Panamá es un país de gran multiplicidad cultural, con una constante presencia de visitantes de todo el mundo. De intensa conexión con el mar, se parece a una isla del Caribe. “The Way” es la marca país de Panamá, que genera una alta gama de interpretaciones: el camino al éxito, a la aventura, a vacaciones inolvidables. “Muchos caminos para un único destino”, reza su slogan.
La mayor parte de la población es de origen mestizo descendiente de indígenas, africanos y españoles, aunque existe una gran diversidad étnica. La mayoría radica en la región costera del Golfo de Panamá, en la península de Azuero sobre todo, y en las áreas metropolitanas de la Ciudad de Panamá y Colón. Tiene casi 3 millones y medio de habitantes.
Hoy, gente de todo el mundo la visita, y en sus calles se respira un ambiente universal, cosmopolita, donde la mixtura de nacionalidades e idiomas se palpa a cada paso. Modernidad, vanguardia, progreso, esto es Panamá.
Lugar de paso y punto de encuentro, esta pequeña tierra de tradiciones diversas es una cita obligada para descubrir. Sus expresiones culturales, el desarrollo urbanístico, su camino costero, el canal de Panamá, sus paseos de compra, sus joyas -obras de una gran belleza producidas por un arte que tiene sus raíces en los tiempos precolombinos- invitan al viajero a prestarles atención.
INMENDOZA.com te propone 48 horas, un fin de semana en la Ciudad de Panamá, con algunos secretos para disfrutarla al máximo.
Viernes por la mañana. Al llegar a Panamá lo más importante es disponerte a disfrutar. Respirar profundo y sentir que hay un nuevo desafío por delante: dejarte seducir por las cosas más lindas de la ciudad.
Es recomendable alojarse en un hotel del centro de la ciudad y a partir de allí moverse con comodidad y seguridad hacia todos los atractivos de la metrópoli. Al tomar un taxi desde el aeropuerto al hotel es imperante llevar billetes chicos –de uno, cinco y diez dólares- ya que andar con un billete de 100 dólares en Panamá sería como llevar un billete de 1.000 pesos en la Argentina. Los taxis nunca tienen cambio.
Los hoteles en general no habilitan los cuartos hasta las dos de la tarde. Aquí si ponés cara de cansado, rogás y sonreís, quizás tengas más chances de que te admitan antes. Te tirás un ratito a descansar, te das una ducha y salís en busca del almuerzo o de esas compras que tenés en mente.
Ir de gira por la ciudad de Panamá es una tarea obligada, e incluye visitar las ruinas de la ciudad original del siglo XVI, el Casco Viejo, la ciudad colonial española y la moderna ciudad de rascacielos. Panamá posee una historia rica en culturas indígenas y pre-coloniales, increíbles espacios para hacer compras a muy buenos precios y obviamente, el famosísimo Canal de Panamá.
La ciudad es conocida como un paraíso para ir a comprar y cuenta con grandes zonas comerciales y modernos shoppings: Multicentro, Multiplaza Pacific, Albrook Mall, Metromall y Westland Mall.
Multiplaza Pacific es el que tiene las mejores marcas y en época de liquidaciones tu tarjeta no sufrirá demasiado. Está ubicado en el distrito de Punta Pacífica y su terraza es muy recomendable para almorzar. Multicentro, por otra parte, es el shopping más grande de América Central.
Hay varios restaurantes y una hermosa vista a Punta Pacífica, la zona más chic de Panamá, donde se erige el hotel de Donald Trump, por ejemplo. Otra opción es comer un sushi infernal muy cerca: en el restaurante Sake, ubicado en la planta baja del edificio Torre de las Américas, a una calle del centro comercial, donde seguro te tentarás con algo de Louis Vouitton o de Cartier.
