En la feria de packaging Interpack de este año, los diseñadores Gerlinde Gruber, Christine Strempel y Matthäus Jiszda presentaron una sorpresa. Compuesto por doce tablas de madera, 1700 cajas de cartón, y dos reconocidas figuras de acción, el gran mural proporciona un colorido reflejo de nuestra cultura cada vez más visual y centrada en el consumidor.
Desde lejos, los productos dispuestos cromáticamente, intercalados con molinetes o ruedas también de embalaje y figuras de acción, traen a la mente un mapa de una expansión-micro urbana. Sin embargo, una inspección más cercana, las colinas de Kleenex y valles poblados por Godzilla y King Kong nos recuerdan el verdadero objetivo del packagings comercial: entretener a los sentidos.
Las cajas de cartón se apilan como construcciones urbanas en un gran mural de 32 metros cuadrados. La construcción básica, se desvanece para los ojos del espectador en esta colorida ciudad de cartón, que es también un escenario para sus actores. King Kong sube por las Torres, mientras que Godzilla está al acecho más abajo, sobre el verde.
Segun Gerlinde, este modelo de una gran ciudad moderna, recuerda a las maquetas que se hacen para películas de ciencia ficción cuyos protagonistas son monstruos, para luego ser destruidas de manera espectacular.
La película “King Kong” (1933) marcó el comienzo de la era de los efectos especiales en Hollywood y sigue considerándose como un hito en la técnica de animación stop-motion. No menos significativa es “Godzilla” (1954) para la industria del cine japonés. En la película “King Kong contra Godzilla” (1962) ambos compiten entre sí y la lucha termina en empate.
Películas y embalajes tienen muchos paralelismos. Cada envase habla -o debería hablar- sobre el producto que almacena en su interior. Algunos son pequeñas obras de arte en sí mismos. Ellos empacan el contenido para crear un efecto. Ambos están sujetos a las tendencias, pero siempre sorprenden con nuevos caminos. Las marcas y sus productos son exhibidas como películas y provocan emociones y reacciones de los clientes. El embalaje es el actor y el escenario al mismo tiempo. Estas cajas de cartón cuentan historias sobre el producto envasado, tales como las casas hablan de sus habitantes.