Aunque los países escandinavos han usado techos de pasto por muchos siglos, los techos verdes modernos son un fenómeno relativamente reciente. La tendencia moderna comenzó cuando Alemania desarrolló los primeros en la década de 1960 y ahora se han difundido a muchos países. Se están volviendo populares en Europa y en menor grado en Estados Unidos. En algunas ciudades europeas, últimamente las políticas sobre este tema han cobrado gran vigor.
Es precisamente el caso de Copenhague, que recientemente sancionó una ley que obliga a los propietarios de nuevas azoteas a tener algún tipo de vegetación en ellas. Dinamarca, se ha caracterizado siempre por ser pionera en temas medioambientales y eco-sustentables.
Las metas que se pretenden conseguir con esta medida es mejorar el hábitat y ahorrar el consumo de energía. También existen planes para cubrir de vegetación las viejas azoteas de la cuidad con el fin de llegar a ser “carbono neutral” hacia 2025. Copenhague ostenta oficialmente el título de Capital Verde Europea 2014, premio que la reconoce como una ciudad que está realizando importantes esfuerzos para mejorar el entorno urbano, y para proporcionar una forma más saludable y sostenible de vivir.
Los ejemplos en Latinoamérica son escasos. Si hablamos de techos verdes en esta parte del mundo, tenemos que mencionar a Ciudad de México, ya que allí se encuentra la azotea verde más grande de Latinoamérica. Se trata de un edificio gubernamental, en cuyo techo hay huertas, áreas recreativas para observar tres ecosistemas distintos y hasta una pista semi-olímpica para correr. Un verdadero ejemplo para el urbanismo ecológico y sustentable.
Este proyecto demuestra las posibilidades que tiene la arquitectura sustentable dentro de contextos urbanos ya preestablecidos. Si un edificio construido en 1974 puede ser reconocido con la Certificación de Edificio Sustentable y Grado de Excelencia, entonces cualquier espacio tiene el potencial de serlo.
Interesados en los techos verdes, nos preguntamos ¿cuán cerca o lejos estamos en Mendoza de implementar esta sana costumbre? Consultamos a un joven experto en el tema, el arquitecto Agustín Palmada (34). Actualmente cursando una maestría en Desarrollo Sustentable del Hábitat Humano, Palmada fundó ArqasGreen – Arquitectura Sustentable, un estudio de arquitectos jóvenes comprometidos con el medio ambiente.
En la organización -junto a las empresas Green Roof Argentina y Hydrotech-, están desarrollando precisamente una unidad específica de techos y muros verdes diseñados para el clima de Mendoza, para que quien quiera incorporarlos a su edificio pueda acceder a ellos, incluso los clientes de otros arquitectos.
“El interés en los techos verdes surgió hace tiempo cuando en pleno proceso de especialización en sustentabilidad tuve la oportunidad de colaborar en el proyecto de una bodega en Uruguay que requería esta tecnología. En ese entonces trabajaba en el reconocido estudio Bórmida & Yanzón. La nueva tecnología de techos verdes era muy nueva y desconocida no solo en Mendoza sino en la Argentina. A partir de esto investigamos mucho para poder incorporar techos verdes al edificio, ya que era requerida la mímesis de este con el paisaje. Desde ahí no paré y continué buscando la manera de incorporar techos verdes en Mendoza. Se puede decir que estamos recién arrancando acá pero confiamos que esta cultura va a recibir cada vez más adeptos”, cuenta Agustín.
¿Cómo definís un techo verde y cuáles son sus ventajas?
Un techo verde es concretamente un jardín en la cubierta del edificio. Tienen muchas ventajas, algunas son:
-Descenso de la temperatura en la cubierta de los edificios. Esto influye en la disminución del fenómeno «isla de calor», que es el calentamiento de las ciudades debido a la radiación solar, teniendo por consecuencia una mayor demanda de energía de los usuarios de edificios para refrigerar los espacios. El mejor ejemplo de esto en Mendoza es durante las noches cálidas, cuando notamos una clara diferencia de temperatura entre el parque General San Martín y la zona metropolitana.
-Aislación térmica y acústica de los espacios interiores. El verde en las cubiertas actúa como un controlador de temperatura, ya que las plantas arrojan sombra sobre la superficie al mismo tiempo que la tierra actúa como aislante térmico. Además, los jardines tienen la propiedad de absorber el sonido, por lo cual actúa como un aislante acústico.
-Aumento de la superficie de verde urbano, aumentando también la generación de oxígeno mediante el proceso de la fotosíntesis.
