Comedia, drama, thriller y algún otro género más asociado con el humor negro le caben a Parasite, una obra maestra (ganadora de la Palma de Oro en Cannes) que logra poner en evidencia las miserias de clase con un guión abrumador. Bong Joon-ho maneja los tiempos con un suspenso que nos lleva de la risa a la angustia existencial a través de la historia de una familia sin recursos que vive bajo tierra buscando algún modo de subsistencia. Los pobres se cruzarán con una familia de clase alta, involucrándose en tareas domésticas y la trama, original, entretenida y cruel (en ese orden) será la excusa perfecta para llevarnos sutilmente al horror humano, donde los antagonismos de clase se manifiestan hasta en la percepción de los olores que emanamos.
La radiografía social que logra el director no es piadosa ni crítica con unos u otros. Diríamos burdamente que aquí no se trata de buenos ni malos, o ricos y pobres, se trata de la condición humana, de la naturaleza salvaje que predomina en situaciones extremas, de una lucha que al principio conserva las formas pre-establecidas para dar lugar al descontrol viceral.
Finalmente Parasite, título irónico pero contundente, se propone interpelarnos como sociedad cuestionando quién le chupa la sangre a quién en esta especie absurda, compleja y contradictoria que somos los humanos.
[alert type=white ]Si viste Parasites y te gustó, te dejamos otras películas de Bong Joon-ho: Perro ladrador, poco mordedor, Memories of Murder, Mother, The Host, Rompenieves y Okja (la primera película original de Netflix que concursó en Cannes).[/alert]
Valeria Mendez