La hija del reconocido diseñador de zapatos Ricky Sarkany, Sofía, presentó su primera colección de indumentaria de una forma muy original: una instalación en forma de container en el estacionamiento del shopping Paseo Alcorta.
Es el primer pop up store que se hace en Argentina, algo así como una tienda móvil e itinerante que se traslada por distintos puntos, una tendencia que, por ejemplo, en Estados Unidos es furor. El espacio estuvo abierto al público durante quince días, y la idea es que llegue a diferentes ciudades del país, entre las que se encuentran Córdoba, Rosario y Mendoza.
A raíz de este lanzamiento, nos pusimos a investigar sobre la tendencia pop up. Si bien hoy se relaciona más con la moda, hace algunos años ocurrió lo propio con el rubro gastronómico y bajo esta metodología también puede montarse, además de un restaurante, un espacio que hospede una fiesta o evento privado.
Los pop up shops -también conocidos como pop up stores, pop up retail, temporary store o comercialización flash- son espacios de venta temporales que permiten a las marcas tener una presencia en los sitios más emblemáticos y cotizados de una ciudad y ampliar su presencia en el mercado durante un tiempo determinado. Es marketing basado en la experiencia, que para las empresas significa un canal directo de venta y la posibilidad de descubrir nuevos mercados.
La tendencia pop up comenzó allá por el año 2000 en ciudades como Madrid, Barcelona, París o Nueva York. Las marcas se lanzaron de lleno a nuevos mercados, conscientes de que empezar a operar en nuevos países no siempre es sinónimo de éxito. ¿Y si fuera posible hacer un test de mercado evitando la costosa inversión de una tienda permanente? Las pop-up store revolucionaron el mercado de la moda justamente por su modus operandi: llegar, montar, impresionar, vender y desmontar.
Son muchas las marcas que apuestan por este modelo de tienda -de forma permanente o eventual-, ya sea por la notoriedad que le otorga a la firma o para potenciar sus ventas en una época concreta –Navidad, comienzo de ciclo lectivo, etc.-. Una tienda efímera suele durar un mínimo de dos días y un máximo de dos meses, ya que si no fuera así, perdería todo el sentido…
Las pop-up store otorgan a la empresa una imagen positiva, son una muy buena campaña de marketing. La moda busca continuamente nuevas formas de vender, de reinventarse.
En lugar de invertir directamente en montar un establecimiento, las firmas apuestan por una pop up store, que les sirve para testear el mercado y sobre todo para darse a conocer. Este tipo de tiendas también se utilizan para acercar la marca al cliente y hacerlo sentir parte de la misma.
Prada montó su propia tienda efímera en París durante el año pasado. La marca japonesa de moda, Comme des Garçons -una de las pioneras en esto- habilitó un garaje en Nueva York y decidieron decorarlo de manera muy colorida. Allí, vendieron sus prendas durante una semana. ¿El resultado? Un rotundo éxito. Luego, Comme des Garçons apostó por ciudades alejadas del circuito de la moda como Beirut, Barcelona o Atenas.
H&M, Ralph Lauren, Tommy Hilfiguer, Pepe Jeans o Diesel ya se han sumado a la moda pop up, y cada de una de ellas refleja su espíritu de marca en sus tiendas efímeras.
Una pop up store también tiene otros objetivos. Custo Barcelona, por ejemplo, las utiliza para hacer ventas de stock y así deshacerse del remanente de la colección anterior.
Bajo esta metodología también puede montarse un restaurante o un espacio que hospede una fiesta o evento privado.
La movida gastronómica de los pop ups se dio hace algunos pocos años en esta parte del mundo, pero empezó a mediados del 2000 en Londres, cuando algunos restaurantes comenzaron a organizar eventos culinarios llamados “happenings”. Un concepto muy atractivo e innovador que pegó fuerte porque podía convertir temporalmente cualquier espacio en algo especial para la gente de buen paladar.
Con los bajos costos necesarios para arrancar un pop up no había mucho riesgo. Tanto cocineros jóvenes como chefs experimentados descubrieron una oportunidad accesible de presentar su creatividad y experimentación en la cocina.
Una casa, un museo, un bar, un templo, una fábrica, una estación de tren abandonada, un jardín escondido… cualquier lugar inédito puede ser el escenario de esta tendencia sorprendente en materia gastronómica. Todo para ofrecer una aventura culinaria fugaz, itinerante, nómade, efímera.
Pero volvamos a la moda. “Como es la primera vez que presento una colección completa de indumentaria, me gustaba la idea del local propio. Y esto de tienda itinerante, me parece que está buenísimo y que en Argentina no se ha visto”, contó Sofía Sarkany. Es que son precisamente los jóvenes diseñadores, como ella, que no disponen de un lugar físico donde presentar sus creaciones a quienes les va como anillo al dedo esta propuesta.
Ahora solo resta esperar a que la hija de Ricky pase con su tienda por Mendoza. Entonces podremos decir que ya sabemos de qué se trata.