Director, productor y montajista son solo algunos de los roles en los que se desempeña Nicolás Núñez. Su conexión con el mundo del arte inició a muy temprana edad. «Crecí en Rivadavia, mi abuelo era el fotógrafo del pueblo y su fotografía fue mi segunda casa. Tuve una relación muy especial y cercana con él, me enseñó el oficio desde muy chico y con doce años ya me mandaba a sacar fotos a los actos de las escuelas primarias y jardines. En ese momento, año 1997, la fotografía era completamente analógica y no había segundas oportunidades para captar esos momentos tan especiales. Esa confianza que me dio fue muy importante y me daba mucha felicidad hacerlo bien».
Al finalizar el colegio se fue a estudiar posproducción de cine, video y televisión en la Universidad de La Punta, en San Luis, y en paralelo trabajaba en la productora audiovisual que llevaban adelante su madre y la pareja de esta. «Ellos trabajaban mucho y yo aprendía, miraba y practicaba todo lo que podía. La consigna fue hacer de todo. Fue una etapa de experimentar y jugar mucho».
Al terminar la carrera tuvo la oportunidad de filmar un corto junto al mítico director de cine argentino Adrián Caetano. «Fue un trabajo de la Universidad. Por una semana completa se cortaron las actividades y entre todos los alumnos de las distintas carreras se armaron tres grupos de producción donde cada uno tenía un rol específico. A mí me tocó ser continuista y montajista. El proyecto se llama 6 minutos en 6 días; comenzaba la preproducción un lunes, se filmaba el jueves y se proyectaba el sábado».
¿Cómo te marcó esa experiencia?
Fue la primera vez que pude ver “La Persona” humana detrás de un proyecto de arte cinematográfico, hasta ese momento, era casi un espectador, y ahora estaba conociendo los secretos del cine. Poder tener reuniones con él, que te pregunte cómo estás pensando lo que vas a hacer y que te dé referencias que te van a ayudar a resolver lo que tenía que hacer en ese momento, era revelador en muchos aspectos de mi vida. Pegamos mucha onda, ambos usábamos gorra y eran las dos rojas, hacíamos chistes con eso todo el tiempo. El último día y luego de presentar los cortos, después de sacarnos una foto le pedí que me firmara la gorra, él escribió: «Para un editor con mucho futuro A.C.» no pudo ser más motivador en ese momento y a partir de ahí, nunca más pude ser el mismo espectador a la hora de ver una película.
A los 26 años fundó su primera productora junto a dos socios y empezó a dirigir sus propios proyectos. Uno de ellos, fue A La vuelta de la esquina, conducido por Jose Bahamonde y Wanda Kaliciñski, con el cual fueron nominados al Martín Fierro del interior y ganaron el premio a Mejor Programa de interés general en los Found TV.
Lali Espósito, 2 son 3
Este año formó parte del equipo de producción de 2 son 3, el último videoclip de Lali Espósito dirigido por Juan Gonzs y producido por el fixer Belisario “Payo” Saravia. Parte del rodaje tuvo lugar en Mendoza dos días después del show que dio la cantante en la provincia en el marco del Disciplina Tour.
«Fue una experiencia muy intensa, en principio de mucha incertidumbre, ya que debían alinearse varias cosas para que la producción del video sucediera realmente acá. La coproducción la hicimos con dos productoras amigas de San Juan, Alta Productora y Guanaco Rental. Hicimos Base en el Valle de Uco, en Hotel Fuente Mayor donde nos atendieron como en nuestra casa», cuenta Núñez y continúa «fue una sola jornada, en la mañana filmamos en la ruta que va al Manzano Histórico y a partir del mediodía en la Bodega Piedra Infinita, donde nos recibieron Ana Amitrano y su hijo Sebastián Zuccardi. Lali, junto a su equipo y la gente de Sony Argentina, compartieron un almuerzo con ellos mientras preparábamos la escena de la moto. Fue un día de grabación con una energía muy linda, de mucho entusiasmo y de gente haciendo las cosas con muchas ganas y pasión. La segunda jornada fue en Buenos Aires, en el centro cultural Saldías, un lugar mágico, cuna del trap y de todo lo que está pasando con la música urbana».
«Lali es un ejemplo de profesionalismo y de dedicación. Ahí es donde te das cuenta que no es casual el éxito que está teniendo en todo lo que hace. Su radar está en todo lo que está pasando, sabe muy bien lo que implica cada cosa que hace, y no están para perder el tiempo en nada».
Nicolás afirma que entre los diversos roles en los que se ha desarrollado el que le gusta y elige es el de director. «Creo que decodificar lo que busca un guionista o un creativo a la hora de transmitir un mensaje es lo que mejor se me da. Sin embargo, siempre estoy en el ejercicio del montaje y la edición, algo que no voy a dejar de hacer nunca».
Para él, esta actividad es mucho más que un trabajo, «es una manera de vivir la vida», afirma. «Ha sido mi felicidad y lo que me regaló las mejores experiencias que he tenido y cada vez que la vida se puso difícil, fue mi “trabajo” el que me salvó y me mantuvo en eje. Hoy no sería la persona que soy, sino hiciera lo que hago. Estoy muy agradecido por eso y por poder de compartirlo con personas increíbles. Nunca se repite lo que hacemos y eso es lo que más me apasiona de mi trabajo».
Hace algunas semanas, parte del equipo de Annonimo Films -su productora- colaboró con un videoclip para Jay de la Cueva, artista mexicano conocido por ser el frontman de la banda Moderatto. Actualmente se encuentra trabajando en el video de una artista muy popular en el país y en Latinoamérica. «Lo vamos a grabar en San Juan el próximo mes».