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Mirá quién habla: Mariana Cuervo

Este mes te invitamos a conocer el lado B de la fotógrafa de moda que, antes que todo, es artista. Fanática de Los Beatles y de Harry Potter, se animó a ser la protagonista de una nueva producción exclusiva de Inmendoza.

Llegó a la entrevista lookeada con una falda de tul que me dejó con la boca abierta. Primero, por lo linda que le quedaba, y segundo, porque me bastó un minuto para darme cuenta de cómo la atraviesa la moda, más allá del hecho de disparar. 

A sus 27 años es una verdadera exitosa. Desde chica lo tenía claro. A los 15, con una camarita digital y mucha curiosidad, comenzó a capturar lo que veía. Sus amigas y todo aquello que le llamaba la atención se convirtieron en sus primeros modelos. 

El juego autodidacta con Photoshop le abrió nuevas puertas creativas. A los 18 ya trabajaba en revistas, retratando la vida social de eventos, pero su objetivo estaba claro: la moda era su destino.

Hoy, además de fotógrafa, es directora creativa y retocadora digital, y sigue aprendiendo de cada uno de estos roles que la hacen ser más artista y más humana. La creatividad es el motor de todo lo que hace, desde planear una sesión de fotos hasta crear una historia visual a través de la moda.

“El desafío de la fotografía en estos días es poner en valor lo que hacemos”

Como bien sabemos, la integración de la Inteligencia Artificial a la cotidianidad de nuestros actos, trabajos y proyectos ha supuesto muchas cosas, algunas para nuestro beneficio y otras no tanto. 

Con respecto a eso, Mariana nos dijo que “no está ni ahí” con la IA. “Hoy, el desafío es seguir demostrando que lo que hacemos no puede hacerlo una máquina o una persona sin conocimientos”, expresó.

“Me parece muy flashero todo el mundo de la IA. No me gusta que venga a reemplazarnos. De hecho, hay cuestiones propias del ser humano que nunca van a poder igualar pero mediante la rapidez y el tener todo a mano, va a ser difícil hacerle competencia”, dijo la fotógrafa, aunque admitió usarla para retocar algunas fotos. 

 

Más allá del lente: música, cerámica y la búsqueda de libertad creativa

Aunque la fotografía la atrapó desde adolescente, su mundo va mucho más allá. Su hogar siempre estuvo lleno de música. Su familia, dedicada en gran parte a ello, le dio las primeras bases de sensibilidad artística. Ella misma cantaba en eventos, como su madre, y aún hoy no ha soltado su lado musical: toca la batería y la guitarra, y se deja llevar por el poder de la composición. Además, la cerámica se ha convertido en uno de sus refugios creativos. «Me conecto con mi lado más libre, sin pantallas, sin teléfonos», dice con una sonrisa.

Lo curioso es cómo esas pasiones, tan diferentes de la fotografía, se entrelazan en su vida. «Mi creatividad viene de todo eso, de las cosas que hago cuando no estoy con la cámara», explicó. Incluso el skate y el snowboard, actividades que practica desde hace años, parecen aportarle una nueva perspectiva: «Siento que todo me conecta, que hay una energía que guía mi trabajo desde lo más simple hasta lo más complejo».

En estos días, mientras arma valijas para mudarse a Mallorca, un lugar donde puede combinar su trabajo y su amor por el mar y el surf, Mariana reflexiona sobre las lecciones que la vida le ha dado. 

Tras una ruptura sentimental con su ex pareja y una fractura de peroné que la dejó tres meses en silla de ruedas, se dio cuenta de la importancia de soltar, de no depender de nada ni de nadie. «Fue como si el universo me hablara, diciéndome que era hora de moverme, de dejar atrás lo que no servía más», recuerda. 

Entre sus creencias y su sensibilidad, Mariana también encuentra refugio en la astrología y el tarot, en los ciclos de la luna y en la energía del universo. Con su luna en Cáncer y sol en Tauro, no teme mostrarse vulnerable: «Lloro por todo, los podcasts, las películas, hasta cuando no encuentro estacionamiento». 

No es casualidad que su nombre de Instagram sea “lost in the sea”, es decir, “perdida en el mar”. Es el agua lo que la conecta, es esa sensibilidad la que la hace fuerte, la que la impulsa a seguir adelante.

 

¿Qué te gusta hacer en tus días o ratos libres?

Cerámica a full y tocar instrumentos. Soy fanática de los podcasts y del cine.

¿Qué cosa cotidiana es la que más disfrutás?

Comer. Mi momento preferido es el desayuno y mi secuencia favorita es hacerme el mate. 

¿Dónde te gusta ir a comer?

Burdeos Café, me encanta y nunca falla. Burgang es la otra, tienen la mejor hamburguesa vegetariana que probé. Además, soy fanática de las pastas.

¿Qué cosas te dan bronca o no tolerás?

La falta de compromiso me saca de mis casillas. 

Un lugar para vivir.

Mallorca, soy fan de la playa y el agua. Spoiler: voy a hacer el curso de buceo. 

De todas maneras, me costó mucho soltar Mendoza. La amo y volvería en algún momento, acá tengo mi casa y mi familia.

Película favorita.

Soy fanática de “Harry Potter, el prisionero de Azkabán”. Y de «La sirenita».

Un sueño por cumplir.

Llegar a fotografiar marcas muy grandes: Zara, Gucci, etc. Pienso que realmente puedo lograrlo.

Un ídolo, ídola, alguien a quien admires. Ya sea en lo profesional como en lo diario.

Los Beatles, Paul McCartney. Escucho su música y me flashea. A Paul lo he ido a ver más de tres veces. Lo admiro como artista y persona. 

En lo diario, mi amiga Paloma Ruiz. Me encanta la vida que lleva y cómo se desenvuelve. Disfruta todo lo que hace y aspiro a ser un poco de lo que es. 

Consejo de vida.

Mendoza es una provincia increíble, pero en lo artístico está muy en deuda. Faltan estudios de fotos, faltan espacios para exponer, faltan marcas que apuesten.

Sobre todo siento que falta amor por lo que uno hace. Hay que hacerlo por pasión y por amor, hay que dejar de pensar en la plata. La plata viene sola. 

¿Cómo definirías a Mariana?

Creativa, dulce, sensible, valiente. 

Una hora y media de charla fue suficiente para hoy decir que Mariana es todo eso que describe, sobre todo dulce y muy amable. Su calidez y su predisposición hicieron que esta nota lleve una energía auténticamente bella. 

Fotos: Salomé Vorfas.

Video: Martina Guardiola.

Locación: Bosco Restaurant.

Dirección de arte: Federico Juarros.

 

 

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