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Mirá quién habla: Nico Fridman

Descubrí el «lado B» del fotógrafo que hace retratos en fiestas y que se anima a todo cuando de disparar el flash se trata. Un apasionado del cine y de sus perros Apollo y Rocky, que posó para la producción exclusiva de Inmendoza.

Nico Fridman es sinónimo de fotografía, él no es él si no tiene una cámara de fotos o un celular con cámara en mano. Por eso nos invita a descubrir «uno de los pocos momentos en los que no soy fotógrafo y soy persona».

Ama la noche, en las horas donde el mundo parecería frenarse, a él se le despierta una productividad única. Su hobby era sacar fotos y hoy es su trabajo full time por lo que la búsqueda de un nuevo pasatiempo está activa en su vida cotidiana. 

Desde la adolescencia, Nico se vio seducido por la filmación y se compró una handycam, «filmaba estupideces con mis amigos», recuerda. Después entró a la facultad para estudiar Comunicación Social y luego de unos meses se cambió a Cine. «De chico yo quería ser director de cine y mi primer recuerdo de una cámara es un caleidoscopio que me regaló mi vieja con forma de cámara vieja».

Al transitar la carrera en la Universidad Maza se topó con la materia de fotografía y todo lo que sigue en ese plano es historia: «Me enamoré de la fotografía por estudiar fotografía como consecuencia de estudiar cine». Tal fue ese amor a primera vista que Nico dejó su programa de radio Happy Hour en la Metro y varios proyectos audiovisuales en Canal 7 y Acequia, para dedicarse por completo a las sesiones y eventos de clientes particulares.

Nico tiene 27 años y su recomendación como profesional es «practicar todo el tiempo». Su búsqueda es de «detallitos, momentos» y le da muchísima importancia a la iluminación: «Desde que empecé a sacar fotos me gusta el juego de luces y sombras. De hecho me re enrosco en el revelado, en el momento en que le hago correcciones de color a las fotos. 

Sus retratos en fiestas son un clásico que siempre encantan, ¿el motivo? «Me concentro y busco retratar a la gente en su momento, en ese instante de la noche en el que sale más lo tribal, lo primitivo, y me parece divertido capturarlo».

A Fridman le encanta viajar, conocer y traerse imágenes de todos lados. «Creo que lo único que hago sin la cámara es consumir audiovisual, ver una peli, me encanta ir al cine, disfruto mucho ir solo, me parece un excelente plan. O ir con alguien que entienda que no es algo social sino que es ir a ver una peli». 

Elige ver tanto películas comerciales de Marvel como ciclos independientes en el Cine Universidad y también clásicos en su casa. «No soy elitista del audiovisual y por ahí prefiero ver más mi casa. Al ser mi trabajo tan social, no me queda energía social para mis actividades normales», comparte quien elige a «El gran Lebowski» como la mejor peli y a «Todo en todas partes al mismo tiempo» como la mejor del último tiempo.

¿Cómo es tu relación con las redes sociales?

Siento amor y odio por las redes. Yo necesito de ellas para trabajar, las odio pero soy adicto al mismo tiempo. A veces me juegan en contra porque soy muy de expresar lo que pienso y no suele gustar. Miro mucho Youtube y Tiktok. 

Soles aparecer junto a tu mamá en historias… 

Cada tanto la filmo, somos re unidos, casi toda la vida fuimos nosotros dos. Es re personaje y le encanta la cámara, es muy divertida y se prende en mis jodas.

¿Cómo te llevás con la lectura?

Me cuesta mucho leer historias o novelas, me aburro. Soy de los que leen sobre temas particulares como la historia del cine, biografías de autores o directores. Elijo siempre el libro físico porque las pantallas me distraen y termino viendo cualquier otra cosa. 

La música es «lo más importante» de su vida por eso elige eventos donde haya música y no concibe una sesión fotográfica sin que esté sonando algo «fuerte». Viene del «palo del heavy metal» y ahora escucha música electrónica «sobre todo minimal techno». Ramstein es su banda favorita, El Cuarteto de Nos, la que más ha ido a ver en vivo y ahora se volvió fanático de Miranda, el primer grupo que fue a ver en vivo. 

De chico tocaba la guitarra y el piano, el cual vendió para comprarse su primera cámara semiprofesional. Tuvo una banda punk en la adolescencia en la que él cantaba, «se llamaba Insert Coin, la hicimos con un rejunte de amigos y hacíamos covers de ACDC, Dos Minutos y Metallica».

¿Hoy tocas algún instrumento? 

Cuando necesito desconectarme de la vida agarro la guitarra un poco, pero muy de vez en cuando, pasa que me voy oxidando por falta de uso y me frustro porque antes tocaba mejor y la dejo. 

