El pasado 26 de octubre la Nave Creativa de la UNCuyo dio lugar a la primera edición de un nuevo concepto ideado por Victoria Gassull e Iván Hernández, que surgió como una plataforma clave para potenciar a los diseñadores y creativos emergentes de la región.
Las propuestas de UEST debían ir bajo el lema Cuerpos, el objetivo era que todos aquellos que participen reflejen la multiplicidad de cuerpos y experiencias. De 50 propuestas, 5 fueron las finalistas y una coronó la noche.
Hablamos de Renata Cabrera, una joven de apenas 19 años que, con el concepto de palimpsesto bajo la manga, se llevó todos los aplausos. Ella representó el cuerpo como un lienzo que lleva consigo las marcas y las cicatrices de la vida.
En una charla sencilla y movilizante, pudimos conocer más acerca de Renata, una mujer con un potencial enorme y un futuro gigante.
Inicios, estilo e inspiraciones
“Siempre me atrajo la moda, no tanto el hacer con la máquina, pero sí el diseño, los detalles, la escenografía”, dice Renata, quien inicialmente había optado por estudiar filosofía, hasta descubrir que necesitaba algo que le permitiera ser más creativa.
Y hablando de quién se inspira, el nombre salió inmediatamente: Alexander McQueen. “Me llama la atención cómo puede llevar lo grotesco a algo hermoso y cómo incorpora performance en sus colecciones”, confiesa.
Reni, que a pesar de sus años y toda la carrera que le queda, encuadra su estilo como emocional, performático y generador de impacto, es fanática de las pasarelas viejas y del concepto de supermodelo de los ‘90. Además, está constantemente consumiendo tendencias, aunque intenta predecirlas y luego crear en base a eso.
El proyecto UEST y su experiencia personal
Para su propuesta ganadora, se inspiró en el concepto de palimpsesto, una superposición de vivencias: “En la antigüedad, los libros se reutilizaban, y se escribía una historia nueva sobre otra ya existente. Yo lo llevé a mi diseño como una representación de cómo nuestras experiencias dejan marcas en nosotros”.
Renata se enfrentó al desafío de crear su propuesta para UEST con la ayuda de amigas, una modista y su novio, quienes colaboraron en la construcción de su diseño. A pesar de sus dudas recurrentes, la falta de experiencia le dio la libertad ideal para expresarse de manera auténtica: “Siempre estuve desconfiada de mi propuesta, pero esa falta de experiencia me ayudó a que mi creatividad fluyera”, cuenta. El proceso implicó plasmar sus vivencias personales y construir cada detalle como un reflejo de su propia historia.
Renata buscó transmitir con su diseño un mensaje profundo sobre cómo nuestras experiencias, aunque parezcan olvidadas, son parte de nosotros. Todo esto le enseñó a ser más segura de sí misma y a creerse capaz, aún con dudas.
¿Qué historia buscaste contar y cómo se refleja en la estética y los elementos visuales del fashion film?
El concepto nació principalmente a raíz de la pérdida de mi mamá. Ella fue víctima de un femicidio, y eso me dejó una marca que está en todos mis trabajos. En el fashion film, busqué transmitir esa sensación de ahogo, de soledad que viví después. Quería mostrar cómo, a los 13 años, sentí que me la arrancaban, y cómo lidié con las emociones de estar rodeada de personas al principio y luego sentirme sola.
“Me gustó mucho lo poético que fue todo”, cuenta sobre el fashion film dirigido por Dardo Pérez y producido por UEST. “La modelo, Luciana Sol, interpretó mi rol y yo el de mi mamá; fue algo improvisado porque otra modelo no pudo estar, pero resultó muy simbólico y catártico para mí”.
Finalmente, el proyecto le brindó la oportunidad de conectar su arte con el público, y agradece a sus compañeras, a su profesor de costura, a su familia, a su novio y a UEST por acompañarla en cada paso. Esta victoria, para Renata, es más que un premio; es un testimonio de su capacidad para transformar el dolor en expresión artística.