-Creación de nuevos espacios agradables de recreación.
-Menor impacto visual en la relación del edificio con el paisaje.
-Ayudan al manejo del agua de lluvia retardando inundaciones.
-En algunos países, los propietarios de este tipo de cubiertas, gozan de beneficios impositivos.
Además, podemos clasificarlos en tres tipos:
EXTENSIVO: Son jardines de plantas que no necesitan prácticamente demanda de riego artificial (depende la zona), entre las cuales podemos destacar las de género Sedum. Tienen capacidad de adaptación muy grande. Son de bajo peso estructural.
SEMI-INTENSIVO: Indicado donde se prefiere trabajar con especies que requieren un poco más de agua y mantenimiento. Tienen mayor peso que un jardín de tipo extensivo. Entre las especies podemos destacar gramíneas o césped.
INTENSIVO: Para jardines formados por plantas que necesitan buena profundidad de anclaje (algunos arbustos o hasta árboles). Tienen alta demanda en mantenimiento e irrigación.
¿Hay techos verdes en Mendoza? ¿Qué características particulares tienen o deberían tener?
No existen en Mendoza terrazas verdes realizadas con nuevas tecnologías, no son muy populares, aunque hay algunos casos aislados donde se ha incorporado verde en las cubiertas. Nosotros en Mendoza no hemos instalado todavía ningún techo verde por el momento, pero es una ciudad muy potencial para hacerlo debido a la gran necesidad de protegernos de las altas temperaturas durante el verano. Por ser una zona desértica, debemos trabajar con especies de plantas nativas o de bajo mantenimiento que puedan sobrevivir sin grandes demandas de agua, prácticamente con agua de lluvia.
El tipo indicado de cubierta verde para Mendoza es la “extensiva”. Generalmente se trabaja con especies denominadas «suculentas» (Sedum, cubre suelos, etc.). También podemos incorporar algunas gramíneas, hiedras o ciertas aromáticas.
Es clave que se planten especies acordes al clima y a la humedad del lugar, ya que si hacemos lo contrario podemos caer en un jardín con grandes demandas de agua y mantenimiento, lo cual va en contra de un proyecto sustentable.
En la ciudad de Copenhague se ha aprobado recientemente una ley que obliga a los propietarios de nuevas azoteas a tener algún tipo de vegetación en ellas. ¿Qué opinás acerca de esto? Cuán lejos estamos de este tipo de ciudades, pioneras en temas medioambientales?
Me parece una excelente iniciativa, ya que el beneficio de esta tecnología no es solo para el usuario del edificio sino para toda la comunidad. Si bien realizar una cubierta verde tiene un costo extra, creo que debemos mirar hacia adelante y entender los beneficios que esto trae a nivel de demandas de energía. Vivimos un difícil momento relacionado a lo ambiental y creo que debemos poner el ojo más allá de nuestros propios intereses.
En Argentina no estamos muy lejos, de hecho en Buenos Aires y Rosario ya se está trabajando en legislaciones. Debemos seguir investigando para poder acercar este tipo de tecnologías a la gente, y es el Estado con sus políticas el que debe dar el primer paso.
¿Cualquier construcción puede tener un techo verde? ¿Cuáles son los pasos a seguir si queremos uno? ¿Hay que planificarlo desde el proyecto arquitectónico? Si no fue previsto desde un principio, ¿se puede implementar haciendo algunas modificaciones?
Las nuevas tecnologías en sistemas de ajardinamiento de terrazas nos acercan la posibilidad de darle supervivencia a las plantas con una carga mínima de sustrato (tierra especial), lo cual minimiza las sobrecargas sobre la estructura del edificio, por ende bajamos costos. Dependiendo del tipo de jardín que vamos a instalar, es la sobrecarga que debemos calcular. Los pesos van desde 80kg/m2 en un sistema «extensivo» hasta 170kg/m2 en un sistema «semi intensivo».
Siempre es recomendable la previsión de una cubierta verde desde el inicio del proyecto. Sin embargo, gracias a estos bajos pesos y la variedad de sistemas podemos instalar un jardín en casi cualquier cubierta existente. De hecho estamos próximos a ofrecer en Mendoza un sistema de bandejas donde uno puede contar con un jardín en la azotea prácticamente en el día. Es instalable en casi cualquier techo debido a su bajo peso y fácil instalación.
Previo a la instalación de un techo verde tenemos que tener en cuenta el tipo de impermeabilización de la cubierta. Esta debe ser de alta prestación y colocada a conciencia.
