[highlight color=#df0074] EN PRIMERA PERSONA [/highlight]
Por Diego Berna (*)
Si vas temprano, lo mejor es ir por Villavicencio, para no perderse esa subida increíble entre valles y quebradas. Pasás el hotel y seguís cuesta arriba, con paisajes que te van a cautivar no sólo por su belleza sino por el vértigo de la altura al girar en cada curva. Sin darte cuenta ya estarás en San Juan.
El camino pedregoso de montaña se convierte en asfalto y en lugar de ir hacia Uspallata tomás al norte, hacia la estancia San Alberto. Andás un rato por el valle que separa la Cordillera Principal de la Precordillera y sin advertirlo llegás a la Pampa del Leoncito. La tierra cuarteada de una planicie perfecta hace las veces de pista para diversos deportes de aventura.
Dependiendo de la época del año te encontrás con la gente que practica carrovelismo y podés alquilar esos vehículos de viento entre las 15 y las 18. Es como hacer windsurf pero en la tierra.
Si te interesa la astronomía podés visitar el observatorio astronómico El Leoncito, que forma parte del Parque Nacional El Leoncito. Durante el día se pueden hacer visitas de 10 a 12 y de 15 a 17.30, en el período 1 de octubre al 31 de marzo. También se pueden hacer observaciones nocturnas si llegás al complejo alrededor de las 17.
Las características del cielo en esta parte del mundo son inmejorables para mirar las estrellas y observar la órbita de los planetas.
En la inmediaciones del Parque se puede acampar, también podes ir hasta Barreal, el pueblo sanjuanino de montaña que tiene cabañas y dos o tres lugares típicos para comer algo. O vas al río, que está a 5 minutos, y te tomás unos mates al pie de la cordillera.
Al final, te volvés por Uspallata, con una nueva experiencia que le cambia la onda al domingo.
(*) Publicista. Especial para InMendoza.