colegio supe que quería bailar e hice el instructorado y empecé a trabajar de eso: tenía cinco clases por día, lo hice dos años y exploté. Era mucho desgaste físico y no me rendía», recuerda. Fue por ese tiempo cuando llegaron la Vendimia, su desembarco en la tele y lo mejor de todo: su hijo Lautaro.
«Tiene 4 años y medio y está hecho un bomboncito, me tiene loca de amor porque es un dulce. Imaginate: amor de madre e hijo. Se sabe que los nenes con las madres son un dulce de leche…».
–¿Te imaginaste que ibas a ser mamá?
–A futuro siempre soñé, pero no, la verdad que fue una sorpresa el embarazo. Obviamente recibida con amor, con el papá (están separados) tenemos la mejor, es un padrazo.
–¿Y te gustaría tener más hijos?
-Quiero seguir teniendo, ¡obvio!, uno a dos más, pero hay que esperar… ¡tiene que llegar el padre primero! (risas).
«No me gusta que me digan “te quiero presentar a mi vecino” y que después el vecino te llame, salir con alguien que no conozco me choca, me gusta que el encuentro sea natural» dice cuando le pregunto por los hombres. Aunque reconoce que ha tenido «algunos novios» desde que está sola, con ninguno prosperó.
«Yo, teniendo, un hijo busco algo más serio y hoy no es fácil, es muy difícil encontrar a un chico que quiera eso. Me he cruzado con personas interesadas seriamente, pero he llegado a la conclusión de que soy complicada: cuando viene alguien bien, no me cierra, y cuando alguien me interesa es pavote. Estoy sola, pero sin apuro, muy tranquila, no sufro estar sola, pero estoy abierta a lo que pueda llegar».
Sus días arrancan súper temprano para llevar a su niño al jardín y no terminan hasta las 3 de la mañana, después del programa. Por las mañanas entrena y ensaya y por las tardes trabaja en la producción de Canal 7. Todas las noches, además, está impecable en Siete y medio.
«En 2011 (mientras trabajaba con Gisela Campos) me propusieron dar una mano en la producción, para aprender “el detrás”, y me encantó. Lo de Siete y medio se me dio el año pasado (esta es la segunda temporada)».
Y aunque resulte difícil de creerle, vuelve a decir que era una chica muy tímida. «En el canal todavía me dicen “soltate más”», cuenta. «He tenido una mejora con los años, antes me enfocaban y me ponía colorada, eso ya no me pasa, aprendí a manejarlo (risas)».
«No soy periodista ni tampoco me interesa serlo, nosotras (junto a Daniela Gutiérrez son la integrantes femeninas del panel) aportamos el contacto con los televidentes y le damos el toque femenino, de moda, un toque sensual. Ese es nuestro rol. Nos toca alguna vez dar algún tema para debatir, pero siempre notas de color, es un rol en el que estoy cómoda», dice.
A pesar de haber encontrado un lugar en la tele que le sienta muy bien, su pasión es el baile, y trata de integrarlo a su trabajo haciendo, por ejemplo, videoclips para el programa, o bailando en vivo con algún invitado. Además participó de un video clip del cantante mendocino Jonah Sarruff.
Emprendedora
Después de la llegada de Lautaro y sus locos horarios de la tele, Paula se alejó del ballet al que pertenecía, pero ahora sus ganas de bailar volvieron con más fuerza que nunca. «Desde el año pasado tenía ganas de arrancar algo con la danza, así que ahora me he lanzado como coreógrafa porque siempre fui parte de un ballet y ahora siento que empiezo a tener mi propio estilo, estoy creando mi propio grupito con una onda muy pop».
Para fusionar el baile con lo audiovisual tiene algunas ideas que prefiere mantener en secreto: «quiero hacer algo nuevo para Mendoza, pero el día de mañana, cuando tenga un ballet preparado y con buen nivel». Por ahora ensaya junto a sus alumnas de entre 15 y 30 años y dice que está inspirada. «Es muy motivante, siento que estoy muy creativa, inspirada con las coreos, es lindo ver cómo les gustan a las chicas, cómo van creciendo. En algún momento quiero tener mi propio salón y varios grupos».
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Agradecimientos: Adrián Quiroga, Hotel Esplendor Mendoza, Rocío Mercuri y Sofía Crescitelli. Peinado: Marcos Tapia. Make up: Natalia Cortez. Vestuario: Sincrónica.