Nico nos dio el puntapié para indagar sobre qué lo baja a la tierra y lo despega un poco de la cámara.«Todavía no encuentro qué hacer ni cómo hacerlo. Estoy en la búsqueda de encontrar algo que me de placer y que no sea la fotografía. Mi gran problema es no saber desconectar, es muy hermoso laburar de tu hobby y el garrón es cuando tu hobby se convierte en tu profesión porque dejas de tener hobby».

De chico hacía historietas con palipersonas, «eran re complejas pero como todo en mi vida, si no me sale bien lo dejo porque me frustro». Probó buscando en el deporte «para ver si venía por ahí y no» hizo boxeo y ahora está firme con sus entrenamientos de funcional.

Lo cierto es que Nico prefiere rodearse de su gente y/o prepararse un lugarcito íntimo en el hogar. Al pedirle que describiera un momento ideal propio, lo hizo por dos y bien distintos: «Un momento ideal social es verano, con amigos y pileta. Cualquier plan que incluya esas dos cosas. Pies en la pileta, un vermut en la mano y música».

¿Y tu momento ideal solo?

Solo, solo no estoy nunca porque me aburro rápido pero cuando lo estoy, me gusta ir a comprar pochoclos al cine que me queda cerca, una Coca Cola común servida con mucho hielo y ponerme una película que seguramente ya haya visto. Y mis perros a los costados, obvio.

¿Qué lugares recomendás para ir a comer o pedir algo rico?

Me gusta mucho comer y soy bastante básico, eso sí, soy enemigo mortal de la plata y el sushi. Para mí no hay nada más rico que ir a comer una hamburguesa a un lugar. Soy fanático furioso de Bairoletto y otro lugar excelente es Smash Burguer, cerca de la Shell de Panamericana. Soy militante de las milanesas de la Tía Rada y de la carne a la masa de Los Laureles.

¿El día o la noche? 

Siempre fui un animal de la noche, estudiaba de noche. Me rinde más porque tengo menos distracciones. El día es más lindo si tenés un plan, en la noche cualquier cosa safa, ver una peli, jugar en la compu, editar. 

¿Un lugar para vivir? 

Madrid. Fui en 2018 y me quedé varios meses en lo de un amigo. Me pareció una maravilla. Me gustó el estilo de vida de salir de trabajar a las 16 hs, ir a un bar de tapas con un amigo y que todas las semanas haya fiestas de pueblos y celebraciones de cosas, siempre hay plan. Soy bastante nómade, quiero aprovechar el beneficio de mi profesión que con una cámara y una compu me puedo ir a cualquier lado. Tengo ganas de hacer eso, es mi plan y lo veo cercano, posible. 

Algo que caracteriza a nuestro invitado de Mirá Quién Habla de este mes es su imagen, su estilo personal. Y para sorpresa de la mayoría, donde me incluyo, es pura casualidad. «La barba arrancó porque me lastimaba mucho afeitándome, me salió de re chico. En 2018 me fui cuatro meses de viaje y la dejé crecer y acá estamos. Solo en la pandemia me rapé y me la afeité a cero, solo me dejé el bigote».

¿Sos detallista con la ropa? 

No, me visto todos los días de mi vida de negro y tengo camisas ridículas que me encantan y nada más. La ropa negra es la más disimulada para estar en la cabina de los Djs, la que menos se nota la transpiración y es la que, cuando se te cae un fernet, no te querés matar. 

Revela que en ese sentido improvisa como también lo hace en las sesiones pero se describe como un «ansioso insoportable» cuando de organizar su agenda se trata: «Planifico todo de acá a un año pero en las sesiones de fotos me gusta que vaya fluyendo. Disfruto más el improvisar. Una de cal y una de arena».

La entrevista fue una búsqueda constante del «lado B» de este fotógrafo mendocino que en un principio dijo convencido no tener otra pasión que la cámara fotográfica pero que se fue soltando y terminó compartiendo otra de sus grandes pasiones.

«Me gusta debatir con la gente, intercambiar ideas, lo disfruto. Ese es uno de los pocos momentos en los que no soy fotógrafo y soy persona. No importa de qué hablemos, cualquier tema menos de fútbol porque no me gusta».  

A lo que sumó: «Soy un gran militante de bancar lo que se hace en la provincia y de que los mendocinos dejemos de ser tan porteñocentristas, me refiero a que dejen de pensar que  para triunfar primero hay que estar allá y luego acá. De a poco eso está cambiando y siento que mi granito de arena es hablar con muchos fotógrafos para que aprendan a cobrar mejor y enseñarle a los clientes que acá hay profesionales».

Fotografía: Agustina Agost

Locación: Nave Cultural / Dirección de arte: Paulina Gervasi / Vestuario: Pueblo de Ropa / Video: Rocío Carloni

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