“Ah! Que le monde est grand à la clarté des lampes!” (“¡Ah! ¡Que el mundo es grande a la luz de las lámparas!”). Con esta frase del poeta francés Charles Baudelaire, su coterráneo François Magnol da la bienvenida a los internautas en su página web. Para algunos “el mago de la luz”, este artista sorprende con lámparas hechas con piezas vintage y una imaginación ilimitada.
¿Qué tienen en común una procesadora de los años 50, un globo terráqueo, un molinillo de café y una vieja batería? Que tuvieron la suerte de caer en las manos de François Magnol. Desde su estudio de diseño, Magnoluz, une y ensambla piezas vintage y las convierte en lámparas únicas.
De su amor por
la noche y por las luces artificiales «que muestran sólo lo que quieren mostrar», surgió la idea de crear lámparas. Y su inspiración brota de la historia peculiar de cada objeto.
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