El viaje al Africa no terminó con la cumbre del Kili. El momento de relax de las mujeres llegó con un día de safari en el Parque Nacional Tarangire, donde se realizó el avistaje de decenas de aves, elefantes, jirafas, cebras, suricatas, jabalí, zorros y otros más. El rey de la selva, el león, no se dejó ver.
Además, el grupo visitó una comunidad de Masais, quienes eran guerreros que vivían de la depredación y que, actualmente, son pastores nómadas. Ellos hicieron muestra de sus costumbres diarias y hasta invitaron a las mujeres al interior de sus cabañas hechas de ramas y rodeadas de paja para rodear el rebaño.
Y el cierre del gran viaje por África terminó en la capital de Sudáfrica: Johannesburgo. Una ciudad de notoria división de clases sociales: la pobre y la rica. Hoteles, edificios, colegios y calles ultra lujosos quedaban a pocos minutos de los barrios más carenciados.
El tour incluyó el Museo del Apartheid, el cual ilustra el sistema de segregación racial en Sudáfrica que se terminó en 1992 con la figura y el activismo de Nelson Mandela. Su casa en Soweto es parada obligada del recorrido, al igual que la última mansión en la que vivió hasta 2013 y en la que hoy viven sus nietos.