El pan es para la cultura occidental, un alimento básico que forma parte de la dieta tradicional ya que es realizado principalmente a base de cereales como el trigo. Un producto esencial en la mesa de los argentinos y en la carta de los principales restaurantes. Tal es así que disfrutar de un rico pan cual sea su forma, sabor o presentación es para todos un placer.
Actualmente el consumidor tiene su paladar preparado para buscar espacios de panificados. «Hay panes para todo momento. Algunos acompañan muy bien un almuerzo, otros son para el desayunos pero el pan bien hecho además hace bien al organismo, hoy la tendencia va por ese lado» explica Ramiro Pérez, panadero y dueño de Trigolino, una marca que se une a la mesa de reconocidos restaurantes mendocinos desde hace más de diez años.
Diseño, panes sin pre-mezclas y livianos, granos orgánicos, innovación en técnicas de cocción, nuevos espacios y momentos de consumo definen hoy a los panificados. Por esto la mayoría de los panaderos ha tenido que reinventar sus fábricas para desarrollar panes especiales que mariden especialmente con el plato que uno quiera preparar. Agustín Roldán, panadero que forma parte del equipo gastronómico de Lucas Bustos en Bodega Trapiche, explica «las masas madres y harinas integrales son tendencia. Así mismo, la cocina sustentable, hace que algo tan sencillo como hacer pan, tenga un impacto positivo en el consumo responsable».
«En cuanto al consumo masivo la tendencia se encuentra en el pan industrializado para personas que son intolerantes al gluten, elaborándolos a través de fermentaciones rápidas. A su vez en países, como Argentina, la gente se está volcando a comprar panes orgánicos y artesanales, tanto por los ingredientes que se utilizan en la preparación como por el modo de producción haciendo más fácil la digestión de los mismos» agrega Ramiro.
Combinación de sabores y presentaciones. Panes rosados, negros, amarillos o naranjas son algunos de los colores que encontramos en panaderías de restaurantes; también ingredientes como semillas, ajíes, vinos, mariscos, entre otros. «Nosotros en la bodega elaboramos la panificación en base a productos vitícolas, por ejemplo mosto para comenzar una masa madre, levaduras de vino, bases de Malbec para dar color» comparte Agustín. Por otro lado y ya con presencia en varios puntos de la ciudad Ramiro prepara sus panes a base de remolacha o coloreados con tinta de calamar y otros saborizados con especias como tomillo o variedad de semillas tostadas.