La música, la naturaleza y una gran comunidad convivieron en un entorno excepcional. un show que volvió a confirmarse como un movimiento cultural y turístico.
En estas tres jornadas irrepetibles, la música marcó el pulso del paisaje y la puesta en escena elevó a Sunsetstrip a un nuevo estándar. Un despliegue visual que rediseñó el sonido sobre la montaña y dialogó con el entorno sin imponerse, cada noche tuvo su propio carácter: la particularidad de una jornada colectiva bajo la lluvia del sábado, la armonía perfecta del domingo y la celebración expansiva del lunes, conformaron una experiencia integral única.
La cordillera, el cielo y tres jornadas únicas

El clima, tan impredecible como inusual para Mendoza, terminó convirtiéndose en un elemento más del relato y se transformó en parte de la experiencia. El sábado Marienne y Marcelo Vasami marcaron una apertura sólida y ascendente, preparando el terreno para el solo de Hernán Cattaneo. Luego tomó el control el gran Danny Tenaglia, con un set cargado de historia y presencia. Y así llegó el momento esperado, el B2B entre ambos DJs, sellando el primer día del Sunsetstrip con una declaración tácita: ni la lluvia puede competir con la música cuando miles de personas desean seguir bailando.
El domingo Meinz abrió la tarde con precisión; siguiendo el hilo de la historia apareció en escena el dúo Paax, que potenció la progresión hacia el atardecer. HVOB entregó uno de los momentos más celebrados, con un live hipnótico que dialogó directamente con la montaña. El cierre quedó en manos de Hernan Cattaneo con un set de cuatro horas de progressive elegante y potente, coronado por un cielo ideal.

El ultimo y tercer dia, lunes, Sunsetstrip respiró celebración plena. Con un sol radiante. B.I.R.D.DD. aportó un inicio cálido, Martín García continuó con un set cargado de historia, sentimientos y beats compartidos por el público. Finalmente, Hernán Cattaneo ofreció un extended set de seis horas, ya un clásico para el día de cierre.
Fue un viaje emocional y preciso que reafirmó la identidad del show y su vínculo profundo con el público y con la montaña mendocina.
La montaña como protagonista
La co-producción entre Folck Producciones y Buena Productora volvió a elevar la vara. El escenario minimalista, con las formaciones rocosas como protagonistas absolutas, ya anticipaba que algo especial estaba por suceder. Todo el diseño estuvo planteado para crecer de menos a más en cada jornada, construyendo un relato técnico que se desplegaba en capas.
Con la caída de la noche, el primer gran salto de producción se hizo evidente: un show de rayos láser —los más potentes del país— comenzó a dibujar el cielo de Potrerillos. Levantar la mirada y ver esas serpentinas de luz, sin inicio ni fin, proyectándose sobre la montaña generó una sensación de inmensidad casi irreal, reafirmando el carácter inmersivo que define a Sunsetstrip.

Minutos más tarde llegó el segundo punto de quiebre. Dos grúas emergieron detrás del escenario sosteniendo un aro de luz móvil de más de 12 metros de diámetro, suspendido a 45 metros de altura. Este factor sorpresa dio identidad propia a cada noche: su performance fue diseñada especialmente para cada show, con movimientos no sólo verticales, sino también traslaciones en múltiples ejes.
Una vez en acción, este anillo luminico captó la atención de todos hasta el último minuto. Un espectáculo perfectamente sincronizado con la música, la narrativa visual y la puesta general, creando un relato completo y coherente. Sin dudas, el despliegue sensorial potenció —como cada año— la esencia misma de la experiencia Sunsetstrip.





