Depende desde donde se la mire, la Vendimia es una fiesta popular y folclórica, y es también un enorme y codiciado evento social con sus códigos, reglas tácitas, costumbres, colorido, polémicas y estilo. INMENDOZA.com recogió aspectos relevantes, curiosos y novedosos del Carrusel 2014.
Nuevo recorrido: comenzó en la Fuente de los Continentes y más adelante pasó por la noctámbula y glamorosa Arístides. También por Belgrano, con gente que caminó por los carriles del Metrotranvía.
Los gauchos y sus caballos, con su vestimenta y adornos típicos, de “gala” para la ocasión. Chicos y grandes, el evento ameritaba lucir lo mejor.
“Me puse lo primero que encontré”. Quienes vieron el Carrusel desde las terrazas de Park Hyatt no dejaron detalle librado al azar antes de salir de sus casas. Eligieron muy cuidadosamente sus equipos, tratando de demostrar -en vano- que se pusieron lo primero que encontraron.
Accesorios. El gerente general de Park Hyatt Mendoza, Daniel Dolatre, combinó sus anteojos de sol con marco violeta con su reloj y hasta con un prendedor con forma de racimo.
Pañuelos y cinturones Hermès, gafas Ray Ban y carteras Louis Vuitton, preferentemente extra grandes. En primer plano, la cartera abandonada de Pamela David, con el muñeco de su hijita Lola y celulares varios a la vista.
“¿Vendimia? ¿Qué es eso?”. No les importa la Vendimia y hasta llegan cuando el Carrusel está por terminar. Los que solo van para ser vistos, deambulan de acá para allá con una copa en la mano, a puro social.
Hay algunos atentos a las cámaras y otros que no. Las chinas bailan arriba de un carro y hacen un stop para posar sonrientes. Más allá, una reina se olvida del mundo, mata el aburrimiento y se rinde a los pies de la virtualidad.
“El lunes empiezo la dieta”. Maxi choripanes, sándwiches de jamón crudo, costillares a la llama, humita, quesos y fiambres, algodón de azúcar, garrapiñada y pororó, churros, empanadas de alcayota y clericó. Desde la mañana y hasta el mediodía, en el Carrusel se cometen excesos gastronómicos no siempre aptos para las altas temperaturas. Y ni hablar de los excesos etílicos…
Unas verdaderas reinas. En Mendoza y sobre todo en Vendimia, las chicas lindas abundan. Soberanas, promotoras y hasta “conejitas”. Con bandas y coronas, uniformes con grandes logotipos o poca ropa. Sin olvidarnos, claro, de las espectadoras, que derrochan belleza desde el anonimato.
Sol, vino y fiesta. Cerca del mediodía, bajo el ardiente sol mendocino y los efectos del vino, ya no importa si el make up se corrió, si la camisa se manchó o si la marcha vendimial sonó unas ocho mil veces. Mientras haya vino habrá sonrisas y clima de fiesta.
“Mangueo” mata estilo. El ingenio popular se las rebusca con jarras, canastos, tachos y botellas de plástico para hacerse de un racimo de uvas o con suerte un melón. Los más fashion, muestran la hilacha mendigando suvenires como sombreros para protegerse del sol o chocolates para saciar la gula. Así como “billetera mata galán”, llegamos a la conclusión de que “mangueo” extermina glamour.