El término mocktail es la unión de dos palabras y puede traducirse como «simulación de cocktail», porque justamente de eso se trata: bebidas igual de interesantes y complejas que un trago, pero sin alcohol.
En Argentina -también conocidos como soft drinks– son tendencia. Si bien en Europa y Estados Unidos existen desde hace años, en nuestro país esta movida crece rápidamente, sobre todo entre los consumidores más jóvenes, quienes poseen una mayor conciencia ambiental, social y de salud.
Lejos de las típicas limonadas, jugos o aguas saborizadas, esta propuesta está pensada para quienes no beben alcohol y no quieren dejar de disfrutar de un trago de autor cuando salen. De esta manera, los bartenders despliegan su creatividad con propuestas de alto nivel que no dejan de lado el sabor, la sofisticación y todos los componentes que integran un buen cocktail.
Mendoza no se queda atrás y de a poco se suma a este boom que, probablemente, llegó para quedarse. Diversos bares y restaurantes ofrecen en sus cartas tentadoras opciones de coctelería de autor que no llevan alcohol y, en otros, sólo es cuestión de consultar para que elijas el que más te guste.
Holy Mary, El Dorado y Anatiki
La Sala Maridajes (Perú 1136 de Ciudad) cuenta con tres opciones de autor: Holy Mary, un mocktail que contiene frutilla, menta, soda, limón y ananá y cuenta con una reversión de primavera con frutos rojos; El Dorado, un trago dulce y fresco hecho con maracuyá, almíbar, menta y agua tónica; y la nueva incorporación de la carta: Anatiki, que tiene entre sus ingredientes ananá, jengibre, almíbar de jengibre, romero y termina con soda. «Son tragos sencillos que aprovechan las frutas de estación», dice Carla Di Modica, bartender de La Sala.
John Tonic, Lo Pandito y Mimo al alma
Para el bar de El Botellón, la clásica cervecería de Av. Sarmiento, Tinky García Rivas pensó tres tragos para quienes deseen sumarse a esta tendencia. John Tonic, Lo Pandito y su cocktail estrella: Mimo al alma. «Inalcanzable, estético. Complejo en su suavidad. Una vez que entra en tu boca sigue dando vueltas y madurando por días y semanas». Lleva té de jazmín, jugo de limón, almíbar de frutos rojos y gaseosa lima-limón.
Morning Rabbit, Not Peny y Paina’ala
«En Rabbit vas a encontrar mocktails super fresquitos», adelanta Joaquín Ojeda, quien dirige la barra del bar ubicado en Belgrano 607 de Ciudad. Algunas de las creaciones que podés encontrar allí son: Morning Rabbit, una combinación entre pomelo, limón y syrup especiado terminado con un bitter de cardamomo artesanal y una hojita de albahaca. También está el Not Peny, una reversión sin alcohol del clásico penicilin y, por último, está el Paina’ala, el más dulce de toda la carta, que lleva jugo de ananá, syrup especiado, limón, aguamiel y soda. «Siempre estamos en renovaciones, por lo que en cualquier momento vamos a tener mocktails nuevos», adelanta el bartender.
Bebidas probióticas
En el bar de El Roble Wake Complex, en Maipú, también es posible encontrar opciones sin alcohol e incluso un menú por pasos con estas bebidas. «Para nosotros es muy importante la coctelería sin alcohol y la inclusión. Queremos que los clientes que vengan se sientan a gusto y con variedad», dice Haise Gimenez, jefa de barra de ese espacio.
Pero las opciones no terminan ahí, porque el Wake Park cuenta con el único bar-restaurante fermentista de Mendoza, donde las bebidas probióticas cumplen un papel clave. «Kéfir saborizados con jugos naturales, como pepino y jengibre, naranja y zanahoria, frutilla, manzana verde son los que más salen», cuenta Haise. Además, tienen kombuchas a base de té verde, té rojo, té negro y combinaciones de estos, por ejemplo: té rojo con frutilla y té verde con burrito y cedrón.
Las posibilidades son muchas y los creativos tras las barras no dejan de innovar con bebidas súper originales y deliciosas que nada tienen que envidiarle a cualquier cocktail con alcohol.