Skip to content Skip to footer

Mirá quién habla: Leo Peralta

Conocé el «lado B» del diseñador que se anima a todo cuando se trata de crear prendas y accesorios únicos. Radicado en Europa y de visita en Mendoza, protagonizó una producción exclusiva y sin filtros para Inmendoza.

Leo Peralta es un ser despampanante, fashionista, divertido y de los más cálidos a la hora de entablar charlas. Pueden durar horas por lo interesante que son y por las miles de anécdotas que tiene. El diseñador mendocino hace prendas y accesorios que llevan impresos su personalidad.

La combinación de texturas, colores y patrones hace que su producción conquiste de este y del otro lado del charco. Desde hace varios años está radicado en Europa, actualmente vive en Marsella (Francia) y en el verano estuvo de visita por la provincia. Se reencontró con amigos, creó un proyecto colaborativo que pronto saldrá a la luz y también nos regaló una producción exclusiva alucinante. 

«No venía desde hacía 3 años» nos dice asombrado por lo linda que está Mendoza y por la cantidad de gente que ha roto patrones, que se anima a ser quien desea y que usa lo que le guste sin importar el qué dirán o la moda del momento.

«Cuando comencé con el diseño me decían que lo que hacía era re europeo y ahora, estando allá, notan y celebran mi tinte latinoamericano. Cuando cuento que nos la rebuscamos y que ‘atamos con alambre’ se quedan admirados por los resultados. Y claro, tenemos flexibilidad de adaptarnos a todo y eso es parte de mi ser, yo hago cosas con lo que hay, busco soluciones. Siempre tengo un ‘plan b’».

Leo confiesa que todo su proceso creativo es fluido y auténtico, que se deja llevar por lo que le gusta y por sus sentimientos. «El ser latino y una persona racializada es una responsabilidad, me da seguridad en cuánto a dónde estoy y hacia dónde quiero ir».

Tiene debilidad por los textiles, cada vez que sale de su casa vuelve con nuevos que luego se convertirán en prendas y/o accesorios únicos de su autoría. Le gusta pasear por mercados callejeros y ventas de garaje para buscar estas joyas; tiene un montón de retazos en su atelier y afirma que es su «gran fetiche».

«Reciclo telas de cortinas, cubrecamas, géneros que tienen un montón de años. Me dejo llevar por mis sensaciones así que si veo algo que me atrae, lo compro o lo agarro. En Marsella tiran muchas cosas impecables y suelo llevármelas, las limpio y reutilizo».

El «lado B» de Leo Peralta

Él estudió Bellas Artes en la UNCuyo y en ese momento su mente se abrió, «salí de una burbuja que no era mucho mi onda. Empecé a fluir y a explorar lo que siempre me llamó la atención como lo textil, el material, las siluetas, las épocas, la historia». Leo dice que siempre fue nerd, que faltaba a la escuela para irse a una librería y ojear libros de historia. 

Tuvo momentos en la niñez en que le prohibieron jugar a las muñecas o hacer cosas que no eran para un niño porque eran «más femeninas». Él obedecía pero siempre tenía su plan b para ser él mismo. 

¿Qué hacías?

Dibujaba paisajes, retratos… me iba a la piecita del fondo de la casa donde mi abuelo Miguel tenía sus pinceles, cuadros y todas sus cositas. Me influenció un montón en lo artístico, él fue quien me enseñó a agarrar un pincel. Ahora hace bastante que no pinto.

Peralta es muy allegado a su mamá Isabel, son cómplices y hasta comparten alhajas, de hecho, el collar de perlas que lleva puesto en la producción para Inmendoza es de ella. «Es muy diva, es enfermera de profesión y siempre se ponía tacos, se ocupaba por estar elegante y sé que me ha influenciado increíblemente en este lado fashionista, detallista y muy femenino».

Seguramente tenés miles de historias con tu mamá…

Hasta el día de hoy, cuando viajamos y estamos juntos, me ajusta los corsés que uso. Pero siempre recuerdo que la miraba maquillándose, lo tengo grabado a fuego. Tenía como 3 o 4 años, me apoyaba en la bacha del baño y prestaba mucha atención a su ritual de embellecerse, empoderarse, de enaltecerse… Acto seguido, hurgaba sus maquillajes y hacía desastres (risas).

