Si tu cuerpo y tu mente te piden comer de verdad natural, nada como la comida “viva”. Pero antes de lanzarte, leé estos consejos. Si decidís dar el paso, te espera un gran cambio vital…
¿Se puede comer sólo crudo? No sólo se puede sino que lo hemos hecho durante millones de años. La humanidad ha estado muchísimo más tiempo comiendo “todo crudo” que cocinado, comiendo exclusivamente nuestro alimento fisiológico; el fuego, el omnivorismo y la agricultura son relativamente recientes. Pero, hay que tener en cuenta dos cosas. En primer lugar, nuestro alimento biológico es crudo, pero no todo lo crudo es nuestro alimento biológico. Es decir, los alimentos que por lógica comeríamos crudos sin cocinar, pero también sin aliñar, ni mezclar, ni sazonar… son sobre todo las frutas y algunas hojas verdes. Segundo, llevamos toda nuestra vida comiendo alimento no biológico que ha dejado muchos residuos en el organismo y antes de empezar a comer “sólo crudo”, “todo crudo” o incluso “mucho crudo”, hay que hacer una transición dietética y desintoxicarnos para poder vivir sólo de crudos, fundamentalmente frutas.
¿En qué tipo de alimentos se basa la raw food? Hay distintas corrientes «raw food». En la Raw Food “Gourmet» se incluyen frutas, hojas verdes, verduras, hortalizas, semillas, frutos secos, germinados, deshidratados, macerados, superalimentos liofilizados y otros productos casi crudos. Luego están las corrientes raw food bajas en grasa y proteína, como la Dieta 811, que reduce al mínimo el consumo de aceites, semillas y frutos secos. Y luego están las corrientes más puristas, en la línea del higienismo clásico, en las que se comen básicamente frutas, hojas verdes y generalmente en monodieta, o al menos haciendo buenas combinaciones de alimentos. En cualquier caso, en todas las variantes de raw food se elimina el consumo de carnes, pescados, mariscos, embutidos, huevos, lácteos y derivados, cereales, legumbres, alimentos industriales, cocinados, procesados, refinados.
¿Raw food es lo mismo que crudiveganismo? Son etiquetas muy parecidas. Digamos que raw food es el nombre del movimiento “americano”, al que muchas personas se han sumado por moda o por salud y que simplemente denota comida cruda (sin cocinar); suelen seguir la línea «raw food gourmet”. Sin embargo, el término crudiveganismo hace referencia también al veganismo, que -además de un hábito dietético- supone una filosofía de vida de no utilización de los animales como recurso. Es decir, un crudivegano es raw foodist pero un raw foodist no tiene porque ser crudivegano, ya que quizá adoptó esa forma de alimentación por salud, pero poco le preocupa usar unas botas de cuero o asistir a un espectáculo que utiliza animales en cautiverio, como el circo. El término para crudivegano sería más bien «raw vegan».
¿No se sufren carencias con este tipo de alimentación? Haciendo bien la transición dietética previa, que implica una larga desintoxicación, el intestino se limpia (por primera vez en su vida) y es capaz de asimilar todos los nutrientes que necesita. El organismo está diseñado para nutrirse de alimento natural, sin cocinar; que hayamos sobrevivido al omnivorismo y al “coccivorismo” no significa que nos hayamos adaptado ni que eso sea lo saludable. Es más, el auténtico milagro no sería vivir sólo de crudos o sólo de frutas, el milagro es que todavía haya personas que no se enfermen o que no sufran carencias con la “alimentación civilizada” a la que nos someten desde que nacemos.
¿Qué alimentos nos proporcionan proteínas en la raw food?Uno de los grandes problemas de la “dieta civilizada” es el consumo excesivo de proteína. Hay evidencias científicas en las que se relaciona el consumo abundante de proteína con muchas enfermedades. Sobre todo porque la proteína nunca se consume “sola”, sino que generalmente va mezclada con almidón. Antes de responder a esta pregunta, habría que responder a otra: ¿realmente, cuánta proteína necesitamos? Y ante la variedad de respuestas que podemos encontrar, lo mejor es preguntarle a la Naturaleza.
Reciclaje de proteínas. También hay procesos de «reciclaje» dentro de nuestro organismo y dentro de nuestras células en los que la proteína que no se utiliza es reciclada y reutilizada. Esto hay que tenerlo muy en cuenta en nutrición: se conoce como proteína endógena y esas reservas conforman 2/3 partes de la proteína que necesitamos. Lo único que el cuerpo realmente aprovecha son los aminoácidos esenciales y éstos se encuentran todos en el reino vegetal. Entre los muchos alimentos vegetales que los contienen están los germinados, espirulina, verde de trigo, semillas de chía, quinoa, semillas de cáñamo, amaranto…; y muchas frutas, hojas verdes y vegetales, aunque en menor cantidad. Las vacas pueden conseguir aminoácidos comiendo sólo hierbas y los gorilas, con la fuerza y corpulencia que los caracteriza, tienen una dieta basada en frutas y brotes verdes.