Por la tarde, podés regresar al hotel a descansar, aunque también la propuesta del Albrook Centro Comercial es encantadora. Está cerca del Aeropuerto de Albrook y la Gran Terminal de Transporte, frente al Canal de Panamá o el Puente de las Américas (que une América del Sur con América del Norte). Este es el shopping de precios más bajos, al estilo outlet. No se encuentran las mejores marcas pero con el mapa del mal en mano podrás ubicarte para hallar lo que tengas en mente.
La cena en Panamá se sirve a partir de las 20 horas y que es recomendable que siempre desde tu hotel te hagan la reserva. No dudes en salir temprano ya que después de las 23 nadie te servirá un plato de comida.
Cruce internacional de caminos, los restaurantes de la Ciudad de Panamá ofrecen una variedad sorprendente de buena cocina a muy buenos precios. La mayoría de los restaurantes se ubican en el distrito comercial, el histórico Casco Viejo o en el Causeway de Amador. Comida panameña gourmet y presentaciones folklóricas son parte de la propuesta sibarita.
Como opciones, un lugar con mucha onda es el restaurante del Ocean Club, en la torre de Donald Trump (así se la conoce más). Posee dos amplios espacios gastronómicos: uno de ellos con una terraza sobre el mar, digna de disfrutar. Se trata de un edificio de exquisita arquitectura con 70 pisos construidos y 284 metros de altura. En Panamá se encuentran los 10 edificios más altos de toda Latinoamérica.
Otra propuesta es el restaurante Leños y carbón, en la isla Amador en el Causeway. Es un “must” reservar en su terraza, que proporciona una tremenda vista y donde se sirven carnes asadas y una de las más deliciosas parrilladas de mariscos. Este es un paseo fascinante, una atracción principal.
El Causeway fue creado para conectar a cuatro islas pequeñas usando rocas extraídas del Canal de Panamá y sirve como un rompeolas para la entrada de la costa pacífica del Canal. En estas pequeñas islas de agradables brisas hay excelentes restaurantes, caminos para bicicletas (se pueden alquilar allí) o para correr, el Instituto Smithsonian para la Investigación Tropical, tiendas de artesanías, un puerto para cruceros y una marina de yates. El restaurante de TGIF’s en el Country Inn and Suites tiene las mejores vistas del Causeway y del Canal de Panamá, con barcos que pasan por debajo del majestuoso Puente de las Américas.
¡Atento! También es muy recomendable realizar este circuito al atardecer, momento inolvidable para apreciar el ingreso de los barcos al Canal. Sus luces proponen todo un show que te paralizará de belleza.
Sábado al levantarte. Dicen que ir a Panamá sin visitar el Canal es como ir a Egipto y no ver las Pirámides. El Centro de Visitantes de Miraflores en las Esclusas de Miraflores es el mejor lugar para ver el Canal. A solo 20 minutos del centro de la Ciudad, incluye un museo con exhibiciones interactivas sobre la historia del Canal, héroes, el ecosistema y una película sobre su construcción. La entrada cuesta 8 dólares y está abierta de 9 a 16.30 horas.
Afuera hay una gran terraza para vistas cercanas de los barcos que transitan a través de las esclusas y pasan del Pacífico al Atlántico y viceversa. Imposible partir de allí sin ver ese espectáculo. Podés almorzar en el Kiosco o en el restaurante de Miraflores con una majestuosa panorámica. Siempre desde la terraza, para no perderte detalles. Otra buena manera de explorar el Canal de Panamá es tomar un mini-crucero para una gira de día y realizar un tránsito parcial.
Luego del mediodía. Muy cerca de allí se encuentra el Albrook Centro Comercial, buen lugar si no lo visitaste el día anterior. De lo contrario recomendamos el paseo diurno por Causeway. Almorzar, tomar un helado, unos tragos y contemplar todo el movimiento de la zona es placentero y renovador. Desde allí fácilmente se consiguen taxis para regresar al centro.