Sus abuelas también fueron regando su semillita de diseñador. «Mis tres abuelas cosían, tenían sus máquinas y yo las miraba con mucha atención. Recuerdo algo que cosí de niño y me puso orgulloso, era un cubrecama para una cama mini para muñecas, le hice volados y almohadones, estaba chocho». Isabel, una de ellas, lo «dejaba jugar a escondidas con muñecas». 

Una anécdota que le causa risa cada vez que su mamá se la cuenta, es que le encantaba dibujar siluetas de princesas al revés, con los pies para arriba, luego giraba el papel para verlo terminado y «¡me lo comía! Todo muy performático siempre, mostra desde chica».

Y fue con los años que llegó su primer diseño, en la facultad, para una obra de teatro inspirada en La Bella Durmiente. Gracias a eso, una vecina lo buscó y le pidió que le hiciera el vestido de egresada «y sí, me animé, fue mi primer vestido por encargo, era de inspiración romana».

¿Tenés otros hobbies?

Me gustaba bailar, cantar, era muy teatrero pero a la vez siempre he sido una persona muy tímida. Los actos de la escuela eran donde dejaba salir mi lado artístico. Yo era como muy diva en mi pequeño mundo.

¿Cuándo está presente la música en tu día a día?

A toda hora. Me gusta hacer música y me había alejado, cuando era chico canturreaba. Pero desde que estoy en Francia tuve un acercamiento muy grande, empecé a cantar y a tomar clases en una casa de flamenco. Me re metí con el género y me ayudó a acercarme a los boleros que los amo.

¿Te gusta la cocina? 

Si, lo disfruto mucho aunque tengo periodos. Cocino simple. Era re mañoso y comía solo carne pero al crecer empecé a apreciar todo el mundo de los vegetales. Ahora voy al mercado de frutas y verduras y me encanta. Me hago tarta de puerros o acelga con pasas de cerezas o uva, zanahoria, ciruela, aceite de oliva y tomillo. Me gusta lo agridulce.

¿Descubriste algún lugar en Mendoza para ir a comer? 

La Central me encantó por la variedad y la atención; y también Cocina Gardenia, la propuesta de picnic me re gustó.

¿Qué accesorio o prenda no puede faltar en tu guardarropa? 

Unas buenas zapatillas y gafas, el resto lo arreglamos. Cuando encuentro algo que me gusta lo uso hasta perderlo o hasta que no sirve más. Soy de viajar muy liviano entonces busco cosas que se puedan combinar, cómodas y funcionales. 

Leo Peralta + Alfonsina Dinamita

En forma de adelanto a lo que será su 2023, Leo Peralta reveló su proyecto colaborativo junto a Stella Fernández, su amiga del alma y creadora de Alfonsina Dinamita. Se trata de una línea cápsula de pilusos de falsa piel, riñoneras, camperas tipo bombers, corsets, jardineras y «quizá algunas sungas para chicos, algo sexy para esta generación y cuerpos que quieren mostrarse».

Leo dejó en la casa de su mamá un montón de telas guardadas y ahora encontró el tiempo y la inspiración para usarlas y para que Mendoza vuelva a tener sus prendas y accesorios hechos a mano, eco responsables y éticos. «Agarré un montón de patrones y armamos un prototipo de cada pieza que nos gustaría hacer juntos. Este proyecto tiene futuro porque hay público que le encanta mostrarse, que es efervescente y que elige ponerse cosas excéntricas y vistosas».

Leo Peralta es todo lo que resaltan sus diseños: una persona divertida, amante del arte y de la historia, colorida y amorosa. Él lleva en alto su bandera latinoamericana y lo hace feliz que elijan sus creaciones por alrededor del mundo y también acá, en Mendoza, donde nació, creció y donde seguirá apostando con su nueva cápsula de moda.

Locación: Gómez Rooftop

Fotos: Agustina Agost

Video: Rocío Carloni

Facebook
Twitter
LinkedIn