La fachada restaurada con sus materiales originales, los baños puestos a nuevo, una sala de usos múltiples y la terraza recuperada reciben a turistas que disfrutan de trekkings, avistaje de aves y pic-nics en los jardines.
Está 30 kilómetros al norte de la villa de Uspallata. Es el centro de limpiezas espirituales, templos energéticos, rituales curativos, avistamiento de ovnis y arte al aire libre. Pero además es el paraíso para la pesca con mosca y las largas caminatas que te van a dejar renovado.
Las bodegas mendocinas que se han convertido en majestuosas salas de arte aportan una vivencia extraordinaria a los visitantes, que se suma a la oferta gastronómica y a las degustaciones.