Entrando la tardecita. Pintoresco por excelencia está el Casco Antiguo, un espacio distintivo, hacia la Bahía de Panamá. Sus edificios históricos de la era colonial y de la construcción del Canal demuestran la historia panameña compartida con España, Francia y EEUU. Hoy el Casco Viejo experimenta un renacimiento con la restauración de sus antiguas construcciones y la apertura de nuevos restaurantes. También muchas personas lo eligen como residencia.
El Caso Antiguo ha sido declarado monumento histórico por la UNESCO. Es un sitio para degustar diferentes tipos de comidas y bebidas en sus cafés al aire libre, además de deleitarse con música y espectáculos variados que ofrecen sus restaurantes y bares. Aquí, lo antiguo y lo moderno se conjugan en una en armonía, haciendo de tu visita una experiencia inolvidable y grata.
Caminatas con la guía Lonely Planet o Frommer’s Guide, o con operadores de turismo te llevarán por edificios históricos, iglesias del siglo XVII como la Altar de Oro, las ruinas del convento del siglo XVII, calabozos del siglo XVI, un monumento a los 22.000 franceses que murieron con la construcción del canal y un museo del Canal de Panamá en un edificio elegante fue sede de los franceses que intentaron construir el Canal.
¿Tenés que comprar regalos? Souvenires como el famoso Sombrero Panamá lo podés encontrar en Victor’s que está abierto hasta las 10 de la noche, en el Casco Antiguo. Las artesanías de Panamá son unas de las más bellas y creativas de la región, auténticos recuerdos hechos por una de las siete tribus de indios de Panamá. Réplicas de joyas y artesanías tradicionales como la mola -hecha a mano por los indígenas Guna- pueden ser compradas en mercados artesanales. La mayoría de las tiendas y mercados abren de 9 a 18, de lunes a sábado.
Por la nochecita y para agendar. La Forchetta es un restaurante muy simpático, de dos franceses, que solo tiene ocho mesas pero es absolutamente digno de experimentar. Otro es Manolo Caracol -cocina de autor- donde se comen los mejores mariscos, el restaurante más famoso de Panamá. Indispensable ir con reserva y contratar transporte de taxi desde el hotel para asegurarte la hora de regreso.
La vida nocturna de Panamá es excitante y nadie puede competir con la divertida cultura de los panameños. Recorriendo sus centenarias calles de piedra, en la Avenida Central, encontrás tragos y música al aire libre de los bares y restaurantes que están en camino hacia la Plaza Bolívar, en un ambiente muy bohemio, acompañado por músicos que pasan de mesa en mesa ofreciendo sus melodías a los comensales. Si después te quedan ganas de más tragos, existe la calle Uruguay –algo así como nuestra Arístides- donde se puede llegar después a las 23, sin problemas.
Clubes, discotecas y casinos se reparten en tres zonas específicas de la ciudad: calle Uruguay, Calzada de Amador y el sector histórico del Casco Viejo, con un auténtico ambiente colonial español.
Unas horas del domingo antes de partir. Pedí late check-out en el hotel. Decidí entre volver a hacer compras, comer en un restaurante o dar una caminata por la Cinta Costera, un sitio para disfrutar el verde de sus áreas mientras estás dentro de la urbe. Tiene más de 35 hectáreas de las cuales 16 son verdes. Comunica, bordeando la Bahía de Panamá, Punta Paitilla en el sector moderno, con el Casco Antiguo. A medida que caminás te alejás de la ciudad moderna en un extremo y te acercás a la ciudad colonial en otro. Inspirada en el “Aterro do Flamengo”, en Río de Janeiro, Brasil, cuenta con árboles, plantas tropicales y flores que adornan los hermosos y cuidados jardines.
También, como en cada gran ciudad, los principales atractivos de Panamá se pueden conocer a bordo de los buses de dos pisos, sin techo, iguales a los de Londres. Con servicios donde el pasajero escoge a dónde quiere tomar el bus y en qué lugar desea bajarse) (hop on, hop off).