Nada se cocina. La «norma básica» de la raw food en lo que al proceso del alimento se refiere, es no consumir nada que esté calentado por encima de 42º. Ésta es la temperatura a la que generalmente cocina el sol y a partir de la cual, en caso de fiebre, nos morimos; y la temperatura a partir de la cual mueren todas las enzimas del alimento y empiezan a perderse otros nutrientes (vitaminas, minerales), disminuyendo su vitalidad o la energía vital que nos aporta. Gastamos menos energía en digerir un alimento biológico en estado crudo que cocinado. Pero, no todo lo que está crudo es alimento para el ser humano, no podemos digerir semillas y granos (cereales y legumbres son muy indigestos si antes no se cocinan); tampoco comeríamos papas crudas o berenjenas crudas o ramas de árboles por más que estén en la naturaleza. Si el alimento se calienta hasta los 42º no hay problema, se puede comer caliente sin cocinar. También se pueden macerar algunos alimentos con limón o sal marina para que queden más blanditos sin haberlos cocinado; o deshidratarlos a menos de 42º para intensificar su sabor al evaporar y secar el agua, y conseguir texturas más crujientes. Sin embargo, no se debe abusar de alimentos deshidratados, ya que el alimento biológico siempre tiene un % muy alto de agua, como nuestro organismo.
¿Qué beneficios nos aporta comer crudo? Comer crudo es un gran alivio inicial para cualquier organismo por el simple hecho de dejar de forzarlo a digerir y eliminar carnes, pescados, embutidos, mariscos, lácteos, harinas refinadas, granos, cereales, legumbres, alimentos industriales… La gestión de todos esos comestibles de la industria alimentaria nos supone un gran gasto energético en gestionar los residuos que dejan. Quienes siguen esta corriente aseguran que la energía y la ligereza que se siente no se pueden expresar con palabras. Sin embargo, los expertos recuerdan que antes de comenzar una alimentación basada en crudos o muy alta en crudos es muy importante hacer una limpieza previa (mediante una paulatina transición dietética) para eliminar del organismo todas los residuos y toxinas acumulados. Una vez que hemos retirado paulatinamente esos alimentos de la dieta y el intestino se ha recuperado, los alimentos vivos como las frutas, las hortalizas o los vegetales de hoja verde aportan los siguientes beneficios: agua fisiológica (somos un 70% de agua) cargada de vitaminas, minerales orgánicos, oligoelementos, fibra dietética, azúcares simples de rápida digestión, aminoácidos, ácidos grasos, enzimas digestivas. Si son ecológicos, recomiendan comerlos sin pelar para conseguir las bacterias necesarias para sintetizar otros nutrientes, como la famosa vitamina B12.
¿Para quién estaría contraindicada la raw food? En el caso de personas muy enfermas, personas medicadas o que han consumido drogas durante alguna época de su vida, es probable que se tengan que conformar con una alimentación 50-60 % cruda, ya que una 100% biológica podría acelerar los procesos de eliminación de toxinas que nos supongan una autointoxicación. La gestación o la lactancia tampoco son buenos momentos para iniciar procesos de depuración.
Posibles riesgos. Esta es la cuestión más importante de todas, ya que si uno empieza a alimentarse 100% crudo de la noche a la mañana -sin saber lo que hace- aunque al principio hay una grata sensación de alivio (puede durar los primeros meses/años) el organismo empieza a tener mucha energía disponible por haber reducido considerablemente la energía que pone en las digestiones. Este extra de energía se suma a la ingesta de grandes cantidades de alimentos altamente vitalizantes y disolventes (frutas sobre todo) y ambos factores se combinan para comenzar a depurar y disolver toxinas. Es decir, el cuerpo comienza un proceso bastante agudo de desintoxicación; puede ser peligroso para los órganos, para nuestros huesos y hasta para nuestra salud mental. Por eso es sumamente importante hacerlo de forma asesorada.
Cómo empezar. Aunque la responsabilidad sobre la alimentación es nuestra, se recomienda apoyarse en alguien con experiencia que nos guíe. Es fundamental que entendamos que un cambio de alimentación implica otros muchos cambios: físicos, mentales, emocionales, espirituales, sociales y hasta medioambientales. Lo más importante para tener éxito con la raw food es hacer cambios progresivos. Por eso, se recomienda comenzar eliminando el consumo de alimentos como carnes, pescados, mariscos, embutidos, lácteos, legumbres, fritos, refinados… En una segunda etapa se combina alimento crudo con verduras cocinadas y algo de papa y arroz integral. A medida que el cuerpo se vaya desintoxicando, poco a poco se iría reduciendo el consumo de alimentos cocinados y aumentando el de crudos y frutas.
Platos raw. Si no lleva pan, el gazpacho es un plato raw. Cualquier ensalada (sin atún, ni queso, ni huevo) es un plato raw, la leche de almendras… Al principio uno se complica y hace muchas recetas de imitación a la comida tradicional, es mejor simplificar y no intentar que sea parecida. Cuando uno empieza a dar importancia al alimento vivo en la alimentación, la imaginación empieza a funcionar.